El barrio de Monteolivete es un hervidero desde el martes por la tarde, y este miércoles no se hablaba de otra cosa. Especialmente entre las calles Obispo Jaime Pérez y Luis Oliag, las que dan nombre a la falla y donde más vida suele hacer María Estela Arlandis, nueva fallera mayor de Valencia. En todos los comercios tanto propietarios como clientes tenían palabras de cariño hacia su vecina más representativa. 'Estela', 'Mari' y para los más allegados 'Estelita' es una chica muy querida y conocida en el barrio.
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María Ángeles es la propietaria de Cafés Valiente en la esquina de la manzana donde vive la flamante fallera mayor. No puede evitar mostrar una sonrisa y los ojos casi vidriosos cuando habla de ella. «A Estela la conozco desde niña, es una chica maravillosa, estamos emocionados. Aparte de guapa, tiene un corazón enorme, está muy preparada, siempre dispuesta a ayudar, tiene una entrega total y ama las fallas», asegura. «Sus padres son clientes y ella también, toma algún café con leche y alguna cerveza con su madre, son muy familiares y está muy unida a sus hermanos», explica la comerciante.
También la conoce bien Eduardo Cervera, dueño de una tienda de indumentaria fallera en su calle. «Empecé a vestirla a ella y sus hermanas desde que salió de la corte infantil en 2011 y este año pasado como fallera mayor de la comisión. Va a ser la fallera mayor del cambio, es una chica actual, está muy metida en redes sociales, en el día a día de la gente joven. Muchas chicas jóvenes que vayan a ser falleras mayores en años venideros van a ver una imagen en la que reflejarse en el futuro», opina Eduardo.
De hecho, es influencer de moda en Instagram, donde tiene casi 14.000 seguidores. «Su trabajo son las redes sociales, se maneja muy bien y ahí consigue un sueldo, y aparte está estudiando el último curso de Derecho, o sea que tiene la cabeza bien amueblada. Va a ser una gran fallera mayor de Valencia y va a dejar una huella importante», expresa Cervera. «Tiene muy claro lo que quiere en cuanto a los colores, va a ser muy variable, lucirá una indumentaria muy rica en cuanto a tonos diferentes», añade sobre las preferencias y el estilo de la nueva máxima representante de las Fallas.
También en la calle donde vive Estela, Obispo Jaime Pérez, tiene Manuel la tienda de bolsos Annie. «Es clienta igual que su familia, son muy buena gente, muy falleros. Ha comprado alguna vez maletas porque viaja mucho, ya que su pareja está fuera. Es una chica ejemplar, estudiosa, muy fallera», indica el comerciante. «Conozco a su familia, su tío es párroco de Castellar y con su madre estudió en el instituto, son gente del barrio de toda la vida. No podían haber cogido una persona más apropiada para el cargo, es una chica muy dulce, se sabe mover muy bien en las redes sociales, hará un gran reinado», destaca Manuel.
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Como buena valenciana, es aficionada a los almuerzos y al tapeo, que hace en la Taberna Las Barricas que regenta Adela. «Suele venir, es una niña encantadora. Viene a almorzar y en Fallas siempre están por aquí. Viene con su madre, con la familia y también con amigos. Le gustan mucho los langostinos crujientes, las bravas, tomarse un refresco. En Fallas la cena siempre la compra aquí. Yo la llamo Estelita. Es muy buena chica, cariñosa, amable, educada, respetuosa, lo tiene todo», cuenta la propietaria. Además, añade su faceta solidaria, ya que recogió muchos alimentos cuando empezó la guerra de Ucrania en colaboración con una ONG para ayudar a los refugiados.
En su propia falla también están muy orgullosos de ella. «La hemos criado aquí, fue fallera mayor infantil dos años seguidos y de la Corte, es una chica encantadora, muy dulce, sabe hablar, sabe estar. Tiene muchos amigos en la falla. Su vida es la universidad y la falla», dice Vicente Chornet, delegado de Cultura. «Es divina, se lo merecía, es una familia excelente. Le gusta mucho caminar por Valencia, es muy empática con todo el mundo, hace mucho barrio», señala María, madre de la fallera mayor saliente, que es amiga de Estela.
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Y también desde que era pequeña la conoce Luis, dueño del kiosko Las Peques. «Desde que era una cría venía por aquí a comprar chuches. Estoy encantado de que haya salido Fallera Mayor, ahora ya entra menos, pero saluda siempre que pasa por aquí, es amable y encantadora, tiene una sonrisa espectacular, es muy simpática», expresa el comerciante, mientras otros clientes que esperan a ser atendidos hablan también con cariño de Estela. Enfrente está la farmacia que ella frecuenta, donde trabaja Esther. «La conocemos, su madre viene más pero ella también. Es encantadora, educada, amable. Es conocida y querida en el barrio. Le gusta comprar cosas de belleza sobre todo», señala.
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