Emoción en la fallera infantil de Valencia, Paula Nieto. JCF

Los falleros bordan un manto histórico para la Mare de Déu

Las flores configuran un diseño que conmemora el Centenario de la Coronación de la Virgen | El deseo de paz para Ucrania se cuela en el ánimo de valencianos y visitantes durante la Ofrenda

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 18 de marzo 2023, 01:24

El manto de flores y devoción que cada año tejen los valencianos para homenajear a la Virgen de los Desamparados en medio de las fiestas ... falleras está ya perfilado a falta de que se complete en la segunda jornada de la Ofrenda. A primera hora de la noche, las flores ya dibujaban la corona del diseño que en 2023 viste a la Mareta. No podía ser de otra manera en el Año del Centenario de la Coronación. El gran homenaje de los valencianos a la Virgen de los Desamparados ya se encuentra formado en su mitad y este sábado se completará el manto en cuya confección habrán participado más de 100.000 falleros. El paso de la fallera mayor infantil, Paula Nieto y de su corte de honor, ha cerrado la primera jornada de fervor hacia la Mare de Déu.

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Tras las últimas comisiones, pasaron ante la Geperudeta casas regionales, juntas locales y la comisión Azcárraga-Ferran el Catòlic, a la que pertenece la fallera mayor infantil de Valencia 2023, Paula Nieto. La jornada ha contado con la participación de 205 comisiones, en un año de renacer tras las dificultades de la pandemia.

En la primera hora de Ofrenda, la plaza de la Virgen y las calles que en ella confluyen ya eran un hervidero de gente que disfrutaba de ver cómo la Virgen se iba vistiendo de flores a manos de medio centenar de vestidores. Por la calle del Miguelete y el pasaje Aparicio Olmos se contemplaba la entrada de comisiones y la cara de emoción al descubrir el cadafal. En cada mirada, un deseo y una muestra de agradecimiento. Emiliana, de la falla Oltá, llevaba entre sus flores la promesa que el año pasado se hizo. «Es la primera vez que vengo a la Ofrenda. Se lo prometí a la Virgen porque el 11 de marzo de 2022 me diagnosticaron un cáncer de mama y no pude venir. Hoy he venido para agradecer que estoy viva».

Irene Marsilla

«Emoción» es sin duda la palabra más repetida por las falleras tras depositar su ramo. Pero no sólo. Se le llenan de lágrimas los ojos a Elena cuando recuerda que «es el primer año que desfilo sin que esté mi padre, que falleció hace unos meses». Y muy cerca está Natalia, una fallera que lleva cuarenta años desfilando, y no sólo estaba emocionada, también agradecida por haber superado los difíciles últimos años y con el mensaje «de pedir por todos» entre las flores de su ramo.

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El desfile de comisiones, que comenzó a la hora prevista -en torno a las tres y media de la tarde-, se ha ido desarrollando al ritmo establecido, con normalidad, como informaron fuentes de la Junta Central Fallera. La comisión Malvarrosa abrió el paso, que contó entre uno de sus primeros participantes con Eric, un bebé de dos meses, que se ha acercado a la plaza en brazos de su padre, un hombre emocionado, como él mismo ha confesado, de ser uno de los que ha empezado a vestir a la Mareta. Por la calle del Miguelete y por el Pasaje Aparicio Olmos iban llegando sin cesar falleros y falleras que al descubrir la imagen de la Mare de Déu mostraban el rostro de la emoción en un año especial en que está muy presente ese regreso a la normalidad absoluta tras varios años de convivencia con los vaivenes de la pandemia.

El diseño del manto

El manto, una vez terminado, ofrecerá la imagen de la corona en la parte superior, mientras que a los pies de la Virgen quedarán dibujados en flores un labrador y una labradora. Predomina el color blanco con la presencia también del rojo y el amarillo para trazar perfiles y definir elementos que forman parte de la corona. También se ven claveles rosa en alguna de las 'joyas' quue adornan la corona. El diseño lo completará la inscripción, también trazada con claveles y margaritas que recordará la efeméride. Los vestidors, incansables, han ido tejiendo el manto con los ramos que reciben y que en esta ocasión dejará un resultado distinto al habitual. Este año, no sólo el clavel será la flor en ofrenda a la patrona. La escasa producción de claveles empujada por condiciones climáticas que han retrasado la floración desembocó en una oferta incapaz de alcanzar la demanda, y con ello ha llegado también la autorización de la Junta Central Fallera para que los ramos puedan incluir margaritas.

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A ello se refirió Rafa Chordá, el cap de la colla de vestidors, destacando que las margaritas van a quedar muy bien integradas en el diseño de manto concebido para este año del Centenario de la Coronación de la Virgen de los Desamparados. «Son blancas, y casi será imperceptible la diferencia con los claveles», ha apuntado. Al mismo tiempo que ha señalado que el cadafal, sobre el que se habían observado algunos desperfectos, «se ha revisado y se han reparado algunos tablones», actuacion que le ha permitido afirmar que «está en condiciones».

El manto desvela su diseño. L. Garcés

La plaza de la Virgen y las calles que la circundan fueron toda la tarde un hervidero de gente. Turistas y visitantes patrios, como numerosos valencianos, se apoyaban en las vallas para ver de cerca a los suyos desfilar. «Desde las tres de la tarde estamos aquí. He venido a ver a mi sobrina, antes venía también por ver a mi hija, pero falleció», ha apuntado Marta, vecina de Valencia, emocionada. Es de las que no se pierde esta cita, aunque esta vez ha empezado a ver vestir a la Virgen desde el principio. Tampoco se la han perdido un grupo de turistas polacas asombradas por la belleza de los trajes de valenciana y la monumentalidad de la Virgen tejida de flores.

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El arzobispo, con las fallas

La Ofrenda contó desde primera hora con el rector de la Basílica, Melchor Seguí, dispuesto a «recibir» a los falleros en un año que ha asegurado que se respira «mucha alegría» tras varias ediciones de incertidumbre. El rector ha destacado que este año es especial, «es el del Centenario de la Coronación de la Virgen de los Desamparados». Y a las siete en punto de la tarde se sumó a la celebración el arzobispo de Valencia, Enrique Be navent, en la que era su primera Ofrenda como pastor de la Iglesia Valenciana. El prelado, en declaraciones a LAS PROVINCIAS, destacó la importancia de este acto como manifestación del fervor popular e hizo hincapié en la significación especial que adquiere por encontrarnos en el año del Centenario de la Coronación de la Virgen.

«Emoción» es sin duda la palabra que más repiten las falleras que por la calle Navellos abandonan la plaza tras depositar su ramo. Pero no sólo. Se le llenan de lágrimas los ojos a Elena cuando recuerda que «es el primer año que desfilo sin que esté mi padre, que falleció hace unos meses». Y muy cerca está Natalia, una fallera que lleva cuarenta años desfilando, y hoy no sólo está emocionada sino que agradecida por haber superado los difíciles últimos años y con el mensaje «de pedir por todos».

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Desfile de falleras en dirección a la Ofrenda. MIGUEL ÁNGEL POLO

En estos dos días, más de 100.000 las personas se acercarán al emblemático enclave. Y también están los vestidors, las bandas de música llegadas desde todos los puntos de la Comunitat Valenciana y el público dispuesto a disfrutar de uno de los actos más emotivos de las celebraciones de las Fallas.

La de este año ha sido la Ofrenda que recupera su habitual trayecto a través de la plaza de la Reina, con la Catedral y el Miguelete de fondo, tras las obras de remodelación del emblemático enclave urbano. Han quedado atrás esos días de desfile con mascarillas, sin besos y sin abrazos que impuso la pandemia. Como queda ya en las hemerotecas una tarde de agua chispeante con la amenaza sobre el cielo de que la cosa pueda ir a más. Este sábado, en Valencia y sobre sus fallas, ha lucido el sol que a última hora de la tarde al retirarse ha dejado una velada fresca de primavera.

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Paz para Ucrania

Y es también la Ofrenda que llega en un tiempo marcado por la triste presencia en Europa de las consecuencias de la invasión de Ucrania por las tropas rusas. Un triste hecho histórico que se hace presente en el homenaje a la patrona de Valencia con presencia en la Ofrenda de representantes de familias ucranianas residentes y acogidas en la ciudad y que con seguridad entregarán sus flores a los vestidors con el mensaje añadido de que la paz regrese a su tierra.

Es el caso de Inna Bilorusova, su marido Valeri Chmykh, y sus tres hijos. El matrimonio vive en Valencia desde hace 23 años y la pasión por la ciudad y las Fallas se ha colado en sus venas y se ha hecho parte de su identidad. La felicidad por desfilar ante la Virgen no puede apagar la inquietud que sienten hacia su país. En Ucrania combaten el hermano y la cuñada de Inna. Parte de su corazón late al ritmo al que estallan las bombas. «Le pediré a la Virgen que acabe la guerra en mi país», confiesa Inna mientras se prepara para salir en la Ofrenda.

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Junto a la solicitud de paz que ansía el mundo, llegarán las peticiones de cada valenciano entre las que estarán las de quienes en medio de circunstancias económicas poco halagüeñas desean un puesto de trabajo para ellos o para los suyos. De aquellos a quienes cada vez les cuesta más llenar la cesta de la compra, de los que aguardan a que pasen los días mientras contemplan su nombre inscrito en una larga lista de espera para ser intervenidos en un hospital.

Una vez más, emoción en los rostros de las falleras y falleros, que este sábado seguirán desfilando ante la Mareta y depositando sus besos en los ramos de flores.

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