Una Ofrenda entre plásticos

En estas Fallas de la vuelta y el reencuentro, lo importante es volver, el cómo se vuelva es otro cantar. Con chubasqueros de plástico, con faldas protectoras o con inventos caseros, lo importante es volver a las calles, participar en los actos y sobre todo, salir en la ofrenda. Esa es la filosofía de muchas falleras que han recurrido al plástico de cualquier tipo para salvar la seda de los trajes de fallera del agua.

La Ofrenda de Fallas, en directo

Desde hace una semana que en las tiendas de indumentaria se han agotado unos protectores de plástico para las faldas cosidos hasta con puntilla. Una de las soluciones más dignas para la lluvia. El inventor fue Salva, que después de conocer el parte meteorológico para la semana grande de las Fallas se puso a maquinar una solución.

Salva es proveedor y realiza ventas a las tiendas de indumentaria, dueño de La Llar del Fil ideó el producto estrella de este año: unos protectores transparentes que permiten que se vea el traje y que están cosidos con cintura ajustable y con un acabado con puntillas en los bajos de la falda.

«En dos semanas hemos vendido más o menos 800 protectores, no pensábamos que iba a tener tanto éxito», reconoce Salva que ya no tiene más stock y lamenta que se haya acabado.

En la tienda de indumentaria Roa llevan recibiendo llamadas toda la semana. «De cien llamadas que recibo casi la mitad son para preguntarme por estas faldas de plástico», relata la dependienta que atiende el teléfono.

«La gente está comprando hasta por internet pero es que ahora se venden por más del doble, si nosotros los estamos vendiendo a 25 euros en internet los están encontrando de segunda mano por 60», explica.

En Julián López y en Bennizaa Indumentaria también se han acabado. Y lo que recomiendan los indumentaristas a sus clientas es buscar soluciones en plásticos de pintor con los que se puede cubrir la falda completa y hacer un apaño acoplado al traje. Las llamadas son constantes pero ahora la única solución que queda es echarle imaginación.

Aina Donet y María San Eugenio de la falla Vilanova de Gandía han tenido suerte. Vieron en el instagram de La Llar del Fil esta falda de plástico y decidieron comprarla con los ojos cerrados, ahora son la envidia del resto de su comisión.

Pero quien se ha quedado sin, ha encontrado solución donde ha podido, como Elia y su amiga Aitana de la falla Mercado de Ruzafa. Ellas por salir en la Ofrenda hacen lo que sea, su emoción va más allá y lo harán llueve o truene, ataviadas con chubasqueros de plástico. «Me da pena no salir en la Ofrenda, es el acto que más me gusta, así que aunque nos mojemos, queremos ver a la Virgen», zanja Elia.

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