Los artistas falleros se van

No es por catastrofistas pero han sido demasiadas señales las lanzadas por unos artistas falleros cansados de esperar unos apoyos y reconocimientos, más allás del 'palo' que reciben en la plaza del Ayuntamiento y unos contratos con las comisiones falleras donde apenas les quedan beneficios.

Los artistas falleros han empezado a relacionarse con otros profesionales, lo desliza el mismo Baenas en sus sentidas palabras, y se han dado cuenta de que la vida es más rentable más allá de la sátira fallera. Hace ya muchos años que los talleres trabajan para decorar restaurantes, festivales de música o parques temáticos, pero es que ahora parece que es la única salida.

Compromís y PSPV tuvieron ocho años para darle una respuesta a la crisis de Ciudad Fallera, ese sueño de Regino Mas que se desvanece por una crisis que no parece resolverse con la formación, la llamada FP de artista fallero. El plan del anterior gobierno municipal no se tradujo en nada tangible y ahora le toca mover ficha a la alcaldesa Catalá.

Poco más puede hacer el Ayuntamiento, salvo aumentar las ayudas al mal denominado monumento. Este año llegarán al 30%, algo más que en 2023, aunque es hora de que las comisiones se involucren más con estos presupuestos. Nadie tiene una varita mágica que dé una solución rápida, pero lo que está claro es que la marcha de artistas de primer nivel de la sección Especial, como Martínez Aparici y ahora Baenas, es una mala noticia para el concurso. Las palabras del presidente del Gremio de Artistas Falleros («No nos dejéis morir»), deberían hacernos reflexionar a todos y pensar más en los fundamentos de las Fallas.