Una Crida para curar

Hay que ser cuidadoso en esto, dado que se puede confundir con el deseo de olvidar a las diez víctimas mortales y a las familias que ya llenan un edificio municipal en Zafranar. Lo ocurrido en el incendio de Campanar hay que averiguarlo hasta las últimas consecuencias, con mesura y calma pero sin parar la mano en el caso de que haya que golpear.

Ya se ha escrito en muchos sitios que ese incendio no fue normal, que la finca ardió como una cerilla y se convirtió en una trampa mortal. Debe averiguarse el origen, el motivo de la propagación tan rápida y si el diseño y los materiales tienen algo que ver, examinarse la licencia con lupa para ver quién la dio y porqué.

Dicho eso, para que quede claro, el próximo 1 de marzo comienzan las Fallas, unas fiestas que generan cientos de millones de euros para Valencia. Y la Crida sabiamente suspendida por el luto oficial de Valencia debe celebrarse con un recuerdo para las víctimas, añado.

Lo digo sin la confirmación oficial del Ayuntamiento, que no quiere decir nada todavía. Me pueden cerrar la boca pero algo me dice que ese acto se hará este domingo. El escenario sigue ahí, a los pies de las torres de Serranos, no lo olvidemos.

Será una Crida anómala y habrá que esperar a ver el programa, aunque los carteles que prohíben el estacionamiento en las vías de evacuación ya están colocados. ¿Habrá macrodespertà? ¿Y mascletà en la plaza del Ayuntamiento? Veremos, aunque lo que sí tendrá todo el sentido del mundo será acudir a la Basílica de la Virgen. Estos días rezar también es una forma de curar.