El primer domingo fallero concluyó tras un poco de susto por las rachas de viento y un incógnita tras una Crida emocionante por el recuerdo ... de la tragedia de Campanar, ¿Qué Fallas tendremos? Son los nervios del estreno, mezclados con las expectativas y deseos de una fiesta en la que siempre hay que dejar algo de margen para lo improbable.
Publicidad
En teoría, las fallas serán mejores que el pasado año al aumentar el presupuesto global, aunque esto no es así siempre. El próximo 19 de marzo arderán 8,86 millones de euros, que se dice pronto. Al ser una disciplina artística, es imposible llegar a una conclusión hasta que estén todas en la calle. Lo que sí que piden (pedimos) los aficionados es que abunde las críticas social y política, el riesgo y la innovación.
Hasta dentro de una semana no empezará el trabajo en la calle. El próximo finde, por cierto, con riesgo de lluvia en Valencia, lo que puede decidir a los artistas que retrasen algo la descarga si no van muy apurados en los plazos de los encargos. Para entretenernos tendremos mientras el concurso de iluminación, con epicentro en las calles Ruzafa, que como siempre serán los primeros que ponen a prueba el dispositivo municipal.
Verbenas en las calles, luces, petardos a mansalva, mojitos en los puestos,... La oferta turística en el inicio de su apogeo para una ocupación del 85% de los apartamentos según una de las asociaciones del sector. Falta ver los hoteles pero me sorprendería que los días grandes de la fiesta la cifra sea menor. La apuesta fallera es siempre ganadora salvo algún año excepcional en el que la saturación ha sido tan grave y desmedida que el éxito ha dado paso a la mala imagen.
Publicidad
Para eso, la limpieza es fundamental. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Mundina, dijo ayer que había aumentado un 35% el barrido y baldeo en la zona de la Crida, alrededor de las torres de Serranos. ¿Podría ser ese incremento para el resto de las fiestas? Es pedir un imposible al presupuesto, pero si hay algo que tira para atrás al turismo es la suciedad, junto con la impresión de que están pasando unos días en una ciudad sin ley ni orden.
No recuerdo el año en el que fue, pero guardo en alguna neurona la imagen de un sujeto cocinando embutido en una pequeña barbacoa de madrugada en plena calle Xàtiva. Como si estuviera en su casa, oye. Me quedé tan sorprendido que no acerté a preguntarle el precio de los bocadillos que vendía para incluirlo en la noticia, aunque lo que sí tengo claro es que no había Policía a la vista por ningún lado.
Publicidad
La plantilla de la Policía Local ha aumentado y la nueva unidad, dedicada a los mercadillos y el botellón, tendrá su primera prueba seria. La Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención, que así se llama el grupo, me recuerda mucho a la Brigada 26, conocida como Los Hombre de Harrelson, que se enfrentaron en los años 70 y primeros 80 al desmadre en los barrios de Valencia por el consumo de heroína y los delitos. Este año, cuanto menos necesario sea su trabajo, mucho mejor.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.