Carla Colprim vivió hasta los 16 años en Girona. Es fallera desde que nació, por lo que en su colegio sabían que la tercera semana de marzo no podían contar con ella porque venía a la tierra de su madre, que también es la suya, a disfrutar de la fiesta que ama gracias a la influencia de su progenitora.
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-¿En qué consiste su trabajo como técnica de control y análisis de calidad química?
-Estoy en el laboratorio de I+D en una empresa que se dedica a fabricar principios activos para fármacos de liberación prolongada. Estudiamos e investigamos aquellas enfermedades que no tienen cura y buscamos un fármaco que actúe donde se necesita. Me dedico a la parte de calidad: una vez diseñado, tiene que pasar unos controles y ahí vemos si los pasa o no. Hice grado de Química y un grado superior específico.
-¿Qué acto destacaría de su comisión?
-Por supuesto, San José. Es un acto muy emotivo. Vienen las falleras mayores y las cortes de honor. Además, es el patrón de las Fallas. Le tenemos también mucha devoción a la Virgen y es uno de los actos más esperados, pero en mi falla, San José es quizá el más esperado.
-¿Qué cualidades tiene para ser fallera mayor de Valencia?
-Bueno, me considero una persona muy perseverante. Me marco unos objetivos siempre y me gusta llegar a ellos sin decaer, poquito a poco. A veces tardas más o menos pero lo importante es no tirar nunca la toalla.
-El baile es esencial en su vida.
-Sí. He hecho ballet toda mi vida, desde que era pequeña. Para mí el baile ha sido una manera de desconexión, de reencuentro, de progresión... Es fundamental. En la falla lo intento aplicar también. Me dedico a hacer las coreografías de las presentaciones infantiles y mayores también a veces. Está muy ligado a mi vida.
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-Usted se sabe el himno desde muy pequeña.
-Desde muy pequeñita, sí. En mi casa somos muy falleros desde siempre y mi madre me ha inculcado mucho la cultura valenciana. Yo tenía capacidad de retención y lo vivía mucho. En una presentación me puse a cantarlo incluso. La gente se quedó muy sorprendida.
-Pero usted vivió desde pequeña fuera de Valencia.
-Sí, mi madre es valenciana y mi padre no. Vivíamos en Girona. Desde que nací y hasta los 16 años residía allí. Luego nos trasladamos a Valencia. No podía disfrutar de las Fallas como tal.
-Antes de empezar el curso mi madre se reunía con los tutores y les decía, 'esta semana mi hija no estará'. Soy fallera desde que nací, así que esa semana no iba pero tenía que adelantar los exámenes y los trabajos. Mi madre se cogía vacaciones y veníamos. Nos ha inculcado siempre el amor por la fiesta. Ella es valenciana de nacimiento y yo me considero valenciana de corazón.
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