El petardo del moco de dragón destrona al perro cagón

«El moco de dragón es silencioso, produce un doble efecto visual y no detona», explica Samuel Albiñana, el gerente de la cadena de tiendas La Petardería. Actúa de la misma manera que sus predecesores, el perro cagón y el bebé Cagón': el petardo se enciende a través de una larga mecha y reproduce el lanzamiento de una llamarada de fuego a través de su boca. Cuando esta llega a su fin, de los orificios nasales del dragón emerge una sustancia que simula un moco. La ilustración y el diseño gráfico del petardo corre a cargo del artista fallero Paco Camallonga.

El negocio de la pirotecnia tiene «buenas previsiones» para esta campaña fallera, momento álgido del año en cuanto a facturación puesto que se factura más del 90% de lo que se gana en un ejercicio. El sector dice ser la excepción que confirma la regla ya que es no se ve tan influido por la inflación al ser productos de bajo coste: «El ticket medio de venta es de 20 euros y el gasto por familia ronda los 45», explica el gerente de La Petardería. De hecho, los establecimientos de esta firma únicamente abren sus puertas del 19 de febrero hasta el día de la Cremà.

Según Albiñana, las pirotecnias están cada vez más concienciadas en el hecho que los productos produzcan menor cantidad de sonido en pos de la espectacularidad visual «para evitar molestias y que todo el mundo pueda disfrutar de ellos». Una buena muestra de ello es que los petardos más demandados en las tiendas de La Petardería son aquellos que tienen una carga de detonación de baja intensidad como los chinos o las bombetas.

Agentes de la Guardia Civil realizarán registros diarios a los más de 60 establecimientos de compraventa de petardos de la ciudad para verificar si incumplen algún aspecto de la legislación que regula la venta de pirotecnia al público. El jefe de la Intervención de Armas y Explosivos de la comandancia de la Guardia Civil de Valencia, el teniente Antonio Díaz, ha explicado los requisitos que deben cumplir este tipo de tiendas para poder distribuir artículos pirotécnicos.

Los guardias civiles comienzan los registros exigiendo la documentación para comprobar que el establecimiento tiene los asuntos burocráticos en orden. Los efectivos de la Benemérita prestan especial atención a la autorización que debe tener expedida cada tienda por parte de la Delegación de Gobierno. Dicho documento indica el tipo de artículos pirotécnicos que pueden comercializarse en el recinto así como otras cuestiones relacionadas con la capacidad máxima de almacenamiento y el personal autorizado para su venta. Los locales deben contar obligatoriamente con un seguro de responsabilidad civil.

La ciudad tiene registrados entre 60 y 70 recintos en los que se van a llevar a cabo inspecciones durante estos días del mes de marzo. La finalidad de estos registros es garantizar que las tiendas cumplen con la normativa de seguridad. El teniente Díaz informa que los comerciantes de este tipo de productos suelen estar acordes con la legalidad vigente aunque en algunas pocas ocasiones «se detecta la venta de artículos de una categoría no autorizada o se excede la capacidad de almacenamiento del local». Asimismo, el oficial de la Guardia Civil explica que existen revisiones ordinarias en las tiendas de pirotecnia durante todo el año aunque de cara a las Fallas se intensifican.