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Á. SERRANO/J. LITA
Lunes, 9 de marzo 2020, 00:18
Sirve como ensayo general de lo que ocurrirá en una semana. Dentro de exactamente siete días, la ciudad estará en fiesta por sus cuatro costados. Ayer, lo que se vivió en el entorno de la plaza del Ayuntamiento y en los alrededores de las demarcaciones de las fallas de Especial fue apenas una fracción de lo que se vivirá el fin de semana que viene. Y a tenor de lo visto en bares y cafeterías de casi toda la ciudad, será un buen ejercicio para las comisiones y los negocios.
Claro que el día de ayer se prestaba a ello. Había decenas de actividades en el centro. Entre ellas, el Cant de l'Estoreta, que organiza la falla Plaza del Árbol y que ya es uno de los actos falleros con más solera en la ciudad. Acompañadas del buen tiempo, las comisiones participantes llenaron la plaza del Carmen. El premi al Cant se lo llevó Ripalda-Beneficiencia-San Ramón, mientras que el galardón al Conjunt fue para Dr. Serrano-Carles Cervera-Clero, con el lema «L'aigua creixerà o minvarà però mai faltarà». El premio al xiquet més típic, uno de los más esperados, fue para el llaurador de Carrer de Baix-Mesó de Morella. En lo referente a galardones especiales, Marqués de Caro-Dr. Chiarri se llevó el de la Dipitación, mientras que Plaza del Negrito recibió el premio Fundadors-Manuel Aliaga i Manuel Jesús-María Baselgas. La propia comisión Plaza del Árbol otorgó su premio a la falla Joaquín Costa-Burriana.
Mientras, conforme se acercaba la hora de comer y la de la mascletà en la plaza del Ayuntamiento era cada vez más complicado encontrar alguna mesa libre en alguna terraza. «Vamos a tope, no me puedo parar», decían en un local de la calle Ribera. Las vías peatonales de los alrededores del Consistorio eran, como siempre, las más transitadas. Incluso las churrerías situadas en la zona estaban a reventar, ocupadas por turistas despistados que decidían probar el chocolate con churros o buñuelos a la hora de comer.
Incluso después de comer el centro hervía de actividad. Y eso que todavía no son los días grandes. No se veía el miedo al coronavirus por ninguna parte, aunque es, como dicen los ingleses, el elefante en la habitación. Nadie quiere hablar de las consecuencias de cualquier decisión destinada a mitigar la expansión del virus que pidudiera suspender concentraciones masivas, aunque sí es cierto que se pudo ver a turistas con mascarilla, sobre todo asiáticos, en varios enclaves del centro. Cabe recordar que las autoridades sanitarias insisten en que el uso de mascarilla es recomendable para quien tiene el virus, no para quien no lo tiene, y quien lo tiene ha de quedarse recluido en casa.
Con todo, incluso en las comisiones había actividad, lo que podía parecer complicado debido a la noche de fiesta del sábado al domingo. En varios enclaves de la ciudad, de hecho, hubo macrodespertàs en el entorno del Mercado de Jesús, en la demarcación de la falla Castellón-Segorbe y en el barrio de Patraix, entre las demarcaciones de Puebla Valverde-II República-Tres Cruces y Héroes-Virgen de la Cabeza-José María Mortes Lerma. En el centro, Doctor Collado organizó un encuentro de dolçainers para homenajear al maestro Joan Blasco. Tras la primera concentración los músicos partieron desde la Lonja, por María Cristina y San Vicente, buscando la calle de la Sangre y para después acceder a la plaza del Ayuntamiento. Allí interpretaron debajo del balcón consistorial una pieza musical. Cerca de esta comisión, también a las 12 horas la falla Linterna-Na Robella celebró un concierto a cargo de la Unió Musical Centre Històric de València, también con motivo del Día de la Mujer.
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