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S. V.
Valencia
Viernes, 28 de marzo 2025, 20:53
El Gremio Artesano de Artistas Falleros (GAF) de Valencia ha preparado un manual de instruciones con los pasos que pueden dar las comisiones de falla ... a la hora de contratar las fallas que plantarán en 2026 en sus demarcaciones.
Es una guía para tener claro, antes de dar el apretón de manos, las garantías que ofrecen los talleres, asegurarse de que el artesano y su taller están en regla y para evitar sorpresas de úñtima hora o instrusismo profesional.
Este manual de instrucciones se ha presentado a la Interagrupación de Fallas y a las federaciones de Especial, Primera A, Ingenio y Gracia e I + E. Se trata de un manual, en todo caso de recomendaciones, con el fin de «dignificar el oficio y erradicar el intrusismo, en la medida de las posibilidades», indican.
El gremio ha dividido el documento en seis apartados como son la trayectoria y experiencia, la formación, acreditación y profesionalidad, condiciones del taller, claridad en el presupuesto y colaboración con la comisión fallera, seguimiento del trabajo y empatía y respeto por el trabajo del artista.
El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, Vicente Julián García, ha recordado que el documento «se ha elaborado y entregado a las principales entidades del mundo fallero con una idea a la que me presenté en las elecciones a maestro mayor: Combatir el intrusismo y garantizar la calidad el oficio y su prestigio. Sin el apoyo de las comisiones falleras esto es imposible y, por eso, se lo hemos facilitado para su estudio».
Recuerdan que uno de los principales desafíos del gremio es el intrusismo profesional. «Es de vital importancia contratar sólo a profesionales acreditados para garantizar la calidad de las fallas y proteger el oficio de artista fallero. Y así se lo hemos hecho saber a todos».
Con las recomendaciones incluidas en el documento, argumentan, «las comisiones falleras pueden garantizar una colaboración más fluida, transparente y satisfactoria con los artistas falleros. Respetar el trabajo del profesional, asegurarse que todo se hace dentro de la legalidad beneficia a ambas partes, comisión y artista fallero pero, además, contribuye a la continuidad y dignificación del trabajo de los artistas falleros. Si esto se logra, con un buen planteamiento y una relación de confianza, la falla, el eje de la fiesta, será un éxito tanto a nivel artístico como organizativo», ha explicado el maestro mayor a los representantes de los principales organismo falleros
Y así lo han entendido el presidente de la Interagrupación, Fernando Manjón, quien acudió con los vicepresidentes Miguel Calap y Tono Fagoaga; y los presidentes de las federaciones de Especial, Rafa Mengó; de Primera A, Antonio Escrig; de Ingenio y Gracia, Ximo Berlanga y el de I + E., Sebastián Marín, quienes harán llegar el documento a todas las comisiones.
En el manual de recomendaciones se incluyen seis pasos. El primero hace referencia a la trayectoria y experiencia. Y, desde el gremio, argumentan que a la hora «de buscar un artista fallero es recomendable optar por aquellos que tengan una trayectoria contrastada en el mundo fallero. Esto implica revisar trabajos anteriores, reconocimientos recibidos y su capacidad para cumplir con los plazos y calidad esperados».
También se indica que si «se decide confiar en un artista novel, es importante que esté avalado por un profesional veterano».
Del mismo modo, en el paso dos, se habla de la formación y acreditación y profesionalidad. Detallan desde el gremio que siempre «es mejor contratar artistas falleros que estén titulados, acreditados o agremiados, puesto que esto asegura una preparación técnica y profesional». La titulación se obtiene a través del Grado de FP de Artista Fallero y Escenografías. Y los artesanos que llevan ya muchos años en el oficio han convalidado sus conocimientos con unas acreditaciones realizadas desde el Ministerio de Educación.
Antes de formalizar cualquier contrato, «hay que verificar que el artista esté al corriente de sus obligaciones fiscales y no tenga deudas con el Estado. Un artista con problemas legales o económicos puede enfrentarse a embargos o sanciones que podrían afectar el desarrollo de su trabajo», añaden.
Del mismo modo, en este manual se indica que el artista «vive de las Fallas y para fomentar la continuidad del oficio, es importante contratar profesionales que estén dados de alta de autónomo durante todo el año. Esto ayuda a preservar el sector y a evitar que se convierta en un hobby complementario a otro trabajo fijo. Si se quiere garantizar el futuro del oficio, hay que apoyar aquellos artistas que lo tienen como forma de vida, evitando el intrusismo laboral».
El tercer punto hace referencia a los talleres. Recomiendan a las comisiones que tengan en cuenta las condiciones del taller. «Es imprescindible que el artista trabaje en un espacio que cumpla con la normativa vigente y que disponga de las licencias de actividad correspondientes. Esto garantiza que el trabajo se realiza en un espacio seguro y legal». Y recuerdan que, en caso «de accidentes, si el taller no está en regla, los seguros no se harán cargo de los daños ocasionados, lo cual puede derivar en problemas graves para la comisión y para el artista».
Recuerdan que si un artista «no tiene licencia ni paga impuestos, evidentemente podrá ofrecer más falla por el mismo precio. Sin embargo, esta circunstancia comporta unos riesgos importantes: Durante el año puede ser denunciado y verse obligado a cerrar el taller, lo cual afectaría la construcción de la falla. En caso de catástrofe (incendio, accidente, etc.), el seguro podría no hacerse cargo de los daños, generando un problema económico y legal grave».
También indican que con las inspecciones de trabajo de los últimos años por temas de seguridad y riesgos laborales, «existe un riesgo elevado que se empiezan a hacer inspecciones para evaluar las licencias de actividad y se clausuran talleres que no cumplan la normativa (como ya ha ocurrido). Esto puede afectar gravemente a los artistas que trabajan en condiciones irregulares y poner en peligro la viabilidad de su trabajo. Por este motivo, recomendamos a los compañeros que están empezando que se plantean opciones de trabajo en espacios legales, en uso de talleres compartidos o coworkings para garantizar el cumplimiento de la normativa y evitar problemas en el futuro».
En caso de artistas que están empezando y todavía no disponen de taller propio, desde el gremio recomiendan que «hay que intentar que compartan espacio con artistas que sí que tengan todos los permisos en regla, garantizando así unos mínimos de seguridad».
El cuarto punto del manual para contratar artistas para las Fallas de 2026 está relacionado con el presupuesto. Y desde el gremio aseguran que es «fundamental tener claro el coste real de una falla. La sociedad funciona con unos precios establecidos y si un artista ofrece mucho más por el mismo precio, puede haber algo que no cuadra». Recuerdan que los «bocetos pueden ser muy atractivos, pero hay que saber diferenciar entre una propuesta realista y una que es simplemente engañosa».
Y argumentan que el precio de la falla «no es el que la comisión paga. Hay que tener en cuenta que del presupuesto acordado se descontará: El 10% de IVA, que el artista tendrá que abonar a Hacienda; las retenciones aplicables según el régimen fiscal de cada artista; otros gastos como alquiler de taller, materiales, seguros, luz, transporte, mano de obra, etc».
Para favorecer el buen desarrollo de la falla, si la comisión puede, es interesante que garantice, según el gremio, el transporte o un lugar donde guardar la falla en caso de que sea necesario. Esto puede ayudar a optimizar costes y evitar problemas logísticos de última hora.
También recuerdan que se puede trabajar «codo a codo con el artista para la realización de la cartelería y el versado de la falla. Esto permite que la comisión participe activamente en la explicación de la temática y fomenta el uso de nuestra lengua. Esta colaboración ayuda a perpetuar la esencia de la falla y a darle una coherencia temática y lingüística que la hace más rica culturalmente».
En el quinto punto del manual se centran en el seguimiento del trabajo. En este caso, indican que una vez contratado el artista, «es esencial hacer un seguimiento del trabajo durante todo el año. No se puede esperar en el día de la plantà para descubrir que la falla no está acabada».
Por eso, se recomienda «acordar visitas periódicas al taller para ver la evolución de la falla, hacer sugerencias si hace falta y comprobar que se cumplen los plazos acordados. Un buen seguimiento evita sorpresas desagradables y permite una comunicación fluida entre la comisión y el artista».
En un último punto hablan de la necesidad de no exigir más de lo presupuestado, Indican que llevar «un taller de fallas es una tarea dura y compleja. El artista trabaja bajo presión y tiene que gestionar muchos aspectos además de la escultura y la pintura, como la logística, la seguridad y las exigencias de cada comisión. Apretar demasiado a los artistas o exigirlos más del que es razonable, sólo lleva a tensiones, retrasos y, en muchos casos, un resultado peor».
Por eso concluyen que mantener una relación basada en la confianza y el respeto mutuo siempre dará mejores resultados. Un artista motivado y muy tratado estará más implicado en el proyecto y dará el mejor de sí mismo«.
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