«Mi reinado como fallera mayor va por Sara»

La ocasión es histórica y Nerea lo vive con espiritualidad, con brillo en los ojos «porque es una oportunidad única poder ir a la Ofrenda de Valencia. Sabemos que este año nuestras Fallas no se celebran con la normalidad que querríamos, pero es una manera de dar las gracias a la Virgen por poder contarlo, después de la trágica dana que hemos vivido y también servirá para agradecer la solidaridad de la gente que se está volcando con todos los pueblos afectados».

En la indumentaria, tanto de Nerea, como de sus compañeros del cuadro de honor y los falleros de la comisión, este año se suma un lazo negro cerca del corazón, en señal de luto por los fallecidos y desaparecidos en la dana del pasado 29 de octubre, lo llevarán en la ofrenda de Benetússer.

Hasta en el estandarte que representa a toda la falla Joventut se ha puesto un crespón negro, como en otras fallas de la zona cero, como es el caso de las de Catarroja o Paiporta.

Nerea es consciente de que es un año muy importante para ella, por el reinado que tanto esperaba, pero a la vez reconoce que es «un año con un sabor agridulce por todo lo vivido». Pero todo esfuerzo tiene un premio. La comisión ya le ha confirmado que el año que viene también lucirá la banda de fallera mayor.

Además, relatan los falleros de esta comisión de Benetússer que lo están viviendo de una forma muy emocional porque «una de nuestras falleras y su padre fallecieron al intentar ir a sacar el coche, como a otras tantas personas les ha sucedido».

Se da la circunstancia de que la joven de 24 años fallecida, Sara Carpio, era muy amiga de Nerea y en cada acto la lleva en el pensamiento.

«Mi reinado como fallera mayor va por Sara», cuenta emocionada. Y es que precisamente Sara se apuntó el pasado año a la comisión para vivir de cerca las Fallas y este año eran muchos los sueños y actos que tenían ganas de vivir en el grupo de amigos.

«De hecho, se hico fallera por mí. Se había metido de lleno en la comisión y se hizo un traje nuevo las Fallas pasadas. Incluso llegamos a hablar de que iba a intentar hacerse uno nuevo este año, para mi reinado, pero vino la dana y todo se truncó», describe Nerea, muy afectada.

También detalla que la emoción y las ganas de vivir cada acto cerca de Nerea era tal, «que incluso me dijo que iba a cuadrar sus turnos de trabajo por la mañana para poder seguirme en los actos. Decía que no quería que me quedara o fuera sola a ningún acto, que estaría cerca de mí».

Después de lo sucedido, tuvo lugar la presentación de la falla, una de las jornadas más importantes de una fallera mayor, «nos vestimos todos los amigos y, tras celebrar la presentación, fuimos al cementerio a ofrendarle todos nuestros ramos».

En esta ocasión, ha tenido el privilegio, como su fallerita infantil, Ángela Rodríguez, de asistir a la Ofrenda de Valencia «y este ramo que entrego a la Virgen es para Sara, en su memoria».

La salida de Nerea de su casa ha sido muy sentida y su presidente, Manuel García, también estaba emocionado. «Para nosotros es un día muy emotivo tras todo lo que hemos pasado. El reinado y el ramo van por Sara. Y en el estandarte llevaremos todo el año un crespón negro. También todos en la ofrenda de Benetússer este martes», ha asegurado García.

Después de unos minutos de preparativos y nervios se desplazaron a la plaza de San Agustín, uno de los dos puntos donde la Junta Central Fallera había convocado a los cuadros de honor de las comisiones y juntas locales de los pueblos afectados por la dana para participar en esta Ofrenda histórica.

Allí también estaban, por ejemplo, los componentes de la falla Maestro Serrano de Paiporta, que también perdieron a un fallero el día de la trágica dana de nombre Toni Salvador.

Su presidente, José Miguel Mandingorra, comentó que «hay gente que ha perdido a su padre o madre o en mi caso, al hermano de mi padre. Nuestro fallero, Toni, era una persona que siempre estaba dispuesta a ayudar en lo que fuera en la falla. Le encantaba participar en los concursos de paellas». Apuntó que es un «honor poder representar a todos los falleros e ir a Valencia a ofrecerle el ramo y nuestros rezos a la Mare de Déu».

Antes de desfilar ante la Mare de Déu, el ambiente en la plaza de San Agustín, uno de los dos puntos de concentración para pasar por la Ofrenda, era de una germanor fallera. Todos los presentes tenían en mente a las personas de sus localidades que han fallecido con la dana.

«Hemos perdido vecinos o amigos. Es día de recordarles y de ver a la Geperudeta», ha explicado José Sospedra, presidente de Sant Torcuat de Sedaví. En la falla del Bressol del Moble, Iván Ayuso, ha explicado con brillo en los ojos: »Que esto no vuelva ocurrir». También ha añadido que su falla infantil quedó muy afectada «pero la hemos pedido recuperar y hemos podido plantar».

En la misma plaza San Agustín también se habían concentrado los falleros de Massanassa. Incluido su alcalde, Paco Comes. «Este año es doblemente emotivo, pasar ante la Virgen y con todo lo que hemos sufrido. Le pedimos que medie para que esto no vuelva a pasar. También le daremos las gracias por estar aquí. Además, se ha podido comprobar que las fallas son muy solidarias y que con esta fiesta no puede nadie».

Mientras daba los últimos retoques a la indumentaria de su hija, Elizabet Tárraga, presidenta de la falla Poble de Massanassa, recordaba que en Sedaví se han ido «16 personas. Es un día de pensar en todos los fallecidos». De la junta local de Sedaví, Rosabel Gascó, explicaba que el ramo es «para todos los que nos han dejado». Jennifer Arteaga, fallera mayor de la junta local de Alfafar, ha indicado muy emocionada que lleva el ramo con una cinta negra en la que se puede leer 'el poble als teus peus'. «Todos estos ramos va por todos los que no pueden estar aquí».

El recorrido desde San Agustín y también desde la plaza de Tetuán hasta la plaza de la virgen ha sido muy emotivo para cada uno de los componentes de los cuadros honor de las poblaciones afectadas por la gana. Entre silencio y lágrimas. Se han escuchado los latidos de sus corazones unidos y más fuertes que nunca. Todos han mirado al cielo. Buscando y dedicando a los que ya no están.