El reto de evacuar a más de 150.000 personas tras la mascletà

Imagine la situación. Es 17 de marzo. Las Fallas están en su pleno apogeo. De hecho, esa tarde se darán los premios y usted ha acudido a ver la mascletà. Está junto a otras 159.999 personas en la plaza del Ayuntamiento, esa explanada cuyas costuras se ponen a prueba. Hace sol y la música que sale de los altavoces del edificio consistorial anima el ambiente. De repente, escucha un grito y unas filas por delante de usted, o por detrás, ve que la gente empieza a correr. Se empujan los unos a los otros, como si un enorme monstruo recorriera un bosque. No sabe qué pasa, pero tiene que salir de ahí cuanto antes. Algo ha provocado el pánico en la plaza del Ayuntamiento y el dispositivo especial se pone a prueba. Hay pocos segundos para evacuar a 160.000 personas.

Las Fallas del millón de personas que comienzan la semana que viene comprobarán hasta qué punto la fiesta puede sobrevivir a la masificación. Uno de los enclaves donde más a prueba se pondrá eso es en la plaza del Ayuntamiento. Epicentro de la fiesta fallera, su aforo es de 107.000 personas, que se agrupan no sólo en la plaza sino también en las calles aledañas. Eso es, en todas las que no están calificadas como vía de emergencia o vía de evacuación. Las primeras son por las que discurrirían los vehículos de emergencia, como las ambulancias, y las segundas por las que las personas abandonarían la plaza. Son vías de emergencia Sangre, En Llop y Barcas, mientras que vías de evacuación son Periodista Azzati y Roger de Lauria. Por eso no pueden ponerse a ver la mascletà en esas calles, valladas desde las 12 horas. El detalle es tal que se sabe hasta por qué calle saldrán las ambulancias para ir hacia los distintos hospitales públicos. Por En Llop saldrían las ambulancias que enfilarían Guillem de Castro hacia el Hospital Clínico o la calle Jesús hacia La Fe o por Barcas para ir por Justicia y el Puente de la Exposición hacia el primer hospital y por Navarro Reverter y la margen derecha hacia el segundo.

No se preocupen: está todo medido al milímetro. En concreto, en un documento de 220 páginas titulado Protocolo de Actuación Municipal Fallas 2023, que es la biblia de estos días tanto para Enrique Chisbert, inspector en jefe de los Bomberos del Ayuntamiento, como para José Vicente Herrera, comisario en jefe de la Policía Local de Valencia. Ambos profesionales acumulan décadas de experiencia tanto al frente como a pie de calle en los dispositivos especiales de Fallas y conocen a la perfección cómo actuar en caso de que ocurra lo impensable. Pero es que hasta lo impensable está pensado en el protocolo, que indica qué hacer en caso de atentado, amenaza de bomba o incluso terremoto, pero también si un artefacto pirotécnico explota cerca del público (las temidas carcasas que se desvían), si hay una lipotimia o si hay una caso de violencia física entre el gentío.

Saben los servicios de emergencia que estas Fallas serán complicadas. Se espera que la plaza esté más llena de la cuenta a partir del día 15. De hecho, la concejalía de Protección Ciudadana divide el mes de marzo en tres fases. La segunda empieza hoy y dura hasta el lunes. Es el supersábado y todo lo que rodea al primer fin de semana de verbenas y, sobre todo, de conciertos en la Alameda. La nueva ubicación de los conciertos de Fallas obliga a los servicios de emergencia a plantear un nuevo protocolo para una zona más amplia. Por suerte, la experiencia adquirida en otros grandes eventos que se celebran en la zona, como la Batalla de Flores o la Nit del Foc (que este año también cambia de ubicación, luego volvemos a eso), permite conocer perfectamente cómo se han de gestionar las grandes multitudes en ese enclave.

La tercera fase empieza el martes y dura hasta el día 19. Es la semana grande, unos días, sobre todo el fin de semana del 18 y el 19, en que la ciudad podría doblar su población, al recibir un millón de visitantes. La previsión es que todo esté a reventar. Será entonces cuando la plaza del Ayuntamiento vivirá, en este sentido, la prueba de fuego: la previsión es que acudan a los disparos unas 160.000 personas, según datos de la concejalía, aunque algunas fuentes sindicales apuntan que se podría llegar a las 200.000 personas, que ocuparían, por supuesto, mucho más que la propia plaza. El centro estará entonces totalmente peatonalizado, lo que facilitará la libre circulación de peatones. Y eso es bueno, porque no habrá problemas de tráfico, pero también malo, como ese famoso yogur helado de una serie de animación, porque habrá mucha más gente en la calzada. Desde la concejalía son elocuentes: «Esto no es una película de Netflix». Es decir, no se espera que haya ningún atentado ni ningún aviso de bomba, pero es que los problemas se pueden dar en casi cualquier circunstancia: un bromista que grite 'fuego', un grupo de personas que se peleen…

Vamos a seguir con el ejercicio de ficción que hemos planteado al principio. El disparo ha comenzado, porque los Bomberos han comprobado que la velocidad del viento no supera los 10 metros por segundo a nivel de suelo. De repente, algo ocurre y la gente se asusta: tiene que salir de ahí. Cuanto antes. Cada fibra de su ser le pide que se ponga a cubierto porque hay algún tipo de peligro, y usted está rodeado de miles y miles de personas. La megafonía del evento habrá empezado ya a hacer llamamientos a la calma mientras los cuerpos y fuerzas de seguridad comienzan a poner en marcha el protocolo. En cada mascletà hay, al menos, un centenar de agentes de Policía Local y tres camiones de Bomberos, así como cientos de voluntarios de Protección Civil. Además, por supuesto, de en torno a 90 profesionales sanitarios y seis ambulancias de Cruz Roja, que son más en caso de gran afluencia. Son ellos quienes llevan la voz cantante. La recomendación es que llame al 112 e informe de lo ocurrido: explique la ubicación, el número de víctimas, la mejor forma de acceder… y después, preste atención en todo caso a lo que le digan los servicios de emergencia. Pronto estará fuera de la plaza: esas molestas vallas amarillas se pueden retirar con facilidad para evitar avalanchas o aplastamientos y no habrá problema para salir de ella. Lo que a usted, y a mí, y a todos los valencianos nos parece una masa prácticamente compacta de cientos de miles de personas es, en realidad, un ente vivo que se disgregará por las calles que salen de la plaza con una rapidez pasmosa.

Además, como novedad, tal como confirman fuentes de la concejalía que dirige Aarón Cano, este año se ha dado orden a los mandos que gestionan el operativo especial de que en caso de gran aglomeración, lo que aún no ha ocurrido, se estudie que las vías de evacuación se amplíen. Ahora mismo, por ejemplo, la vía de evacuación de Periodista Azzati termina en San Vicente, pero en caso de gran aglomeración se puede decretar que llegue hasta la avenida del Oeste, para dejar aún más calles que salgan de la plaza libres de obstáculos para que canalicen grandes cantidades de personas asustadas en caso de desgracia que nadie quiere ni espera.

Según explican fuentes sindicales, si hay un cuerpo preparado para atender este tipo de acontecimientos, ese es la Policía Local de Valencia, que cuenta con décadas, si no siglos, de experiencia en la gestión de las Fallas, consideradas siempre un polo de atracción. Explican desde el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos en el Ayuntamiento de Valencia que ya desde dos horas antes de que comience la mascletà en los alrededores de la plaza hay agentes de Policía Local que realizan un control de acceso más o menos somero: no paran a todo el mundo, claro, porque si eso pasara «no habría nadie en la plaza cuando empezara el disparo», pero sí controlan a las personas sospechosas para avisar al operativo de paisano. Porque sí, en la mascletà, como en tantas otras cosas, las meigas, haberlas, haylas. Usted no los ve, pero están entre ustedes, siempre pendientes de los individuos sospechosos o de los posibles conatos de violencia que se den en la plaza.

Y ahora vamos a los castillos. Se han trasladado, como saben, de ubicación: ahora se disparan junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Ha habido, por tanto, que generar un protocolo nuevo para la zona, elegida por ser más amplia que el paseo de la Alameda y porque bastante iba a tener la Alameda con los conciertos como para encima canalizar las miles y miles de personas que acuden a presenciar los disparos nocturnos. Cómo será la cosa que desde Junta Central Fallera enviaron este jueves un mensaje a los medios en el que advertían de que este sábado no habrá una mascletà nocturna, para evitar aglomeraciones indeseadas en la plaza. Volvamos al tema de los castillos: hay dos perímetros de 250 y 500 metros alrededor de la zona de disparos, situada en el paseo de la Alameda pero entre los puentes de Monteolivete y del Reino, a tiro de piedra del Gulliver y el Palau de les Arts. Las vías de evacuación están conformadas por las calles Tomás de Montañana e Instituto Obrero, desde donde las ambulancias pueden volar hacia los hospitales Clínico y La Fe: los dos los más cercanos y, además, el segundo, el de referencia, que cuenta con una de las Unidades de Quemados más importantes de toda España. Sin embargo, la Junta de Gobierno aprobará este viernes una modificación del protocolo para ampliar la vía de evacuación hacia La Fe también por Profesor López Piñero y el Bulevar Sur al anunciar los pirotécnicos que van a cambiar el sentido del disparo.

LAS PROVINCIAS te ofrece toda la información de las Fallas 2023, con la clasificación de las fallas, el programa de mascletaes y castillos en Valencia, los horarios de paso en la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados y el cartel de la feria taurina de Fallas. Para estar al tanto de toda la información fallera, escucha el podcast Tiempo de Fallas.

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