Una grúa levantaba la pólvora a más de 100 metros de altura, ante el mar Mediterráneo. Las rachas de viento soplaban entre los petardos, hasta que se confirmaba la noticia. El viento impedía que la grúa no pudiera llegar hasta su altura máxima y, por tanto, Ricardo Caballer se veía obligado a ceder y aceptar que el terremoto final instalado de forma vertical tuviera que suspenderse. Aún así, la mascletà vertical de Ricardo Caballer cumplió con nota y hizo temblar toda la Marina de Valencia que presentó un abarrotado ambiente, pese a las inclemencias meteorológicas. Revive la mascletà vertical de Ricardo Caballer en la Marina de Valencia.
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El viento ha impedido que se dispare la parte vertical, además de retrasar el disparo hasta las 20.20 horas.
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