Ribó pide a las Fallas que sean «el altavoz de una sociedad diversa e igualitaria»

Parece otra vida, pero no hace tanto de esa explosión de alegría que se vivió en el mundo fallero en particular y en Valencia en general cuando la UNESCO declaró las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En concreto, hoy se cumplen 5 años desde que un frío 30 de noviembre de 2016 desde Etiopía llegara la buena nueva. Al mundo fallero le queda mucho por avanzar a tenor de lo que ha dicho hoy en el Hemiciclo municipal el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que ha animado a las Fallas a que sean el altavoz «de una sociedad valenciana igualitaria, inclusiva, diversa y sostenible».

La fallera mayor infantil de Valencia, Nerea López, ha destacado «la importancia mundial» que tienen las Fallas y ha recordado los actos a los que ha acudido esta semana, como las visitas a los museos falleros o el primer castillo de fuegos artficiales que vivió ella, la fallera mayor y sus cortes. «No olvidemos seguir creciendo pese a las adversidades», ha pedido.

La fallera mayor, Carmen Martín, ha destacado la resiliencia del mundo fallero. «Cualquier comisión ha atravesado por dificultades a lo largo de su historia y sin pensárselo dos veces hemos mirado hacia delante siempre», ha dicho Martín, que ha indicado que el nombre histórico de Valencia, Valentia, es «el mejor reflejo de la valentía que tenemos para afrontar las diversidades».

«Nos une la pasión, que nos hace grandes y nos hace engrandecer nuestra fiesta», ha indicado. «Hemos de demostrar nuestro valor porque hemos sido, somos y seremos los que escribimos la historia de la Falla, un relato al que aún le queda mucho».

Carlos Galiana, presidente de Junta Central Fallera, por su parte, destacó que el censo fallero ha perdido 10.000 miembros: «Son 10.000 cohetes que no explotarán y 10.000 flores que no se plantarán». «Es el momento de volver a encontrar a esa gente que ha tenido que marcharse de la fiesta para que el patrimonio continúe», indicó.

El alcalde ha afirmado que las claves de la fiesta son «la creatividad, la sociabilidad, y la identidad», y que garantizan «su continuidad generación tras generación». También ha hablado de «la responsabilidad de recoger el legado de nuestros antepasados y de actualizarlo, de hacerlo nuestro para hacerlo vivo, y así poder transmitirlo con fuerza renovada a las generaciones futuras».

En este acto institucional, que se desarrolló en el Hemiciclo, también se presentó la guía 'Una crida a la festa. Cartells de Falles del Museu Faller de València (1929-2021)' con una mesa redonda de expertos en la materia que han hablado de los símbolos de la ciudad y de la dificultad de explicar la fiesta a quienes viven de fuera, porque a los valencianos no hay que explicarles nada.

El alcalde, acompañado del concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, y otros miembros de la corporación, ha evocado las palabra que pronunció hace cinco años en el Palau de la Generalitat, en el marco de las celebraciones por la inscripción de la fiesta de las Fallas en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En ese momento Joan Ribó decía que en un mundo cada vez más global, «las Fallas nos identifican como pueblo, nos hacen singulares, y es esa vivencia propia la que queremos compartir con el resto de la humanidad». «Y hoy», ha añadido, «nos reunimos para recordar este hito y lo hacemos, todavía, con el impacto de una pandemia que ha alterado nuestras vidas. También, por supuesto, las celebraciones festivas».

«Si pensamos en una fiesta que se ha celebrado en las calles de Valencia desde hace unos 25 años, enseguida se amplía nuestra mirada. Y es que, a lo largo de su historia, la fiesta de las Fallas ha sido capaz de superar crisis —ya fueran naturales o económicas—, represión, guerras censuras... Y no lo ha hecho por los beneficios materiales que genera, o por sus rédito económicos, sino gracias a los valores que nos aporta», ha manifestado el alcalde al destaca que «los valores de una fiesta que, nacida como una plataforma para la creatividad colectiva, han generado a su alrededor una red social presencial, de vínculos y de afectos, que la ha convertido en una expresión popular de valencianidad».

Ribó ha recordado que hace cinc años decía que también teníamos «la responsabilidad de continuar recorriendo juntos el camino de la historia, de recoger el legado de nuestros antepasados y de actualizarlo, de hacerlo nuestro para hacerlo vivo, y así poder transmitirlo con la fuerza renovada a las generaciones futuras».

«Y lo haremos, una vez más, sin temor a afrontar nuevos retos, que no son sino nueva oportunidades: los de la inclusión, la igualdad, la diversidad, la sostenibilidad... Retos que compartimos con el conjunto de la sociedad y en la que las Fallas tienen la ocasión de aparece como un altavoz de referencia», ha asegurado Ribó, quien ha defendido que «celebramos, por lo tanto, los valores de esta fiesta, su fuerza, la de su gente: falleros y falleras, artistas falleros, músicos, indumentaristas, pirotécnicos, poetas, artesanos... Todos aquellos que con su trabajo a lo largo del tiempo han hecho de las Fallas un patrimonio en común».

Respecto al acuerdo de avanzar dos horas la cremà de las fallas, adoptado ayer por los presidentes de las comisiones falleras, el alcalde Joan Ribó ha recordado que «es una medida que se ha puesto en práctica en las ultimas celebraciones de septiembre, y que se había planteado para mejorar el funcionamiento de estas fiestas». Así, ha celebrado la decisión «porque mejorará la gestión de los bomberos, así como de los servicios de limpieza de esa noche, que es muy complicada». «Y además la gente se podrá retirar más pronto», ha asegurado.

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