Así surgió el manto de la Virgen en recuerdo a las víctimas de la dana

La pregunta que estos días muchos visitantes de la plaza de la Virgen se hacían era cómo se había fraguado este diseño tan acertado y la respuesta la dan los propios miembros de la asociación de Los Vestidores de la Mare de Déu.

El diseño de este dibujo, que representa una Senyera que se entrelaza con la silueta de la provincia de Valencia, «se pensó ya en el mes de noviembre», explica Quique Berto, componente junto a Rafa Chordá (coordinador de los Vestidores) y unos sesenta compañeros más de este colectivo.

Una vez que tenían claro el tema de inspiración, «barajamos distintos dibujos relacionados. Pensamos que lo mejor era dibujar la provincia de Valencia, en claro homenaje a todos los pueblos afectados por la dana, y unirlo con la Senyera».

Además, el dibujo se completa con unas «manos de ayuda, que representan las manos solidarias de todas las personas que acudieron de inmediato a prestar ayuda a los afectados», indican.

En un lado del manto, además, como factor sorpresa, se han depositado unas botas de agua blancas, unas palas y unos capazos con los que los voluntarios y afectados han retirado el barro de las casas.

Además, tal como indicó Chordá, los ramos de colores que han ido entregando las falleras mayores de las comisiones forman unos topos en el manto que son en recuerdo de las víctimas de la dana. «Y nos referimos a todas las víctimas de la dana, tanto las que han fallecido como la gente que ha perdido sus casas, sus coches, sus recuerdos», según los Vestidores de la Mare de Déu.

Y en la parte inferior, la suma de ramos multicolor «representan a todas las personas que han ayudado a las personas necesitadas, sin distinción alguna. Valencia demostró que es muy solidaria», añade Berto.

Los vestidores han terminado el manto colgando un cartel que pone 'Gracias', un cartel que estuvo colgado en la zona afectada por la dana.

En cuanto al proceso de confección, los Vestidores detallan que cada año, una vez que tienen claro el diseño, «se pasa a un papel grande y se hace un estudio de las proporciones. El día 16 de marzo, por la tarde, siempre bordamos con cuerda de pita el diseño sobre el cadafal».

En la primera jornada de la Ofrenda, el día 17, ya tenían dibujado el 80% del manto. «El martes dimos un empujón grande el diseño porque como sabíamos que el segundo día iba a llover más, pensamos que era mejor que el motivo principal del manto estuviera muy avanzado», añaden. En este primer día recibirían más de 40.000 ramos y para hacer el manto se precisan unos 60.000 ramos.

Cabe recordar que cada uno de los mantos que tejen en directo los Vestidores de la Mare de Déu tienen su historia. «En las Fallas de septiembre de 2021, después del confinamiento por la pandemia, se optó por hacer un dibujo con fondo blanco y con toques multicolor. Fue una Ofrenda de 'pensat i fet' después de lo vivido y volvimos a los orígenes».

En 2024, por ejemplo, «quisimos dedicar el manto al Tribunal de las Aguas, y los representamos en su cita semanal de los jueves en la Puerta de los Apóstoles de la Basílica», añaden.

En 2022, el manto de la Ofrenda también fue muy simbólico. «Dibujamos un ave Fénix para simbolizar que las Fallas y Valencia resurgía con fuerza tras la pandemia y, como cada año hacen las Fallas, que resurgen de las cenizas, se celebraba de la fiesta».

Al año siguiente, se conmemoraba el centenario de la Coronación de la Virgen y el manto hizo un guiño a esta celebración con un diseño que reproducía el cartel anunciador de la Coronación de 1923, donde se podía ver a un fallero y una fallera y una gran corona para la Virgen.

En el año 2010, por ejemplo, el manto dio protagonismo al Santo Cáliz; en 2011 se dedicó al Año de la Infancia y se podía ver entre los claveles blancos un rostro infantil y dulce y en distintos años, como en 2008, 2005 y 2006 se han hecho varios guiños a la Semana Santa Marinera de Valencia.

Este colectivo que cada año sorprende con su trabajo en directo al mundo fallero, está integrado por 60 personas. «Llevamos haciendo el manto más de 48 años». Detallan que el vestidor de mayor edad tiene 72 años y el más joven 20 años «y tenemos una veintena de mujeres, casi todas hijas de los vestidores que serán las que tomarán las riendas».