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Una visita para sanar las heridas de La Torre
La fallera mayor y su corte acuden al casal de una de las comisiones afectadas por la dana: «El desastre nos ha unido más que nunca»
Un atisbo de esperanza ha reavivado al casal de la Falla María Ros, del barrio de La Torre de Valencia, una zona especialmente afectada por la dana ... . La fallera mayor y su corte de honor han visitado una de las fallas más afectadas por la riada en el día previo a la plantà para darles ánimos y felicitarlos por haber sabido sobreponerse a una desgracia de tal magnitud.
Los falleros de María Ros han abierto los ojos como platos al ver a la fallera mayor y su corte adentrarse en el casal. Como si pertenecieran a la falla, se han camuflado entre la magnitud y han aprovechado para acercarse a los falleros y transmitirles mensajes optimistas.
Ilusionada como una niña, la fallera mayor de María Ros, Irene López, comenta que la vista «ha sido toda una sorpresa». «Las falleras de la corte ya vinieron al principio, cuando habíamos sido afectados por la dana. En ese momento creamos un vínculo especial», comparte contenta Irene López.
Por suerte, el monumento de la falla, que representa a un pirata de pie sobre un cofre del tesoro en el que hay un calamar, se pudo salvar de la riada. El artista fallero logró cambiar de nave la falla antes de que se desencadenara la catástrofe. Consiguió que su obra se salvara y quedara vigente para unas Fallas que pasarán por siempre a la historia.

Carolina Torres, fallera de la Corte de Honor, confiesa con ternura que para ella ha sido muy especial poder acompañar a las fallas afectadas por la dana y en vínculo que ha creado con los falleros. «Cuando vinimos estaba todo destrozado. He vivido el reencuentro con mucho cariño», dice mientras se iluminan sus grandes ojos verdes.
La fallera mayor de la Falla María Ros, Irene López, lo tiene claro: «El desastre nos ha unido más que nunca. No todos los años tienes un acceso tan especial a la corte de honor». Le preguntan insistentemente si quiere volver a ser fallera mayor de su falla. Ella no duda en su respuesta: «No repetiría porque no tendría a esta corte a mi lado». La fallera se quiere quedar por siempre con este recuerdo. Por suerte o por desgracia, es la representante de una falla afectada en tiempos de dana. Un símbolo para toda su comunidad. Ella saca de la experiencia lo positivo y se alegra de que la catástrofe haya servido como vínculo entre los falleros.
Sonriente, la fallera mayor de Valencia, Berta Peiró, comenta: «Volver a esta falla donde ya estuvimos cuando la dana arrasó con todo y ver que el casal está completamente cambiado. Lo han arreglado y la gente tiene ganas de disfrutar de la fiesta y es una alegría. Cuando vinimos la gente estaba rota y ahora los vemos con ilusión». Su cargo implica una responsabilidad de por sí, ella misma lo dice: «Siempre es un reto, no podemos controlar lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo único que podemos hacer es dar el 100% de nosotras mismas que creo que lo hemos hecho y estamos muy orgullosas».
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