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Coincidencias entre la Sábana Santa y el sudario de Oviedo

El estudio de un centro de investigación de Valencia demuestra «con creces» que los dos tejidos envolvieron a la misma persona

J. A. MARRAHÍ

Viernes, 15 de junio 2018, 19:37

valencia. «La Sabana Santa que descansa en Turín y el sudario de Oviedo envolvieron, casi con toda seguridad, a la misma persona». Así lo demuestra una investigación del doctor en Bellas Artes Juan Manuel Miñarro, dentro de un proyecto del Centro Español de Sindonología, con sede en Valencia.

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La investigación se ha apoyado en dos disciplinas científicas: la antropología forense y la geometría. Prueba con enorme exactitud que las manchas de sangre que presenta la Sábana y la recogidas en el sudario, proceden de las mismas heridas. Las coincidencias «sobrepasan con creces el mínimo de puntos significantes o pruebas exigidas por la mayoría de sistemas judiciales del mundo para el proceso de identificación de personas», destacan los investigadores.

Esos elementos en común entre las dos telas se refieren al tipo, tamaño y distancia de las huellas. También al número y la distribución de las manchas de sangre. Según Miñarro, las huellas en uno y otro lienzo presentan diferencias morfológicas, «pero lo que parece incuestionable es que los puntos desde donde brotó la sangre se corresponden totalmente».

Estas pequeñas variaciones tienen una sencilla explicación: «El contacto de la cabeza con cada tela fue distinto desde el punto de vista de la duración, colocación e intensidad», factores que se unen a la «elasticidad propia de los tejidos de lino», ahonda Miñarro.

El experto aclara: «La investigación no prueba por sí misma que la persona envuelta por las telas fuera Jesucristo, pero sí nos pone claramente en el camino de demostrar por completo que la Sábana Santa y el Santo Sudario envolvieron la cabeza del mismo cadáver».

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Según la tradición, la Sábana custodiada en la catedral de Turín es el lienzo que envolvió al cuerpo de Jesús tras ser retirado de la cruz y depositado en el sepulcro. El Santo Sudario, venerado en la catedral de Oviedo, era la tela que cubrió su rostro en la cruz tras morir. Y ambas telas serían las que hallaron los apóstoles San Pedro y San Juan en el sepulcro.

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