El arzobispado de Valencia, Enrique Benavent, ha combinado en su discurso de la celebración del Centenario de la Coronación de la Virgen su parlamento en valenciano y en castellano, como ya hizo en la fiesta de San Vicente Ferrer. Sus primeras palabras han estado dirigidas al arzobispo emérito, Antonio Cañizares, por poner en marcha los preparativos del centenario. También ha agradecido a las comisiones diocesanas la preparación de la exitosa vigilia que tuvo lugar en la Plaza de Toros de Valencia.
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También se ha dirigido a los políticos y ha comentado que enviaba un «saludo respetuoso a las autoridades que se han unido a la celebración«. Ha asegurado que gracias al apoyo de las entidades se ha podido celebrar el Centenario. Acto seguido ha animado a los presentes a que todos «seamos un solo corazón y que nos ilumine para trabajar y buscar el bien, especialmente de los desamparados «. Y ha saludado de forma especial a los ancianos y enfermos.
A continuación se ha centrado en Lis cien años que han pasado de la Coronación. «Hemos vivido circunstancias muy cambiantes en nuestra historia. Han pasado conflictos, guerras, ideologías que han pasado, otras que llevan poco tiempo y un día pasarán». Ha continuado indicando que en la Iglesia «también han pasado cosas que no nos imaginábamos, cómo el Concilio que cambió la forma de relacionarnos con la sociedad «.
Ahora, ha indicado Benavent, «hay que encontrar los nuevos caminos para la evangelización». Ha insistido que en cien años han cambiado muchas cosas «pero una cosa que ha permanece inalterable es que la Virgen está con nosotros y nuestro amor por ella no ha muero».
Según ha indicado Benavent, «María es el signo de que todos los valencianos la sentimos presente». Ha añadido que en medio «de tantos cambios, la Mare de Déu permanece como un vínculo de unión de los valencianos y como una columna que sostiene la fey alienta la caridad».
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Ha afirmado que en «tierras valencianas la Fe por la Mare de Déu no muere». Dando un paso más, ha dicho que mirar al futuro «nos lleva a la inseguridad pero el amor a la Mare de Déu nos guía».
Ha asegurado que la «plena confianza de su intercesión, se ha transmitido de padres a hijos». Y ha concluido que el «tiempo pasa, pero la de ocio se renueva y hemos de transmitir la Fe y confianza que va más allá de la tradición externa». Tras sus palabras, ha tenido un gesto con el arzobispado emérito, Antonio Cañizares, que ha realizado unos rezos.
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