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La Missa d'Infants celebrada este domingo en la plaza de la Virgen. Irene Marsilla

Benavent, en la Missa d'Infants: «Los desamparados son aquellos cuya dignidad no es respetada»

El arzobispo recuerda a las víctimas de Campanar y anima a mirar con compasión a los que sufren

Javier Gascó

Valencia

Domingo, 12 de mayo 2024, 09:41

Bajo el manto conmemorativo del centenario de la primera Missa d'Infants, celebrada el 11 de mayo de 1924, una plaza de la Virgen engalanada para la ocasión aguardaba el comienzo del acto que daba inicio al día grande de mayo para los valencianos.

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Con una nutrida representación política, encabezada por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón; la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, junto a toda la corporativa municipal; la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó; y la delegada de Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, la celebración ha transcurrido sin incidentes en una abarrotada plaza de la Virgen.

El jefe del Consell ha considerado que el de este domingo es «un día muy especial en el que Valencia se viste de gala y siente como pocas veces a su Mare de Déu«, mientras que Catalá, en su estreno en esta festividad al frente de la alcaldía, ha destacado la importancia que tiene esta fecha para los vecinos de la ciudad: »La Mare de Déu es valencianía en vena y creo que para los valencianos es intocable. Por eso creo que este día es tan importante«.

El Ave Maria, interpretado por la Coral Joan Baptista Comes y la Escolanía de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, marcaba el arranque de una celebración en la que el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha animado a los presentes a tener «compasión para los que sufren», ya que esa es la forma de actuar de la Mare de Déu: «La mirada de una madre es la que nace del amor. No es una mirada de odio que lleva a juzgar a otros, sino de la misericordia que sabe perdonar y descubrir lo bueno que hay en todas las personas«.

Precisamente, ese ha sido el leitmotiv de la homilia de Benavent, en la que ha destacado la importancia de respetar la dignidad de todas las personas, «independientemente de la condición de su vida»: «Los desamparados son aquellos cuya dignidad infinita que tienen como seres humanos, independientemente de la condición de su vida, no es respetada ni cuidada». El arzobispo valenciano ha puesto el foco en colectivos discriminados, como las víctimas de la guerra, los inmigrantes o los afectados por la trata de personas. Además, Benavent también ha llamado a tener compasión con los afectados por otros asuntos de actualidad como la violencia contra la mujer, el aborto, la gestación subrogada, la violencia digital o «las ideologías de género», en un discurso en el que ha combinado el valenciano y el castellano.

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El monseñor, natural de Quatretonda, ha incentivado a la ciudadanía a buscar la esperanza, al igual que lo hizo el Papa Francisco en la Bula de Convocatoria del Jubileo Ordinario de 2025 hace un par de días. Benavent ha explicado que la esperanza «no descansa» y que para «sembrar el bien en nuestra sociedad» se debe mirar al cielo, sin desentendernos del mundo: «Los que miran al cielo luchan contra el mal y lo hacen con las armas del bien».

El arzobispo ha destacado el fervor que año tras año los valencianos muestran a su protectora: «Es un gozo ver como la Mare de Déu toca vuestros corazones. Cada vez que dirigimos nuestra mirada y alzamos la mirada hacia la Virgen, los valencianos lo hacemos para que sea un homenaje de puro y verdadero amor».

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Tras el sermón del arzobispo, en el que también ha tenido un recuerdo para las víctimas del incendio de Campanar, al recordar «a todas las personas que han muerto por la violencia o por situación de desgracias en nuestra ciudad», una tímida nube obligaba a sacar los paraguas durante varios minutos. Pero la lluvia no ha empañado una misa emotiva y sobria, acompañada en todo momento por la música de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Municipal José Iturbi.

El sonido de las campanas del Miguelete anunciaba el momento de la consagración. Con un gran respeto, fruto de la devoción por la Mare de Déu, los valencianos que llenaban la plaza de la Virgen desde primera hora de la mañana guardaban silencio en los instantes previos a la comunión, momento en el que las voces de la coral y de los niños de la escolanía han elevado los decibelios para dar paso a otro de los fragmentos más conmovedores de la eucaristía.

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Los sacerdotes, guiados por unas sombrillas amarillas que les permitían ser vistos desde todos los puntos de la plaza, han ofrecido la comunión durante varios minutos debido a la enorme cantidad de gente que quería comulgar en este centenario de la Missa d'Infants.

Con la indulgencia concedida por el arzobispo valenciano a los asistentes y la ofrenda de flores realizada por la fallera mayor infantil de Valencia y su corte de honor, que ha arrancado la ovación de la plaza, la Missa d'Infants tocaba a su fin. Pero antes de que todo empezase a ponerse a punto para el Traslado, llegaba otro de los instantes más esperados de la mañana. La interpretación del himno a la Mare de Déu dels Desemparats, ha arrancado los primeros aplausos, que han ido a más cuando el tenor Miguel Bou ha entonado el himno de la Comunitat. El punto final lo ha puesto el himno nacional, que también ha arrancado los vítores de los presentes.

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Celebración de la Missa de la Descoberta. LP

La Missa de la Descoberta marca el inicio de los actos

Minutos antes de las 05:00 horas, las puertas de la basílica empezaban a abarrotarse de seguidores de la Mare de Déu, que no querían perderse la primera celebración de su día grande, la Missa de la Descoberta.

Una vigilia presidida por Enric Roig, secretario del Arzobispo de Valencia, en la que el sacerdote ha destacado el fervor que cada segundo domingo de mayor los valencianos muestran hacia su protectora: «Desde la Misa de la Descoberta hasta que la Mare de Déu vuelva a la Real Basílica, se contabilizan por miles los corazones valencianos que se descubren delante de ella para expresar su dolor, su alegría, su necesidad y su gratitud».

En ese sentido, Roig ha explicado que la Virgen de los Desamparados hace «imaginar y trabajar por una Valencia nueva, una Iglesia nueva». El vicario ha concluido su intervención con un mensaje esperanzador para los valencianos: «Hoy Valencia se vuelve un trozo de cielo para confirmarnos que ese final es posible».

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