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Cola de asistentes al Besamanos, con personas resguardadas con paraguas y gorras.

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Cola de asistentes al Besamanos, con personas resguardadas con paraguas y gorras. Damián Torres

El Besamanos de la Virgen vuelve sin restricciones

Tradición. Miles de devotos acuden al homenaje a la Mare de Déu protegidos con paraguas y gorras por las altas temperaturas

LOLA SORIANO

Valencia

Miércoles, 18 de mayo 2022, 11:56

La pandemia impidió que en 2020 se celebrara el Besamanos a la Virgen y el año pasado se hizo a pequeña escala y fuera de fechas por el Covid y porque el tiempo no acompañó, ya que llovió. Pero ayer fue otra historia. La plaza de la Virgen y la Basílica estuvieron llenas hasta la bandera. Miles de personas rindieron homenaje a la Mare de Déu en una jornada calurosa.

Paraguas y gorras sirvieron para paliar los efectos de las altas temperaturas que estos días registra Valencia. De hecho, los organizadores -los Seguidores de la Virgen- destacaron que una empresa les había donado 20.000 botellitas de agua para evitar golpes de calor. Pese a ello, hasta las 16 horas la Cruz Roja atendió sólo a dos personas, una por lipotimia y otra por una indisposición que precisó un traslado con el 112 a un hospital.

Aunque este Besamanos se celebró en un contexto sin restricciones por el Covid -«no hay limitaciones de aforo ni medidas especiales», señalaron desde la Basílica-, para acceder al templo se recomendaba «el uso de mascarilla, utilizar los dispensadores de gel hidroalcohólico y mantener la distancia prudencial».

Cola del Besamanos, gente con abanicos y paraguas e interior de la Basílica. Damián Torres
Imagen principal - Cola del Besamanos, gente con abanicos y paraguas e interior de la Basílica.
Imagen secundaria 1 - Cola del Besamanos, gente con abanicos y paraguas e interior de la Basílica.
Imagen secundaria 2 - Cola del Besamanos, gente con abanicos y paraguas e interior de la Basílica.

Las primeras devotas en llegar al Besamanos fueron Marisa Rosa y Concha Rebollal, que iniciaron la cola a las 18.45 horas del martes, es decir 12 horas antes del inicio del acto y desde ese momento no cesó de pasar gente. El vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar, detalló: «Cuando hemos abierto las puertas de la Basílica esta mañana -por ayer- ya había una cola con alrededor de 500 personas esperando desde la madrugada para entrar y participar en el Besamanos».

Entre los asistentes, por ejemplo, se encontraban Mari Carmen Pérez, Mari Carmen Moscad, Lourdes Sebastián y Josefa Lluch, todas ellas de Real de Montroi, que confesaban que venían «a dar las gracias porque la Virgen nos ha protegido del Covid y por la vuelta a la normalidad».

También fue día para las primeras veces. Las hermanas Desireé y Nuria Ramón se estrenaban en este acto, «ya que otros años no nos enterábamos de la fecha y esta vez no hemos querido perdérnoslo». Similar experiencia vivió Jordi Garriga, turista llegado de Barcelona. «En otras ciudades sé que hacen el Besamanos, pero suele ser en sábado o domingo y aquí en Valencia es en día laboral y está lleno de gente. Hay muy buen ambiente»..

Inmaculada y Roser, vecinas de Puçol, son unas habituales, y eso tiene sus ventajas: «Como ya sabemos que hace calor, venimos preparadas con abanico, gorras, agua y zapatos planos». Y añadieron: «Venimos a dar las gracias porque no nos ha faltado la salud».

Desde Albaida se desplazaron las hermanas Inma y Reme Espí y Rosa Penadés y Mila Albert. «Algunas venimos por primera vez, otras es la segunda ocasión» y añadieron que «no hay nada más que ver el ambiente que hay en la plaza. Hemos pasado de estar encerrados a tener las calles llenas y esto da mucha alegría».

Muy emocionado estaba José Luis Albach, portavoz de los Seguidores de la Virgen. «En 2021 calculamos que pasaron 12.000 personas porque llovió y se hizo en noviembre, fuera de la fecha habitual, pero ahora esperamos duplicar o triplicar las cifras. A ver si llegamos a los 27.000 o 30.000 asistentes porque estará abierto hasta que pase la última persona».

Manto donado

La talla que presidió el acto llevó un manto en tono blanco donado por una mujer que siempre está muy cerca de la Geperudeta, concretamente la camarera de la Virgen. María Dolores Alfonso comenzó su servicio y dedicación a la Virgen en 2019 y, para esta ocasión, entregó un manto de seda italiana de nombre 'Florentino' con flores de color rosa y azul y que se combina con guirnaldas doradas. La imagen lució también un collar y unos pendientes con forma de girandolas de plata de ley, que son una reproducción antigua del siglo XVIII, y que también sufragó María Dolores. «Es un año muy especial, en primer lugar por la vuelta a la normalidad, pero sobre todo porque ya se ha dado el pistoletazo de salida al centenario de la Coronación de la Virgen y el año jubilar que comenzó el día de su fiesta, el 8 de mayo», explicó.

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