En el barrio de San Querer se volverá a hablar francés este sábado. MARZÁ
BOUS AL CARRER

Bous al ritmo de la Marsellesa

De los Pirineos a La Vall d´Uixó, un grupo de franceses constituidos en una peña taurina desde 2019, demuestra la universalidad de la tauromaquia

José Ignacio Galcerá

Viernes, 31 de mayo 2024, 01:31

Si no fuera por un marcado acento francés que les delata pese al buen y fluido castellano que hablan, nadie diría que no han nacido ... en nuestra tierra. Su integración es total en el paisaje de muchos pueblos de la Comunitat Valenciana donde, atraídos por el bou, aterrizaron desde más allá de los Pirineos hace dos décadas. En ellos habita a la perfección aquello de la universalidad de la tauromaquia, un espectáculo sin fronteras ni nacionalidades que solo atiende a sentimientos y pasiones. Tras recorrer de este a oeste el sur de su Francia natal donde no dejaron de visitar plazas, pueblos y ganaderías, un día como otro cualquiera y de la manera más inesperada descubrieron dónde estaba su lugar en el mundo.

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«A principios de los años 2000 vi en un bar de Francia una de aquellas cintas de vídeo que grababa Jesús Esteve en las que resumía los mejores momentos de la temporada de bous al carrer… y quedé impresionado. Comenté lo que había visto a varios amigos y al poco tiempo viajamos hasta La Vall d´Uixó», rememora Guy Sadji. La primera escapada de aquella aventura fue en 2004, al principio cabían en un coche, luego, las historias que se traían de España y contaban con pelos y señales a sus amigos, adornadas también como las mejores leyendas, fueron calando y en apenas unos meses ya necesitaron de una furgoneta a modo de coche de cuadrillas con la que recorrieron cientos de pueblos en los más de quince viajes que hacían al año.

Los comienzos fueron como espectadores, en un plano muy discreto, meros observadores, atentos a todos los detalles en una especie de master, hasta que poco a poco, la fuerza de la pasión fue estrechando la distancia con la fiesta y con el toro. «Al principio solo mirábamos, pero llegó un día en que nos metimos de lleno y empezamos a rodar», confiesa Sadji, quien sabe lo que es participar en concursos de recortadores en plazas como Zaragoza o Valencia, entre otras.

Los miembros de la peña Franceses por el mundo. LP

Y de ahí, de jugarse la vida a cuerpo a limpio en nuestras calles, pasaron a formalizar su afición en una peña taurina. «Llevábamos quince años disfrutando de los toros que pagaban otros, así que ya tocaba que fuéramos nosotros los que pagáramos el toro para que disfrutaran los demás. Hablé con mis amigos y les transmití la idea de hacer realidad una peña, que a decir verdad ya estaba hecha porque éramos los mismos que viajábamos a todos lados», señala.

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Dicho y hecho, en 2019 nació Franceses por el mundo en La Vall d´Uixó. «La primera vez que vimos toros en la calle en España fue allí, así que la peña tenía que ser allí, además es la capital del toro». Comenzaron con las cuotas anuales para hacer su primer día de toros en 2020, pero la pandemia truncó la ilusión ese año y también el siguiente. Hasta 2022, en el barrio de San Querer y gracias a su amistad con Cristian Lázaro y los miembros de la comisión de fiestas del barrio, no pudieron hacer realidad su sueño.

Comenzaron con éxito gracias a un toro de Hermanos García Jiménez, que acabó acaparando hasta tres premios locales y uno autonómico, el galardón al toro mejor presentado de la temporada, y otro de Chamaco; el pasado año hicieron un toro de Gavira y otro de Fuentespino, que, además, sirvió para su debut como emboladores ayudados por los muchos y buenos aficionados de la localidad. «Lo embolamos nosotros aunque no sabemos mucho de la modadlidad pero nuestros amigos de la comisión nos ayudan», dice entre risas. Para este año han adquirido dos toros de José García Gullén, que se exhibirá por la tarde, y Voltalegre, para la embolada de la noche.

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Actualmente son una decena de miembros en la peña, todos franceses afincados entre Nimes y Arles, dos de las ciudades más taurinas del país en pleno corazón de la Camarga, donde tienen su particular bou al carrer. «Las tradiciones se hacen conforme al comportamiento del toro de cada zona. El toro de España tiene una forma de embestir y un nivel de bravura mayor que el de la Camarga, que en su origen se utilizaba más para las labores agrícolas. Pero haciendo selección y cruces con ganaderías de España, ahora da un poco más bravo. El toro de aquí no es tan peligroso, además sale enfundado siempre. En la Camarga la tradición es llevar los toros del campo a la plaza -los populares abrivados (encierros)-, como ocurre en los encierros con caballos en España. Las costumbres son parecidas, con la diferencia del toro, claro», apunta.

Desde el jueves ya se encuentran en La Vall d´Uixó ultimando todos los preparativos para que no quede ningún detalle a la improvisación. «Esto nos encanta, somos apasionados del toro», confiesa y añade: «Además, hemos creado escuela porque en Burriana ha nacido otra peña -Bou de Francia- con un grupo de chicos franceses como nosotros. De momento solo existen estas dos; pero ojalá que se sumen muchas más», desea.

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