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Espectacular arrancada de un toro de Conde de la Maza en la Vall d'Uixó en 2017. j. j. diago

La calle, punto final de Conde de la Maza

Nueve toros y dos novillos de la divisa de Morón de la Frontera aguardan destino desde hace un mes en la finca Sanchis-Piquer de la Vall d'Uixó Los últimos ejemplares de la ganadería sevillana, que ha anunciado su desaparición, se exhibirán en la Comunitat Valenciana

JOSÉ IGNACIO GALCERÁ

Viernes, 16 de noviembre 2018, 00:49

valencia. Las calles de la Comunidad Valenciana pondrán el punto final a la historia de la ganadería de Conde de la Maza. El representante de la legendaria vacada sevillana, Leopoldo Sainz de la Maza, confirma lo que era un secreto a voces: «Desde este viernes los herederos del Conde no tendrán ganado bravo». La noticia supone una pérdida irreparable -y van unas cuantas en los últimos años- para el patrimonio genético de la Tauromaquia. Los últimos toros criados en Cortijo Arenales, en concreto nueve toros y dos novillos, pastan desde hace un mes en la finca Sanchis-Piquer de la Vall d'Uixó. «Sabíamos la situación en que se encontraba la ganadería, nos interesamos, fuimos, nos gustó lo que vimos y lo compramos», señala José Manuel Piquer Sanchis, quien, junto a su hermano Alberto continúa con el negocio familiar de la compra y venta de toros. En esta explotación aguardan a sus pretendientes, aunque ya hay quien se ha adelantado y ha apostado por los condelamaza para sus fiestas. «De momento ya hay dos toros comprometidos que se exhibirán en la provincia de Castellón, aunque ha venido mucha gente a verlos».

Del lote adquirido podría salir perfectamente una corrida de toros para una plaza de primera categoría. La seriedad en sus hechuras impera en todos ellos, oscilando entre los 500 kilos del menos pesador hasta los más de 600 del de mayor volumen. «Hay toros fuertes, de hecho hay dos que se quedaron de sobreros en la corrida de Cenicientos -uno de los cosos toristas por excelencia de la temporada española-, pero también otros más bonitos, con las caras más toreras como se suele decir». Vistos los toros, los ojos se van rápidamente a un número 64, castaño, de imponente estampa, muy hondo. «Es el más espectacular y el que más llama la atención. Resalta porque tiene mucho volumen, es muy serio. Luego hay otros como el 9, 38 o 66 que son más armónicos, con las caras más reunidas».

Los toros de Conde de la Maza adquirieron fama por su encastada condición, siendo predilectos de la afición más exigente. Se trata de un animal con marcada personalidad, tanto por su comportamiento como por su morfología, y que ha tenido en el circuito de las denominadas corridas duras su principal escaparate. El carácter y fiereza de estos toros hace que su manejo en el campo no sea sencillo. «Aquí, sin embargo, se han adaptado bien, es cierto que tras el desembarque algún toro lo puso más complicado pero hasta el momento el manejo está siendo fácil. Tuvimos también toros de Araúz de Robles, muy agresivos, y no hubo problemas. Aquí, cuando el toro se da cuenta, ya está en el cajón», comenta entre risas. Aunque dicha adquisición suponga para José Manuel y su familia una oportunidad de negocio, no deja de haber un sentimiento de tristeza como aficionados por lo ocurrido en una ganadería con tanta historia detrás. «Da pena, pero ha ocurrido con otras muchas, desafortunadamente. No creo que sea la primera y tampoco será la última», comenta pesimista, antes de hacer una reflexión en la que entiende la decisión tomada por el ganadero: «Por mucho empeño que se le ponga, las circunstancias en la ganadería brava son las que son. Si no se tiene un respaldo importante detrás es muy complicado aguantar. Al final la situación acaba por acobardar a cualquiera. Aquí hay mucho de afición pero no hay que olvidar que es un negocio también».

Historia del toreo

La desaparición de la ganadería de Conde de la Maza se lleva por delante un pedazo de la historia del toreo y empobrece aún más el campo bravo, que en las últimas dos décadas ha visto cómo hierros legendarios como Alonso Moreno de la Cova, Sánchez Cobaleda o Guardiola, entre otros, han tomado el mismo camino que la divisa de Morón de la Frontera. «Los últimos animales se los llevan hoy», afirma apenado Leopoldo Sainz de la Maza, quien señala que la finca, Cortijo Arenales, «también está en venta. Y el que la compre también se quedará con el hierro», comenta antes de añadir: «Los hermanos tenemos una sociedad y la decisión adoptada es desprendernos de todo», apunta el representante de la histórica ganadería sevillana.

Sobre los motivos que han llevado a la familia a adoptar la drástica decisión, confiesa: «Prefiero no decir nada, no tengo ganas de cargar contra unos cuantos... Además, tampoco somos los únicos que hemos acabado «quemados» con esto. No hay mayor misterio». Una vez conocida la noticia, las muestras de afecto por parte de aficionados y compañeros no se hicieron esperar. Pese a ello, Leopoldo Sainz de la Maza comenta con resignación: "Las hay, pero llegan tarde. Ahora llenaría dos plazas de toros..., pero insisto: ya no hay vuelta atrás».

El último festejo en que los Herederos del Conde de la Maza lidiaron ganado bravo fue en una novillada sin caballos en Ayllón. Este mismo año, con anterioridad, lidiaron también sendas novilladas picadas en Añover de Tajo -»donde nos llevamos los premios, por cierto»- y en Roquefort (Francia), además de una corrida de toros en Cenicientos, a la postre la última de la historia de la divisa roja y negra. A las calles también han ido unos cuantos animales este 2018, mismo destino que tendrán los últimos cuatreños de la vacada. «Me apena la situación, cómo no, pero no es un problema de hoy, ni de ayer». ¿Volverá a pisar una plaza de toros?, preguntamos. «No lo sé, imagino que lo haré algún día si hay algo que me divierta y emocione, pero cada día que pasa esto me divierte y me emociona menos...», concluye.

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