G. Navaz Ayerra
Viernes, 28 de abril 2023, 18:53
El 12 de mayo de 1923 la Virgen de los Desamparados fue coronada en Valencia. Dos años antes, el papa Benedicto XV le había concedido el privilegio de la coronación, a petición del cardenal arzobispo de Valencia Enrique Reig Casanova. El acontecimiento, que ahora celebra ... su centenario, se convirtió en un gran evento religioso y social para la ciudad, que contó incluso con la presencia del entonces rey Alfonso XIII y numerosas autoridades políticas de la época. Fue en una multitudinaria ceremonia en el Puente del Real, uno de los más ilustres de todos los que cruzan el cauce del antiguo río. Un siglo en el que la corona ha sido elemento central de la imagen, con distintas idas y venidas. Porque a lo largo de este último siglo de historia, la Virgen de los Desamparados ha lucido hasta cuatro ejemplares distintos de orfebrería: una corona cardenalicia, una pontificia, otra de transición y la actual, con la que podemos ver a la Virgen en la Basílica. Todas esconden historias detrás que han permitido hilar el relato de cien años de coronación. Desapariciones, incendios, solidaridad ciudadana, fervor, fe y mucha devoción que han hecho de la Virgen de los Desamparados un símbolo para los valencianos.
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Pero, empecemos por el principio. ¿Qué tiene de importante la coronación de una virgen? Para ser coronada, una Mare de Déu tiene que tener una antigüedad de más de medio siglo, generar devoción en un gran número de fieles y haber concedido favores a sus feligreses. La coronación la puede conceder la diócesis, a través de un obispo o arzobispo, o un Papa. La primera se llama diocesana y en la Comunitat ostentan ese título actualmente 55 imágenes. La segunda, de mayor relevancia, es la coronación pontificia y para tener una referencia de la importancia de este hecho, hay que destacar que en España sólo 27 vírgenes tienen este título y la de los Desamparados es la única que lo tiene en nuestra comunidad. El próximo día 12 de mayo hará 100 años desde que fue coronada.
Antes de su coronación pontificia, la Virgen de los Desamparados ya había sido coronada por la diócesis de Valencia. Hasta ese momento, la Geperudeta lucía una corona cardenalicia conocida como la de las perlas. Se usó justo hasta 1923, cuando pasó a utilizarse la nueva. En 1936, año en que estalló la Guerra Civil, se perdió en un incendio.
En 1923, para su coronación pontificia de la que ahora se conmemora el centenario, la Mare de Déu comenzó a usar una nueva corona. Pero también desapareció en plena guerra. La actual, la que ahora luce la Virgen de los Desamparados es una réplica exacta de esta. Para estrenarla, la talla volvió a ser coronada en 1941. Si acudimos a la Basílica, podemos observarla con detalle en la cabeza de la imagen Pero hay un ejemplar más. Una corona que se llama de transición, que se estrenó en 1940, y que fue una donación de Vicente Garín.
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La corona que actualmente luce la Virgen de los Desamparados, y con la que celebrará sus actos del centenario, el próximo sábado 12 de mayo, tiene toda una historia de solidaridad y fervor detrás. Se elaboró en plena posguerra, en el año 1941. Una época marcada por la delicada situación económica de un país que acaba de salir de una guerra de años. Pero, los feligreses valencianos, no dudaron en dar incluso lo que no tenían para poder ayudar a que la Virgen tuviera una nueva corona, tras haberla perdido en los años de conflicto. Para que los hermanos Jesús y Rafael Sugrañes , hijos del orfebre que hizo la corona pontificia, pudieran darle forma, los valencianos donaron joyas, monedas, metales y piedras preciosas. Hubo gente incluso compró participaciones de la corona para poder colaborar en este acto de fervor. Y como símbolo de que ante la Virgen todos los valencianos son iguales, los metales se fundieron para hacer tabla rasa con las aleaciones del oro. Daba igual quién lo hubiera donado. Todo se fundió en un nuevo oro de 21 quilates.
La corona actual, que la Virgen de los Desamparados luce desde 1941, está hecha con 2 kilos y 125 gramos de oro y lleva 2.670 piedras preciosas. Entre ellas, aguamarinas, esmeraldas, brillantes, perlas, diamantes rosas, amatistas, zafiros, topacios o rubíes.
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La silueta de la corona de la Virgen de los Desamparados es la misma que la de la cardenalicia, conocida como la de las perlas, pero con estilo Renacimiento.
La imagen volverá el sábado 13 de mayo al Puente del Real para recrear su coronación, hace ahora 100 años. Y lo hará con una procesión desde la Catedral de Valencia, donde se trasladará el día 12 de mayo. Allí, la talla pasará la noche y vivirá una vigilia. La mañana del sábado 13, seguirá el mismo recorrido que hace cien años, arropada por todos los devotos que quieran presenciar el recorrido y posterior acto conmemorativo. En el Puente del Real, el acto conmemorativo comenzará con el Himno del maestro Serrano «Valencia canta». Tras finalizar el acto, la imagen original será trasladada en procesión, por la calle de la Paz y plaza de la Reina, hasta la Basílica. Antes de entrar en el santuario, se estrenará el Himno del Centenario de la Coronación, en la plaza de la Virgen.
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La joya que la Virgen de los Desamparados lucirá en el centenario de su coronación lucirá en todo su esplendor, en parte gracias al trabajo que los joyeros Rafael Torres y Antonio Castellanos llevaron a cabo en 2002. Ambos fueron los encargados de la restauración de la pieza, para la que necesitaron más de tres meses y centenares de horas de dedicación. Para ello, tuvieron que desmontar la corona al completo y volverla a engastar desde cero.
Antes, limpiaron todo el metal y las piedras preciosas y volvieron a dibujar a mano alzada el plano de la pieza de más valor del joyero de la patrona. Por el camino, bastantes contratiempos, ya que la corona está realizada exclusivamente con donaciones de los feligreses y no se podía añadir ningún elemento que no hubiera sido regalado por los fieles. Además, se habían perdido o deteriorado algunas gemas y la joya tenía algunos desperfectos por el uso.
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Volver a montarla fue un verdadero puzle, porque las piedras tenían distintas formas y tallas, así que emparejarlas y mantenerse fieles al estilo fue un trabajo arduo. Pero su fervor les ayudó a conseguir el reto. Un orgullo para ambos y una gran responsabilidad, porque no hablamos de una joya más. Hablamos de la corona con la que la Virgen de los Desamparados celebrará el aniversario de su centenario como Virgen coronada.
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