«Soy siete años consecutivos la primera en la cola para el Besamanos a la Virgen»

La primera en aguardar turno para tener el privilegio de estar bien pronto junto a la Mareta es la valenciana Marisa Rosa Alfaro, que ha iniciado la cola a las tres de la tarde.

Se da la circunstancia de que esta vecina de la calle Sagunto, que vive entre Francia y Valencia, no es la primera vez que se sitúa en el primer 'puesto de salida', ya que es su séptimo año consecutivo siendo la primera participante del Besamanos.

«Ya es casi como una tradición. El año pasado llegué aquí a las cinco de la tarde, pero hoy ya he venido a las tres», explica Marisa.

La segunda de la cola es Rosa Ferris, otra valenciana muy fallera que también repite año tras año entre las primeras de la cola. «Mi hija falleció en 2019 y era muy devota de la Virgen y me prometí que todos los años iba a venir a ver a la Virgen».

La tercera mujer que ha guardado turno es Concha Rebollal, que en alguna ocasión también ha llegado a iniciar esta espera tan devocional. Conha explica que estos «dos últimos años no había podido venir porque me han hecho dos operaciones muy fuertes, pero ya estoy mejor, y no puedo fallarle a la Virgen». Y añade que le gusta acudir bien pronto a esta cita porque «para estar en casa, pues estoy aquí, cerca de la Mare de Déu».

Por su parte, Marisa Rosa confiesa que le gusta ser la primera «porque así casi estamos solas, le hablo a la Virgen y le rezo». Y detalla que este año ha venido desde Francia «en el mes de marzo y ya me he quedado para poder venir al BEsamanos». Por su parte, Rosa Ferris, detalla que le gusta «tanto venir de las primeras como luego regresar a útima hora, tras la celebración del Besamanos, para ver cómo la descubren en el camarín».

Como la noche será larga, han acudido con chaquetones de lana e incluso de nieve, para no pasar frío, y Concha detalla que ha acudido «con una silla andador y, así me siento, y en el compartimento interior traigo provisiones: un bocadillo de tortilla y café, para aguantar esta noche».

La primera de la cola cuenta como anécdota que un año, «después de pasar ante la Virgen, fui también al final del acto del Besamanos y me quedé dormida dentro de la Basílica. Me tuvieron que despertar y advertirme que el acto había terminado».

Tanto Marisa como Rosa detallan también que el año pasado les llovió por la noche «y, a pesar de ello, aguantamos porque queríamos estar cerca de la Virgen».

A las 20 horas de este martes las tres mujeres han recibido la visita de Lucas Ballester, vicepresidente de los Seguidores de la Virgen, y de Miguel Calatayud, Chimo Para y también Laura Albiach, también componentes de los Seguidores de la Virgen para saludarlas minutos antes de entrar en la Basílica para retirar los bancos y preparar el acto del Besanamos que este año «se adelanta y comenzará a las 6.30 horas», indica Laura Albiach.

Como cada año, es importante acudir a este acto con paraguas o gorras, para protegerse del sol en el tiempo de espera de la cola y también con agua para hidratarse. Como cada año, en la plaza de la Virgen estará la mesa con recuerdos de la Virgen para que los feligreses puedan adquirirlos y ayudar de este modo a todos los proyectos que se impulsan desde la Fundación Maides.