Siete mujeres cumplen con la tradición del llevar al Cristo del Salvador y del Amparo a la orilla del mar

Los fieles sólo han hecho un receso para tomar un refrigerio y de inmediato han seguido el ritmo de los tambores y trompetas para acompañar a las cofradías y a los sacerdotes en el rezo de las estaciones de los Vía Crucis, donde no ha faltado la escenificación del encuentro del personaje de Verónica con Jesús, y el momento en que esta le limpia el rostro de sudor y sangre.

Acto seguido, los devotos han seguido en silencio al Santísimo Cristo del Salvador y del Amparo, ya que a las 12 horas tocaba ir a la orilla del mar para lanzar flores, concretamente gerberas rojas, al mar en recuerdo de las personas fallecidas en el mar.

Si bien durante toda la procesión se van turnando a llevar la imagen hombres y mujeres, en el momento de llegar al paseo marítimo ya se ha cumplido la tradición de esta hermandad de que sean las féminas las portadoras.

Entre las mujeres que han llevado al Cristo estaba Desireé Navarro. «Todos los años cojo la imagen en un tramo del recorrido, para mí es algo muy especial».

Quien ha portado la imagen por primera vez es Amparo Murgui. «Soy vecina de Serra, pero he venido hoy para ver este acto y he tenido la suerte de poder llevar al Santísimo cristo del Salvador y del Amparo», relata emocionada.

Ya cuando la procesión ha llegado a la arena han sido siete mujeres cofrades las que han tomado el relevo. Han puesto en horizontal la talla y la han llevado hasta la orilla. Este grupo estaba conformado por Concha Vergés; Inma y Amparo Belenguer; María y Ana Serra; Amparo Fernández y Mar González.

Todas ellas confiesas que llevan muchos años con esta tradición «y lo hacemos con entrega y emoción». Incluso Concha recuerda que hace dos años «estaba embarazada y también pude unirme a mis compañeras a llevarlo y hoy mi hijo, de casi dos años, también es cofrade».

Una vez se ha leído una oración y los cofrades, grandes y niños, han lanzado flores, la procesión ha continuado hasta la iglesia de Cristo Redentor-San Rafael.

Pepa y Lola Prats, tía y sobrina, de camino de vuelta también han podido llevar al cristo en el trayecto . «Tengo 78 años y todavía vengo todos los años para acompañarle y cogerlo un poco y que pueda venir muchos años más», cuenta Pepa emocionada.

También con las lágrimas en los ojos estaba Milagros Crespo. «Desde los nueve años que vengo detrás del Cristo y ahora tengo 80 y, aunque vengo con el andador, lo acompaño», y añade que incluso se ha levantado «a las cinco de la mañana para dejar la comida típica de Semana Santa hecha, porque luego viene la familia a casa a comer».

El clavario y cofrade Pascual Cerveró también se ha mostrado dichoso de estar junto al Cristo. «Soy más de 40 años clavario y para mí es todo un honor», ha indicado.

Mientras, en la playa turistas nacionales y extranjeros se encontraban con la llegada de la procesión hasta la orilla del mar. Con la bandera verde del servicio de playas ondeando y con algunos asistentes tomando el sol, no han dudado en acercarse a la procesión para ver cómo se vive la fe de la Semana Santa Marinera.

Luego, a las puertas de la iglesia de Nuestra señora de Los Ángeles se ha celebrado el acto del 'Desenclavament', que ha sido seguido por mucho público.

Ya, al mediodía, ahora cofrades y visitantes harán un receso porque a las 18.30 horas empieza la procesión del Santo Entierro, desde la plaza de los Ángeles, para seguir hacia la calle Remonta y recorrer toda la calle de la Reina, donde está la tribuna de autoridades.