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Patricia Orduna
Miércoles, 28 de agosto 2024, 14:33
Último miércoles de agosto. Buñol ha colgado el cartel de 'Sold Out' para vivir su fiesta grande. Cerca de 22.000 personas entre buñoleros y ... visitantes se han lanzado los 150.000 kilos de tomate pera que una empresa valenciana ha cultivado para la 77 edición de la Tomatina, Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Desde que han salido los primeros rayos de sol la gente está en la calle. Bueno, algunos no se han llegado a acostar. No son ni las ocho y se escucha música, hay ganas de fiesta y de Tomatina. Algunos sacan sus mesas y sillas para almorzar y coger fuerzas para el mediodía. En la calle Cid, por donde transcurren los camiones, las fachadas están prácticamente al completo protegidas por telas azules, verdes o cualquier elemento posible para intentar amortiguar los tomatazos y que no dejen tintada la pared el resto del año.
Por el pueblo pasea gente de múltiples procedencias: de Buñol, Valencia, municipios cercanos y países lejanos como Alemania, Reino Unido e incluso zonas de Asia. Conforme pasan las horas, la calle se empieza a llenar. Sobre todo donde se instala cada año el 'Palo Jabón', un palo enjabonado que en lo alto tiene un suculento premio: un jamón. Para conseguirlo, una persona debe trepar hasta lo alto del palo, pero no es tarea fácil, pues este resbala con la mezcla de agua y jabón, así que la gente opta por subirse unos encima de otros.
La calle prácticamente llena a las 11 de la mañana, una hora antes del comienzo de la Tomatina. Para amenizar la espera, quienes no están intentando hacerse con el jamón del 'Palo Jabón' están disfrutando con música y cubos de agua y manguerazos que lanzan desde algunos pisos. La mayoría viste de blanco, aunque la calle Cid es un mar de colores (y gafas de bucear). Así esperan la llegada de los ansiados camiones que transportan la munición, los tomates, que en este caso son de origen valenciano y han estado financiados por la Diputación de Valencia. Su presidente, Vicente Mompó, ha asegurado que en los próximos año también «será productos de kilómetro cero» pues cree que esto es «una oportunidad para que el mundo conozca la calidad de nuestros productos y el buen hacer de los agricultores».
Suena el pistoletazo de salida a las 12 en punto: las miles de personas y los 7 camiones comienzan a lanzar tomatazos desde el principio del recorrido. Tienen por delante una hora para cubrirse de rojo por completo, aunque no han tardado mucho. Pocos minutos han hecho falta para que el suelo se llene de tomate, de agua y de personas revolcándose por él para llenarse todavía más de tomate. Poco a poco, los siete camiones van desfilando por el recorrido, junto a una cadena humana de voluntarios que protegen a la gente para que no haya ningún accidente, ya que es una calle estrecha teniendo en cuenta que tiene que pasar un camión mientras está llena de gente.
Este año, además, el sol y el calor no han sido los protagonistas. El cielo está completamente cubierto por nubes, el termómetro marca 24 grados y corre una leve brisa que alivia las altas temperaturas sufridas años atrás, aunque estando en el epicentro de la Tomatina, rodeado de gente, mucho aire no corre.
Después de 150.000 kilos de tomate y una hora de guerra, la segunda carcasa avisa del final de la Tomatina, aunque mucho continúan lanzando tomates. Poco a poco la gente se va desplazando a calles cercanas donde se limpian con mangueras y cubos de agua. Un año más se ha celebrado la gran fiesta de Buñol. Entre los comentarios triunfa el «espectacular» aunque también «mucho agobio y calor». Algunos aseguran que repetirán el año que viene, aunque otros piensan que «es cosa de vivir una vez y no más».
Entre las personalidades que no se han querido perder la Tomatina se encuentra el President de la Generalitat, que ya acudió en 2023, pero este año lo ha hecho a bordo de un camión. Ha llegado a primera hora, ha almorzado y se ha subido a él. También el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó; el síndic y diputado en Les Corts, JuanFran Pérez Llorca; y la consellera de Turismo, Nuria Montes. Han
lanzado muchos tomates y también ha recibido tomatazos: «Son estupendos». Quiere volver el año que viene, pero: «Será si la gente de Buñol así lo quiere».
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