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Jorge Casals
Viernes, 21 de junio 2024, 00:37
El enfrentamiento entre la afición de bous al carrer y los veterinarios sigue latente en nuestra Comunidad. Una batalla que lleva más de dos décadas ... librándose y que parece no tener una entente cordiale por ambas partes. Ahora vuelve a reavivarse tras las recientes declaraciones de las dos máximas entidades que representan al aficionado, la Associació en defensa de les Tradicions de Bous al Carrer y la Federación de Peñas de Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana, dos entes que han estado distanciados estos últimos años por discrepancias y que ahora se han unido para denunciar lo que consideran como una «nueva imposición de los veterinarios», que según ellos pone en peligro muchos festejos por el incremento de los costes, que suponen «una gran asfixia para las peñas». Para esta tarde han convocado una gran reunión con peñas y aficionados para tratar el tema.
La reacción de los veterinarios no se ha hecho esperar y ayer ya mantuvieron una reunión de urgencia en el Colegio Oficial de Veterinarios de Valencia, con su presidenta Inmaculada Ibor al frente, para abordar este tema. Aunque las conclusiones de esta asamblea extraordinaria no se harán oficiales hasta hoy, según ha podido conocer LAS PROVINCIAS, este colectivo sigue defendiendo la necesidad de que exista un veterinario en los festejos taurinos, sobre todo en los que haya toros cuyo destino sea el matadero, es decir, los cerriles, puesto que hace apenas dos meses se derogó una norma que obligaba a contratar un veterinario para hacer las guías de ida y vuelta de las reses autóctonas o de corro.
Los veterinarios defienden que no se trata de una cuestión económica sino de salud pública y seguridad alimentaria, pues tienen que cumplir con la ley. Los mataderos piden un documento ICA (informe de la cadena alimentaria), que desde 2023 obliga a que tenga toda la información actualizada del animal que va al matadero, por lo que es necesario que un veterinario realice ese informe en el momento en que vea al toro. Un informe que, según los veterinarios, frenaría un posible brote de tuberculosis, que sería muy dañino para la Fiesta; además de evitar poner sobre la mesa una carne que no fuese apta para el consumo. Ante esta situación, las peñas defienden que no es necesario un veterinario para el ICA, puesto que «no se pone en peligro la salud pública ya que existen controles veterinarios en el matadero».
Las dos asociaciones taurinas denuncian además que las OCAPA (oficinas comarcales agrarias) se han puesto de acuerdo para no firmar las guías al matadero los fines de semana, lo que obliga a las peñas y comisiones a contratar un veterinario para hacerlo. Las peñas piden que sean los veterinarios de la OCAPA quienes firmen los viernes la documentación correspondiente para que los toros que se sueltan los fines de semana puedan después ir al matadero.
Los funcionarios de las OCAPAS se niegan y alegan que sería un acto irresponsable firmar una guía sin conocer las circunstancias en las que ha llegado el animal, lo que obligaría a contratar los servicios de un veterinario que se encargue de realizar tal comprobación más allá de los horarios de las oficinas agrarias.
En la mayoría de los municipios de Castellón ya se está contratando a un veterinario para ello. Incluso existe una corriente de aficionados y organizadores que son partidarios de contar con el servicio de un veterinario, puesto que no solo agiliza trámites burocráticos, sino que además ofrece un asesoramiento sobre cómo actuar en determinados casos que afecten a la integridad del animal.
Y no solo. En muchos casos, los veterinarios defienden que han tenido que realizar numerosos informes previos y posteriores sobre bienestar animal que han frenado las múltiples denuncias que llegan desde los colectivos animalistas contra el maltrato animal.
Otro de los debates sobre la mesa son los honorarios de los veterinarios. Las peñas aseguran que es un coste inasumible e incluso denuncian precios abusivos, por lo que se reduciría considerablemente el número de festejos; por contra, los veterinarios defienden que los honorarios oscilan a partir de los 150 euros por festejo, un precio totalmente asumible para los altos presupuestos con los que se cuenta.
Urge un consenso sobre ambas partes y una reunión entre todos los estamentos implicados para unificar y regular las funciones de los veterinarios en los festejos taurinos en la Comunitat. Lo que queda claro es que, desde ambas partes, sí hay un punto de encuentro, que es salvaguardar esta tradición y conseguir entre todos que los toros estén en las mejores condiciones posible. El bou al carrer necesita en estos momentos más unión y diálogo que nunca.
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