![Álex Vidal, de Origen Carcaixent: «Lo primero que hemos hecho al ganar la estrella Michelin es comprar servilletas»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/28/HCD-1%20(42)-RuzKm9OEUhTjYA24vZC8ZbL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Álex Vidal, de Origen Carcaixent: «Lo primero que hemos hecho al ganar la estrella Michelin es comprar servilletas»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/28/HCD-1%20(42)-RuzKm9OEUhTjYA24vZC8ZbL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Calma, sencillez e inquietud; son tres virtudes que emanan de Álex Vidal. Ninguna de ellas se puede fingir, y rara vez se encuentran en armonía. Pero el caso es que el chef de Carcaixent ha sabido crecer en aquello que le apasiona, sin ... necesidad de acelerar lo pasos ni renunciar a sus convicciones. Y así es como finalmente, a sus 37 años, ha obtenido una estrella en la Guía Michelin 2025, cuya gala tuvo lugar el pasado martes, en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Se trata del único nuevo astro para un restaurante valenciano en la actual edición. De ahí que Vidal todavía ni se lo crea: «Me dormí a las 4 de la madrugada, y me he levantado como en un sueño. Esto significa mucho para Origen Carcaixent, es un reconocimiento a toda una línea de trabajo. Y un gran impulso para un negocio que no está en la capital».
Nada más bajar del escenario donde recogió el trofeo, el móvil de Álex ya recibía 100 nuevas reservas, que en la mañana del miércoles se elevaban a 300. El restaurante que comparte con su amigo y socio, David Timor, ya tiene completos los fines de semana hasta finales de diciembre. «Digamos que esto nos va a dar mucha tranquilidad para contratar extras, probar productos… Lo primero que hemos hecho es comprar servilletas y copas nuevas», admite. A fin de cuentas, la estrella viene a ser una garantía de rentabilidad para los negocios más tempranos. «Y luego, quizá, nos planteemos cerrar un domingo al mes», anhela, después de tanto trabajar en este tiempo. En relación a los precios, Vidal mantendrá los tres menús actuales, por valor de 58 (Carcaixent), 65 (Origen) y 75 (Ternils) respectivamente. «Los subimos 10 euros hace relativamente poco, entre otras cosas, por la DANA», explica.
Carcaixent ha sido uno de los municipios afectados por la catástrofe del temporal, que también ha repercutido en los proveedores del restaurante. «De alguna manera, todos los valencianos hemos notado las consecuencias. Durante la primera semana, hasta 90 personas nos cancelaron sus reservas. La segunda, fueron 500. Hemos tenido un buen susto económico», confiesa, al margen de la parte personal. En el momento de recoger su estrella, Álex mostró ante el público una camiseta negra donde se leía un mensaje claro: «Renaixirem del fang». Desde luego que lo haremos, porque la tragedia también empieza a arrojar otro tipo de historias. «Esta misma semana, vino una parejita joven de Guadassuar, que había estado bastante afectada. Me dijeron que, pese a todo, querían celebrar la comida y la vida», rememora.
Por si alguien no se había percatado, estamos ante un enamorado del territorio. Como ya contaba en una entrevista con LAS PROVINCIAS, Álex Vidal regresó a su municipio de origen, Carcaixent, después de 18 años trabajando en distintas ciudades. Fue una forma de poner en valor sus raíces y apostar por el tejido local. «Las mesas, los cuadros, los centros, las servilletas y muchos de los productos del restaurante son un claro ejemplo de lo que queremos transmitir. Es mi forma de ver la vida», subraya. No en vano, su candidatura también se barajaba para la estrella Verde, pensada para los negocios más destacados en sostenibilidad. «Tenemos un discurso ahí, está claro. Una de las cosas que quiero hacer pronto es instalar placas solares. Pero lo que tenga que venir ya vendrá», reconoce, con ese halo de paciencia.
Sus comienzos se remontan al restaurante del club de tenis de Alzira, Caramelito. De ahí saltó a un caserío en el País Vasco, para después recorrer países como Singapur, Austria o Inglaterra. Su etapa más definitoria fue la de Casa Elena, en Cabañas de La Sagra (Toledo), restaurante rural que también tenía una estrella Michelin. Y a la vez, un templo de la cocina de proximidad: «Hacíamos de todo, con las pieles de las verduras preparábamos compost con gusanos. Son técnicas que quiero replicar en Origen», proyecta. Pero claro, solamente ha tenido año y medio de rodaje; de hecho, nunca habría imaginado obtener tan pronto los reconocimientos. El sol Repsol llegó el pasado mes de marzo, pero la estrella se proyectaba para dentro de unos años.
«Siendo honestos, llevo un mes sin dormir. Teníamos sospechas de que habían venido dos inspectores, pero ninguno se identificó. Luego nos avisaron de la recomendación Michelin y, una semana antes de la gala, nos llegó la invitación», relata. Demasiadas emociones para un solo noviembre. Tanto su familia como la de su socio, y también la plantilla de trabajadores, siguieron el evento estelar desde las pantallas instaladas en el restaurante. «Se lo pasaron bomba, fue una noche emocionante para todos. Hay días en los que piensas que somos cuatro matados en un pueblo. Pero mira, por estar tan locos, hemos hecho historia para Carcaixent», celebra, sin perder de vista el recorrido por delante. «Somos un bebé como negocio. Habrá que seguir ganándose la confianza del público. Pero esto nos da alas». concluye, con ilusión y determinación.
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