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EL DIARIO DE MR. COOKING

Alicia en el país de Bar X (y la merluza top)

Diario Secreto de Mister Cooking (VIII) ·

Jesús Trelis

Valencia

Miércoles, 20 de marzo 2024, 16:53

En los 'Viajes de Heródoto', Ryszard Kapuscinski nos sirve una frase absolutamente inspiradora: «El mito se mezcla con la realidad, las leyendas son los hechos. El sentido de la vida es cruzar fronteras». Las historias que se cuelan en el diario de Míster Cooking tienen un poco de cada uno de esos ingredientes. Platos que se convierten en leyenda: del bosque animado de Quique Dacosta a la crema de alcachofas de Eneko Atxa. Mesas que son míticas: como la de Viridiana, aquella primera vez que me senté solo en el restaurante de Abraham García con él dándome conversación entre platazo y platazo. O experiencias únicas que son, en realidad, fronteras gastronómicas superadas a base de hacer viajar el paladar por horizontes diversos y desconocidos.

La historia que hoy se cuela en el Diario de Míster Cooking habla de alguien que especialmente hace honor a esa parte final de la cita. «El sentido de la vida es cruzar fronteras». Hablo de una mujer valiente, con ímpetu y pasión, que desde que la conocí –hará ya más de diez años- ha ido demostrando que no tiene miedo al cambio y menos a los retos. Y que, para ella especialmente, la vida tiene sentido cuando asumes que su riqueza estriba en saltar muros. Alicia López lo hizo. Lo asumió. Y lo puso en práctica. Cruzó todo tipo de fronteras para conseguir salir adelante y crecer en un mundo que, poco a poco, le atrapó. Tanto que, al final, logró tener su propio discurso. Imponer su propia impronta dentro del mundo de la gastronomía. En su día a día, en la sala. En su disfrute, en la mesa.

A Alicia la conocí cuando colaboraba con Aumsa para intentar alquilar locales del Mercado Colón a diversos restauradores de la ciudad. Y allí ya descubrí que era una persona tremendamente apasionada, absolutamente trabajadora y volcánicamente luchadora. Porque si algo he aprendido, admirado y apreciado en ella en esta última década en la que he ido siguiendo sus pasos es premisamente eso: su capacidad de lucha y sacrificio, al nivel de saber estar en cada momento en el papel que le ha tocado jugar, y hacerlo siempre con absoluta lealtad a quien ha creído en ella.

Alicia López LP

A Ricard Camarena lo convenció para que abriera en los bajos del Mercado Colón un restaurante. Y allí nació parte del epicentro de la expansión del chef de Barx en Valencia. Nació Habitual y nació un local que primero fue su LAB -donde comenzó a trabajar con sus nuevos platos o donde presentó el que es su actual restaurante gastronómico en Bombas Gens-, luego el Coca-Loca y, por último, su Bar X. El Bar X en el que, precisamente, ahora Alicia capitanea su sala. La sala de una de las barras de Valencia que se ha convertido en tiempo récord en referente e imprescindible.Allí, Alicia, hace mover la maquinaria del servicio de sala y barra con un brío y eficacia envidiable. Y eso que es un local difícil de manejar porque no hay reservas y todo suele ser un constante ir y venir de clientes. Y lo hace extraordinariamente bien, porque antes de llegar ahí ha recorrido un camino intenso de aprendizaje en el que la clave ha sido: querer aprender, querer llegar a estar entre los mejores y querer cruzar fronteras, sin miedo y con decisión.

Estuvo, ya dentro del universo Camarena, en el efervescente Central Bar, dándole una vidilla extra a un local que ya de por sí tiene muchísima energía. Y luego, ha pasado por los diversos formatos del grupo del cocinero valenciano, aprendiendo de cada cual y creciendo en cada uno de esos locales como personal de sala, pero también como una excelente relaciones públicas que cree en el proyecto que representa, que es leal con la marca y que disfruta con lo que hace.

Por eso, si vas a Bar X disfrutas. Porque te impregna el entusiasmo que tiene. Porque te vende cada plato, cada bocado, con la energía que se necesita para que te des cuenta que no estás comiendo una ensaladilla más, unos modestos puerros rebozados o una tortilla de patatas con una peculiar salsa de callos. Estás comiendo todo ello pero pasado por el tamiz de la familia Camarena que es, sencillamente, lo que marca la diferencia con otros.

Como pasa con Alicia, que marca la diferencia. Y como pasa con todos los equipos de sala del catálogo de propuestas del clan de Ricard. Porque en todos ellos, su personal de sala es de máximo nivel y, especialmente, de rotunda naturalidad. Como la cocina de Camarena y como el propio cocinero.

LP

Sí, volví a Barx de nuevo la pasada semana. Y de nuevo, gocé mucho. El entusiasmo de Alicia nos contagió. Eso y ese carrusel de bocados indecentemente fantásticos. Desde su imbatible sepia hasta sus natillas caseras. Todo te seduce. Y todo parece simple. Pero todo tiene esealgo… que lo hace diferente. Porque, ¿cómo diantres te puede hacer gozar tanto con una merluza rebozada? Esa merluza con un rebozado perfecto y una jugosidad única que se muestra ante ti delicada, equilibrada, gustosa y tremendamente elegante. Una merluza rebozada más, que entra en mi lista top. Esa que encabezan la de Nerua –gloriosa- (en Bilbao) y de la Gambara –celestial- (en San Sebastián).

Poco más. Siga disfrutando de buenos platos y mejor compañía. Y recuerde, nos vemos en las mesas. Mientras tanto, no deje de leer Historias con Delantal.

Te dejo aquí las cartas anteriores.

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