Hoy, me vais a permitir que empiece pagando una deuda de gratitud, de respeto y de admiración. Me explico: hoy será la cuarta entrega, y creo que laúltima, de 'esto va…' tras 'Esto va de personas', 'Esto va de cuidar' y 'Esto va de servir', ... y hoy la he titulado 'Esto va de ti'. Y de verdad que va de ti, va de Jesús, de Jorge, de María José, de Chema, de Vicente, de Fernando, de Elena, de Santi o de mi admirada y querida Almudena. Sí, va ti, va de vosotras y vosotros y va de ellas y ellos quienes nos cuentan, nos narran, nos aconsejan, nos enseñan y nos regalan su pasión por el buen comer, el buen beber, el placer de las sobremesas, las citas del estómago feliz o los tragos más dulces, más sabrosos, en mejor compañía y con aromas a tierras del Levante. Mi deuda es con ellas y ellos, y con vosotros y con vosotras.
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Esto va de ti, Casto. Va de ti, María. Va de Carmen, David, Héctor, Javier, Alejandro, David, Toni, Jaume, Silvina, Teresa, Pilar, Miguelón o Marisa. Va de seguir sirviendo con una sonrisa enorme. Va de querer y de dar. Va de seguir cuidando y mimando a quienes recibimos. Va de fidelizar con el servicio cercano, profesional, de carácter mediterráneo, de cariño y de buen hacer. Esto va de ti, Óscar. Va de Nico, de Abel, de Pitu Roca, de Joan, de Norma, de María José, de Mariki, de Andrés, de Gicelia, de Juanjo o de Pepe Macías. Va de quienes hacéis de la docencia en hostelería una vocación. Va de vosotras y vosotros que compartís saberes con ese sabor de compromiso, de humildad y de generosidad. Va de Alessandra, Yamila, Maitane, Javier, Cristina o María
Jesús que recibís con los brazos y el corazón llenos de bienvenidas a todas y todos los que nos visitan. Va de ti, querida Isabel que diriges con la firmeza de la bondad equipos en nuestros hoteles abiertos a los vaivenes de la industria turística con la virtud de la constancia, la perseverancia y la honestidad. Va de ti Carlos, Nuria, Cristina, José francisco o Antonio. Va de vosotras y vosotros que debéis ayudarnos desde vuestra responsabilidad pública en ser mejores anfitriones, en servir con la alegría que nos da nuestro carácter, en contar quienes somos, lo que hacemos, en airear nuestro entorno natural para que las visitas de nuestros turistas se conviertan en hogar. Va de ti, pequeño o gran empresario que nos brindas tu riesgo para beneficio común.
Va de ti, especialmente de ti, mi admirada Ana Botella, camarera, alumna y amiga. Con tu trayectoria de futuro abierta al mundo nos alegras el alma de taberneros que tenemos muchas y muchos de nosotros. Esto va de ti, Ana, va de hacernos seguir creyendo que somos buenos, muy buenos. Va de confiar en nuestro carácter hospitalario, alegre, valiente, emprendedor, atrevido, arriesgado o simplemente, mediterráneo. Va de ti, Ana, de felicidad. Va de tu inspiración y ejemplo. Va de ti, siempre de ti.
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Y va de vosotras y vosotros que leéis a este camarero. Pero también va de mí. Y va de mí, de mi deseado descanso que me permitiré distraer en mi poco tiempo para reflexionar con vosotros. Me disculpo, tal vez mis reflexiones sean un poco más esporádicas por la vorágine de un verano intenso por delante en la que el tiempo de calidad, en mi caso, será escaso. Pero estáis y estaréis siempre conmigo. Y yo con vosotras y vosotros, sirviéndoos, cuidándoos, y sonriendo.
Reflexionemos.
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