Urgente Óscar Puente anuncia un AVE regional que unirá toda la Comunitat en 2027

Hoy en 'El sitio de mi recreo' iba a hacer un Campofrío. Le pregunté al Chat GPT y a la Inteligencia Artificial cómo organizar la cena perfecta, qué menú poner, la decoración de la mesa, el maridaje, la música, la iluminación, el orden de los ... platos y con qué acompañarlos…Vamos, todo, todo. Y la verdad es que no lo hicieron mal. Me indicaron muy amablemente cómo hacerlo. Me dieron alguna idea que, realmente con media vida montando mesas en Navidad, ni se me habían ocurrido. Creo que hubiese discutido con lo de la selección musical o la composición del menú, pero con muy pocas más estaría en desacuerdo. Ay mare.

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Aquí es cuando ya iba a cambiar de idea y hacerme un Navidul. Sí, eso de quitarle importancia a todo y dejarse llevar. Eso de unas navidades como las de siempre y comer el buen jamón. Demasiadas alternativas. Y encima casi hago un Ikea y contrato un organizador de navidades. Hoy se me está yendo de madre mi artículo. Voy a pararme y pensar bien. Jorge mi editor y Jesús mi director (bendita paciencia la suya) sé que me animan desde la distancia y que solo esperan de mí un pequeño artículo para organizar y preparar unas buenas reuniones gastronómicas en nuestras casas estas navidades. Voy a ello, va para vosotros.

El título lo he tenido mucho más fácil. Todos a la mesa era la frase con la que mi querida madre nos llamaba para acudir en penitente peregrinación hacia el lugar de encuentro familiar con la comida como excusa perfecta para juntarnos todos. Y todos éramos todos, los contentos, los enfadados, las nenas, los nenes, la rigidez de la educación en la mesa, los alimentos humildes o mejores según la economía familiar del momento, todos y todo. Todos a la mesa es una llamada a la paz, a la tregua. Y en navidades, más.La verdad es que al final he recurrido a lo fácil. Cervezas, cavas, algún aperitivo y amigos, amigas, compañeras y compañeros de profesión, juntos en animada charla. Mucho saber, y servidor con la libreta dispuesta a recibir ideas.

Javier lo tiene claro, la mesa tiene que estar impresionante. Mantel bueno, esos de la suegra con puntilla de ganchillo. Vajilla, la mejor, esa de las ocasiones especiales. Los tenedores a la izquierda y las copas de vino y cava bien colocadas para que no nos molesten. Truco, una mesita auxiliar con los utensilios que podamos necesitar cerca y no hacer tantos viajes. Además, Javier siempre me añade lo mismo, esto va de cariño y amor, lo que recordaremos no será la mesa bonita, será el conjunto de lo visto, lo disfrutado y, sobre todo, de lo sentido.

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Casto es bondad pura, él lo tiene claro: todo tiene que ser natural sin nada que esté forzado. Si fuerzas situaciones al final se rompen. Hay que disfrutar, calmar, unir, ceder, olvidar. Todo un menú de intenciones. Bravo, Casto. Su truco, que no nos falten cosas sencillas en la mesa para no cargar a quien cocina, hacerlo entre todos y para todos.María lo tiene claro también, esto va sobre todo de compartir porque compartir es vivir. Compartiremos lo bueno e incluso lo malo, pero lo haremos desde el respeto y el cariño. Lo haremos desde la ilusión de niños que hemos crecido. Lo haremos para nuestros niños y niñas, para su felicidad que será la nuestra. Crearemos un ambiente acogedor, una iluminación que invite al disfrute e incluso, podremos tener una lista de temas musicales que tengan a Arde Bogotá, Radio Futura, Bowie o Viva Suecia.

Víctor es las más cocinillas así que siempre me ayuda en el menú. La sencillez no está reñida con la calidad. Unos tomates buenos trinchados con salazón es un plato excelso. Es tiempo de mejillones y si no hay para gambas, cumplen perfectamente. Tal vez este año debamos cambiar el jamón por lomo, por cecina o tal vez una bresaola italiana o un vitello. Y si cocinamos entre todos, mejor que mejor. La opción en la que cada uno aporta un plato a la cena cobra más adeptos año tras años. Pensémoslo.

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Óscar es el del protocolo y su consejo es genial, simplifica. Hazlo divertido, quita la rigidez y, en resumen, simplifica. Decoración bonita pero sencilla, copas cómodas, espacios amplios, quitar lo superfluo. Disfrutar.Y mis hermanas me siguen año tras año, sin conseguirlo, eso de no traigas nada. El placer de compartir o de regalar empieza desde la intención y no acaba nunca. Es una actitud. Este año voy a asar pimientos, berenjenas y cebollas para una buena escalibada de acompañamiento. Los días de la compra previa, los aromas lentos en casa de las verduras al horno, el pelarlas y trocearlas y, sobre todo, el compartir es un regalo navideño que me hago.Y termino, hay unas cajas metálicas maravillosas con llave que, si las situamos a la entrada de casa y guardamos allí los móviles y tablets de todos nuestros compañeros de mesa, seremos mucho más felices. Seguro.

Reflexionemos y disfrutemos.

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