Juan Femenía, un histórico hostelero de Cullera, entrega el galardón de comunicación gastronómica a Almudena Ortuño y Jorge Alacid, de Historias con Delantal de LAS PROVINCIAS. IRENE MARSILLA
Opinión

El premio sois vosotras y vosotros

Jueves, 10 de octubre 2024, 20:38

Estoy feliz, requetefeliz. Nos han dado un premio y servidor es una pequeña parte de él.

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Más que servidor, la sala y sus profesionales de quienes nace esta columna que cada semana os trae una un trozo de sus ilusiones.

Sí, un premio de enorme ... valor para este humilde camarero por otorgarlo de parte de los sufridos compañeros del sector, de hosteleros, de gentes enormemente generosas como nos contaba nuestra compañera Almudena Ortuño a la vez que reivindicaba voces profesionales para relatar las generosidades del sector y devolverles parte de su compromiso y esfuerzo desde la profesionalidad, el buen hacer y el rigor, bravo.

Un premio del sector a personas que amamos el sector. Millones de gracias a la Federación de Hostelería de Valencia que nos han concedido a las gentes, que somos muchísimas, del canal gastronómico de Las Provincias Historias Con Delantal el premio a la Comunicación Gastronómica por creer que la historia, el relato y los delantales, cuentan. Por dignificar las voces que intentan acercar la profesionalidad de un sector que no siempre está en sus mejores momentos, que no siempre es lo suficientemente tratado por parte de las administraciones, de los clientes o de las nubes. Un sector que siempre se adapta, no me canso de repetirlo, la mayor virtud de la hostelería es su capacidad de adaptación. Un sector generoso, repito e insisto como Almudena, que debe exigirnos y demandarnos la profesionalidad que nos da. Ese compromiso y profesionalidad ha sido, y es, el camino que marcó, y que continuamos, nuestro director Jesús Trelis cuando transformó su didáctico y maravilloso Blog Historias con Delantal en un canal gastronómico de referencia en la Comunidad Valenciana y en todo el territorio Nacional.

Repito, estoy feliz, requetefeliz. Como veis y me leéis utilizo palabros y construcciones gramaticales que no siguen ni los cánones de la deontología periodística mínima ni las normas de la sintaxis correcta. Lo confieso, aunque me produce una vergüenza inmensa por mi falta de talento y conocimientos filológicos, estar rodeados de maravilloso artículos y crónicas de compañeros brillantes, pero intento suplirlo con ganas, ilusión, esfuerzo, horas robadas de sueño tras el duro trabajo y, sobre todo, responsabilidad. Sí, me siento responsable porque soy tremendamente afortunado al tener un altavoz en el que poder contar, relatar, exponer, criticar, compartir y reflexionar sobre trabajo más bonito del mundo, el servir. Tengo una responsabilidad y pese a mi total falta de vanidad y con una vergüenza atroz, me enfrento cada semana al folio en blanco para trasladaros palabras llenas de sentimiento. No es fácil, lo reconozco, hay poco tiempo para sentarse y poder escribir, las ideas viajan en auto mensajes de whasapp para recordar de qué os quería escribir. La lectura constante de las actualidades es totalmente necesaria y ese tiempo va al debe del sueño obligado y cada vez más recortado. No es fácil, pero es lo mejor que me ha podido pasar en la vida, que me permitan compartir lo que siento. Sentir y compartir es el equilibrio perfecto, el resto es no vivir plenamente. Yo lo hago, y tras meditar y analizar los porqués, lo tengo clarísimo: me esfuerzo, paso vergüenza, quito horas de sueño, reflexiono, cuento, comparto, opino, relato y sobre todo, escribo por y para vosotras y vosotros, los lectores. Realmente, sois el premio.

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Reflexionemos.

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