Lo sé, no es verdad. Lo sé, sí que hay quien escribe sobre la sala. Sí, lo sé, algunos incluso con criterio. Y sí, lo sé, también he visto algunos que han utilizado más de dos adjetivos y más de una línea para hablar de ... la sala. De verdad, no os miento, lo he visto y leído. Poco, pero lo he visto. Lo sé, esta columna lo hace. Lo sabéis, esta columna se llama 'El Sitio de mi Recreo' definiendo la Sala como un espacio de juegos y un lugar de disfrute (gracias, Carlos, amigo, por definir así a la sala de El Celler de Can Roca y tomarte prestada la idea para titular estas reflexiones).

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También sé que se escribe de coctelería, de sumillería o de protocolo y se habla de la sala. Lo sé y me encanta. Buenos amigos escriben y comparten saberes como Ferrán Centelles o mi querido Josep Pitu Roca (imprescindible leer 'Tras las Viñas' con Inma Puig, vino y vida), mi David Seijas con sus confesiones o, cómo no, la sapiencia infinita de Jancis Robinson y sus didácticos libros. O Luis Gutiérrez, siempre certero y afinado en el saber, derrochando pasión. O Montse Solé escribiendo sobre «Saber ser y saber estar», un gran libro sobre el protocolo y las buenas maneras, aunque me siga gustando Rosendo y sus «maneras de vivir». Y siempre, José Antonio de Urbina con 'El gran libro del protocolo'.

Y lo sé, está Míster Cooking, mi querido amigo Jesús Trelis, quien siempre tiene acertadas, sentidas, animosas y cariñosas palabras hacia la sala y sus profesionales. Gracias, Jesús. Lo sé, lo hay, mucho y bueno. Pero yo siempre quiero más. Y están Almudena, y Lourdes, y María José, y Vicent, y Santi. Y estás tú, también. Tú que lees y que lees sobre la sala. Estás tú, que vives y sientes el servicio, el cuidado y el buen trato al cliente. Estás tú que te preocupas por divulgar lo que hacemos. Estás tú que cuentas y demuestras tu buen hacer. Estás tú que cada día con tu opinión honesta haces corazón y esperanza de nuestro oficio.

Y está David Rubert enseñándonos de números, de gestión, de optimización y de cuentas, por favor. Y está mi admirado Óscar Caballero contándonos y haciéndonos vivir la sala desde la mirada añorada y querida del gran Juli Soler, que estás en la sala. Y está Anthony Bourdain, que estás en los cielos. Y están todo el equipo incansable de la Bullipedia con mi querido Lluís García, Gabriel Bartra o el mismísimo Ferrán Adrià. Y las buenas gentes de Planeta gastro con David Figueras de maravilloso anfitrión de ideas y cuentos.

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Y está Abel, mi querido Abel Valverde. Le habéis leído en estas páginas hablando de su libro 'La Sala al desnudo'. Le habéis leído en la letra pequeña de la mayoría de mis artículos en los que su sapiencia me sirve como presencia y esencia, presencia de ideas y esencia de saberes. Le leo y le releo en su libro 'Host' para recordarme y seguir sintiendo amor hacia mi trabajo, mi oficio y mi pasión: el mundo de la sala y el servicio.

Y lo sé, tú también escribes de sala. Tú también reflejas tus sensaciones en cuatro líneas de plataformas online de recomendaciones. Espero y deseo que las pienses y las argumentes. Espero que no sean gratuitas y sin pensar en sus consecuencias. Espero que sean con criterio, con saber o con emoción pero que sean sinceras, honestas y coherentes. Me retracto, la sala sí que tiene quien le escriba. Pero necesitamos más voces, necesitamos más palabras. Queremos más opiniones que nos ayuden a mejorar. Queremos seguir creciendo y mejorando. Queremos ser y queremos estar, por ti, siempre por ti.

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Y termino con una disculpa y una promesa. Me disculpo porque mis palabras de sala callarán por unas semanas de mil líos de trabajo veraniego y mi promesa de volver es firme y sincera, de corazón.

Feliz verano y escribid. Y leed.

Reflexionemos.

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