![Esto va de servir](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/25/Fotos-HCD%20(4)-RXlH8XiV9oXy1054tGCvaiP-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Mis queridas y queridos, permitidme esta semana en vuestra columna semanal 'El sitio de mi recreo', que siga una serie de reflexiones que, casi sin pensarlo, lo vamos titulando: «Esto va…». Sí, definimos nuestro noble oficio de camareras y camareros como» esto», pero ya sabéis ... que nunca será desde una perspectiva peyorativa ni crítica, más bien divulgativa, didáctica y también, cómo no, autocrítica. Y también mis queridas y queridos, permitidme que ilustre esta breve reflexión con una imagen de un grupo de personas en plena celebración de amistad y en este caso del cumpleaños de este su humilde servidor. Y sí, digo servidor a mucha hora porque, como he titulado, esto va de servir. Y va de celebrar también.
Esta semana lo tenía fácil porque entre los efluvios de un buen cava, de la charla honesta y divertida entre personas de esas que pellizcan el alma, de esas que oyes sus silencios, de esas que te acarician sus ausencias o que lloras sus alegrías, los amigos y las amigas, la charla giró y regiró en esto del servir. En lo que nos gusta. En lo que sentimos. En lo que vivimos. En servir, en nacidos para servir. Casi nada.
Soy, somos, profesionales del servicio, de servir. Lo sé, suena a película de los años 60, tipo» Cómo está el servicio» o «Las que tienen que servir», lo de machismo lo dejamos para otro día, pero servir es algo más que esos anacronismos del servilismo. Servir no va de la familia de Paco «el Bajo», Régula y sus cuatro hijos, Nieves, Quirce, Rogelio y Charito («la niña chica») de 'Los santos inocentes' de Delibes. Servir es algo más, mucho más, es amar. Ahora es aquí donde realmente nos damos cuenta de los efectos del buen cava cuando nos venimos arriba y declaramos nuestro amor al servicio, empiezan a entenderme, ¿Verdad?
Óscar, Javier, Víctor o Casto, ejemplos, amigos, camareros, sumilleres, anfitriones, docentes, decentes, apasionados, reflexivos y, sobre todo, servidores, ellos son los culpables de lo que hoy os reflexiono aquí. Con esa amigable y reconfortante charla después de ya bastantes años sirviendo, es cuando surgen las preguntas. Es entonces cuando entre anécdota y anécdota, o entre experiencia y experiencia, muchas de ellas increíbles, inverosímiles o simplemente, sorprendentes, cuando surge la gran pregunta: papá, ¿por qué somos camareros? La respuesta vuelve al origen, por amor. De verdad. Y es aquí donde la reflexión se debe convertir en argumentación y os prometo que hoy me cuesta un poquito más. Después de esa retahíla de aciertos, de desastres, de locuras varias, de sorpresas, de absurdos, de disgustos y lloros por un oficio poco agradecido y muchas veces poco valorado o reconocido, el servir. Cuando se es el último eslabón de la cadena o cuando tu trabajo carece de gratitud, es entonces cuando realmente reconoces que esto del servir lo haces por amor o si no, no tiene explicación. Pues sí, justo los que nos juntamos esos amigos y hermanos del alma, lo hemos hecho siempre por amor, lo seguimos haciendo por pasión que no por dinero, trabajamos y servimos por vocación porque la vanidad o el reconocimiento ya no importan.
La hostelería, la hotelería y en definitiva el servir, es algo vocacional que te atrapa, que te hace vivir en límites maravillosos y muchas veces llenos de vértigos. Servir nos hace mejores, nos permite ver quién es cada quién. A veces os recuerdo que se conoce a una persona viendo como trata a quien le sirve, y muchas veces es verdad, la mayoría. Servir también es un acto de fe, servimos sin saber la recompensa futura, damos sin recibir, queremos sin ser queridos, ¿o suena?, esa fe es lo más parecido al amor. Sin más.
Y no pudo terminar sin celebrar. Servir y celebrar, suelen ir parejo. Celebro, celebramos, un comienzo de temporada con una Semana Santa espectacular que vaticina un nuevo verano de récord, celebramos que nuevos y pasionales servidoras y servidores se unen al como dice mi admirado Joan Moll, el poder de la sonrisa. Sonriamos, sirvamos y amemos.
Reflexionemos.
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