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Plato de bravas, una de las tapas (o aperitivo) más valorado por los españoles. ALFREDO AGUILAR

Aperitivo en Madrid, tapa en Valencia, la costumbre más patria

Picar algo antes de comer o cenar es una de las tradiciones que más gustan a los españoles, pero se hace de forma distinta junto al Mediterráneo. Analizamos las diferencias en el día mundial del aperitivo

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 00:43

En una sociedad en la que existen jornadas para enaltecer el orgullo zombie, la risa o la diversión en el trabajo no podía faltar la ... más patria: el Día Mundial del Aperitivo. ¿Hay algo más nacional que irse de cañas, de tapas, o como se llame en cada zona de España? Ni el fútbol se le acerca como plan de fin de semana. Donde se ponga una cerveza bien tirada, acompañada de unas bravas o unos calamares, que se retire todo lo demás.

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Pero esta costumbre tan arraigada no se materializa de la misma forma en toda la geografía española. Hay algunas ciudades, como Madrid, Logroño, Córdoba, Granada, Santiago... en las que se sale a tomar el aperitivo y se va de bar en bar. La gran protagonista es una enorme barra que recibe agradecida los codos de los clientes. Cervezas, copas de vino o vermús se suceden al mismo tiempo que las tapas. Los locales se convierten en lugares de peregrinación para degustar su plato especial. Y aquí el abanico se expande y da cabida a unos aperitivos que bien vale una visita. Bravas crujientes y melosas por dentro acompañadas de una sala casera y picante que dé sentido a su normbre, calamares con un suave rebozado, mejillones, oreja a la plancha, rabo de cerdo frito, setas cuando es temporada y un sinfín de recetas, cada una con su especialidad.

La barra del Maipi, una de las preferidas para tomar el aperitivo. JESÚS SIGNES

Sin embargo, en la Comunitat la costumbre es algo distinta. A los valencianos no les gusta tanto ir de barra en barra probando las especialidades. Aquí nos va más quedar en un bar y sentarse en una mesa. Nada de una cerveza con morro de cerdo aquí y un vino con zamburiñas en el local que está enfrente. En Valencia se queda a tomar el aperitivo y se fija una hora y un bar. Normalmente se suelen reunir un par de horas antes de comer, y la tradicional 'picaeta' muchas veces se eterniza y se mimetiza con la comida. Ya en la mesa, y sabiendo que de ahí no se van a mover, comienza la sucesión de platos, donde, eso sí, abunda mucho la temporalidad. Si es la época, las tellinas y las clotxinas siempre tienen un hueco seguro. A partir de ahí, nadie tuerce el gesto ante un pepito de titaina, unas alcachofas a la plancha, una sepia sucia, unas croquetas en sus mil variedades, un all i pebre o una ración de caracoles 'avellanencs' con su salsa ligeramente picante en la que se va una barra de pan sin darte cuenta.

Hay tapas que, sin embargo, logran la unanimidad en las diferentes regiones de España, y si tuviéramos que elegir tres serían las bravas, las croquetas y los calamares, con todas sus variaciones dependiendo de la ciudad. Hay platos con variantes, como la tortilla de patatas, que en Madrid se come en un pincho como tapa y en Valencia se prefiere en el almuerzo. También hay diferencias respecto al precio, ya que en Andalucía es muy común que al pedir una cerveza la tapa sea gratis, una costumbre que no se ha generalizado.

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