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Fernando Sempere
Jueves, 19 de enero 2023, 20:32
Continúo con mi satisfactoria, sana y grata inquietud en la búsqueda de nuevos paraísos, recomendables tesoros, bares y restaurantes que nos impresionen y nos llenen de emoción gastronómica, y del gran placer de saborear y degustar ideales y tremendos platos y bocadillos repletos de buen hacer, tradición y brutal cariño, muchos divinamente simples, y otros más complejos y elaborados con excelentes viandas orquestadamente bien maridadas y equilibradas. Hoy viajo hasta nuestra bella capital Valencia, y me acerco hasta el barrio de La Amistad para visitar uno de los mejores y más honestos locales gastronómicos de esta gran y soleada ciudad, voy a almorzar a Bar Marvi, junto al mercado ladrillado de Algirós. Podría decirse que el Marvi es un bar de barrio, y lo es. Pero cuidado, es muchísimo más, es ante todo tradición familiar, excelencia culinaria, fidelidad a clientes y exigencia en el producto. Según su actual gestor, Tino Fernández, electricista cuasi fracasado, uno de los mayores logros de Bar Marvi, es ver en sus mesas clientes que entraron allí hace algo mas de 32 años. Y tiene razón, su esencia es la honestidad y la tradición familiar, que hace que hoy allí también acudan muy asiduamente ambiciosos 'almorzadores' de todos los rincones de la Comunidad Valenciana, como son mis amigos Gloton's Club, o amantes insaciables culinarios e incontestables como Otilio Haro.
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Bar Marvi abrió sus puertas en septiembre de 1990. Lo inauguraron los padres de Tino Fernández, su padre José Manuel, un gallardo gallego, y su 'mamma' Letizia, una bella italiana, a los que Tino dio el relevo hará ahora unos nueve años. Hoy Tino cuenta con la ayuda inestimable de la sabia cocinera Lola, y su salamera camarera Ana, y también, y como freno a momentos impulsivos de Tino, con la sensatez y el sosegado criterio de su hermana Rosalía. Ocasionalmente, cuenta también con la ayuda de sus hijos Eva Isabel y Dani, y de los atentos Amanda y Jesús.
En Bar Marvi no hay florituras, ni esferificaciones, sino una muy cuidada tradición en cocina, con recetas ancestrales que provienen de incalculables secretos familiares, por eso sus paredes se encuentran repletas de reconocimientos e importantes premios. Son Cacau d'or de La Cultura del Almuerzo, Solete Repsol, primer premio en el Concurso Internacional de 'Steak Tartare' del Meat Carnival 2019, y alguno más.
Tino Fernández es un tipo valiente, atento, algo impulsivo, atrevido, muy exigente consigo mismo y con Bar Marvi. El buen hacer y el oficio se lo inculcaron sus queridos padres, es algo que ha mamado desde chico, y sobre todo es muy honesto, principalmente con lo que compra y con lo que ofrece. Sus proveedores son casi todos del barrio, del mercado, como Casa Toribio o Embutidos Xirivella. Posee un huerto propio en Ribarroja, donde cultiva pimientos, tomates y espléndidas berzas para guisar su excelente caldo gallego, que prepara todos los jueves. El buen pan que ofrece se elabora a diario en el Horno Resti de Valencia.
A Bar Marvi hay que ir, entrar y acercarse a su vitrina repleta de bandejas con revueltos y viandas de las buenas, de esas que te hacen rápidamente salivar, apoderándose de tu mente, estómago y del alma entera. Una vez te sientas, ya tienes en mesa unos cacaus y aceitunas, y aquí empieza todo. Prepárate para algunas de sus impresionantes tapas de picar. Sí o sí, hay que pedir como sigue: sus crujientes bravas, los jugosos buñuelos de bacalao, la oreja con su acertado toque de plancha (aquí Otilio tiene algo que ver), su magnífico pulpo a la gallega, y sus sabrosas croquetas de la semana (en mi caso, de sepia y gamba). De sus bocadillos, destacar el excepcional de 'Cochinillo', con pico de gallo y mahonesa de lima (solo prepara los sábados), el 'Trinchado de col', con blanquet, salsa tártara y piparras (tremendo bocata), el 'Butifarreta', con morcilla desmigadita de la casa Toribio, ajoaceite, encurtidos y huevo frito (simplemente brutal), o el 'Paquito', con cordero a baja temperatura, terminado crujiente, trinchado de col con ajetes, con reducción de sus jugos, ajoaceite y encurtidos (sin palabras, aquí ya tocas el cielo del almuerzo).
Excepcional cocina, producto seleccionado, combinaciones algo atrevidas pero equilibradas, sabrosas, y con mucho sentido y tradición. Bar Marvi es muy, mucho y altamente recomendable. Aquí todo es esencia y excelencia gallega, tapas, almuerzos y comidas. Les recomiendo y sugiero no dejar de acudir algún 'jueves de invierno' para disfrutar y alegrarse el día, degustando su excepcional guiso 'caldo gallego', con secreta receta familiar de ancestros y tatarabuelas, y que a Tino le revelaron tiempo atrás sus sabias y meigas tías. Y también para probar unos de los mejores 'Steak Tartar' de la ciudad, a la altura de otros pocos pero grandiosos restaurantes, elaborado con solomillo de vaca de primera calidad, cortada en dados a cuchillo, que se sirve macerada, con chalota, pepino encurtido, mezcla de mostazas, aceite de oliva, salsa perry, anchoas y un ingrediente muy secreto de toque suave pero picante.
Y ya para finalizar, hay que despedirse con uno de sus bien elaborados y premiados carajillos, hechos al instante por Tino, o por su hijo Dani, ambos participantes en el Concurso Internacional de Cremaets Xeraco 2022. Y este elixir, siempre bien acompañado de un buen final, sea, unos buenos chupitos gallegos de licor de orujo blanco o licor de hierbas brujas.
«Bar Marvi» se encuentra en calle Santos Justo y Pastor 14 de Valencia. Abre de lunes a miércoles de 9h00 a 17h00, y de jueves a sábado de 9h00 a 0h00. Cierra domingo. Teléfonos 963 618 556 y 610 909 486.
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