Bocadillos de platos de cuchara en un rincón de la Costera

A pesar de su ubicación y del poco tiempo que llevan abiertos, este establecimiento ya es conocido por sus almuerzos que, aseguran, distan mucho de los típicos de bar de pueblo, aunque sean un bar de pueblo. Y es que, según explican, buscan un establecimiento en una localidad tranquila, donde los clientes pudieran disfrutar del almuerzo, la comida o cena de manera plácida, huyendo del estrés de ciudades o localidades más grandes.

«El Mirador de la Costera es un local familiar, con una cocina cuidada y en un entorno privilegiado. Queríamos un lugar polivalente, donde se pudieran realizar actuaciones, donde pudiéramos cocinar a la brasa... y lo encontramos en Torrella», explica el gerente Richi Medina, de larga trayectoria y experiencia en el mundo de la restauración.

Los almuerzos están siendo una de las comidas que más atractivo están teniendo. Hay que indicar que el establecimiento abre de miércoles a domingo y que son los fines de semana cuando más actividad tienen. Cabe recordar que estamos hablando de un pequeño, de pocos habitantes, pero es un lugar de paso de senderistas y sobre todo ciclistas, por lo que en los almuerzos para estos deportistas tienen a sus principales clientes.

«Donde más tirada estamos teniendo es en los almuerzos y eso creemos que es por culpa del equipo de cocina. Nuestros almuerzos de vitrina dista mucho de los típicos de bar de pueblo, basado en platos de cuchara, preparados para hacer bocadillos con ellos», subraya Merino.

Así, podemos encontrar bocadillo de solomillo con salsa de queso o de cabeza de lomo guisada en su propio jugo, así como de diferentes platos caseros que se realizan cada semana, «para hacer del almuerzo la mejor parte del día», insiste. «Nuestros clientes aseguran que tenemos uno de los almuerzos más elaborados de la zona».

Platos de cuchara que elaboran con ingredientes «frescos y de calidad», además de sumar «el trato personal, la posibilidad de poder aparcar el vehículo sin problema y la tranquilidad de la población. Un plan perfecto para almorzar», señala.

El contar con productos de proximidad y kilómetro cero es algo que, asegura, «les preocupa y mucho». «Buscamos los mejores distribuidores de la zona, comprnado verduras y frutas a los tenedores de las localidades cercanas o las carnes a distribuidoras de la comarca. Algo que también realizados con el resto de locales de la marca. Estamos muy orgullosos de haber conseguido una cadena de suministros que ayudan a tener los productos más frescos posibles, que ayuda a los agricultores y ganaderos de la zona».

El gerente subraya además la gran labor del equipo de cocina. «Se esfuerzan mucho en realizar una cocina tradicional moderna, es decir, platos de todo tipo, con una clara base mediterránea, pero con un toque más contemporáneo. Sabores de toda la vida con cocciones actuales y una mezcla de productos tradicionales y modernos para conseguir los platos más atractivos posibles».

Y es que aunque los almuerzos son actualmente su principal baza, el Mirador de la Costera también elabora menús todos los días que están abiertos, unos menús que tampoco son los típicos de cualquier bar y que incluso se podrían calificar de «autor». Con ello pretenden, por una parte, acercar una cocina diferente a localidades más apartadas y menos acostumbradas a unos platos fuera de lo común, «pero siempre con una cocina tradicional y de mercado», puntualiza.

Por otra parte, «hacer el mismo camino pero a la inversa, es decir, que a la gente que le gusta la cocina diferente y de calidad de los pueblos y ciudades más concurridas conozcan l a tranquilidad que ofrecen lugares como Torrella».

Todo ello, insisten desde este establecimiento, apoyado con varias opciones para abarcar el mayor número de gustos posibles en cada menú y también a un precio asequible. Un ejemplo de menú, al precio de 13 euros de miércoles a viernes y 15 el fin de semana, es: un entrante a elegir entre  Babba ganoush con tostaditas; salteado de garbanzos, espárragos trigueros, setas y calamar o tataki de presa curada sobre crema de remolacha. De principal, a elegir, Carrilleras al Pedro Ximénez sobre crema de calabaza asada, dorada en salsa verde o tallarines con ajetes y gambas. Además de un postre casero. El sábado, el principal puede ser un arroz de «El Mirador».

«Realizamos una cocina para todo tipo de cliente, desde las peñas ciclistas que vienen a almorzar, la familia que viene a comerse arroz a la leña o el grupo de amigos que quiere cenar un entrecot cocinado en nuestro pozo exterior. Nos gusta pensar que cocinamos para todos», subrayan desde el Mirador de la Costera.