El chiringuito más sostenible e inclusivo se encuentra en Castellón

Su nombre ya da pistas y es que, según su gerente, Enrico Grossi, es un chiringuito hecho a imagen del festival que se celebra en Benicàssim. De hecho, suele acoger alguno de los escenarios, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de ver a los DJ que han actuado en días anteriores.

Pero su carácter diferenciador está también en su apuesta por la sostenibilidad. «Ya hemos conseguido alcanzar seis de los objetivos de la ODS y queremos llegar a 2026 a la totalidad», explica Grossi. Así, tienen muy en cuenta el tema de los residuos, con la correcta separación y la filosofía de «cero plásticos», para lo que han establecido un sistema de fianza de vaso.

También colaboran en la limpieza de la playa y el 95% de la energía que utilizan procede de placas fotovoltaicas. «Toda la zona de hamacas está iluminada con energía solar». Apuestan por los productos locales y también con un sistema de almacenaje para evitar «viajes innecesarios» y entregas diarias. «Podemos tener productos almacenados para una quincena o más», asegura Enrico, todo ello para dejar la menor huella de carbono posible.

Otro de los aspectos destacados de este chiringuito es su personal. El Solé Rototom apuesta por la inclusión y por eso, desde 2016, todos los años en la plantilla hay una persona con Síndrome de Down. Una plantilla de una treintena de personas, de las que, además, el 80% están en riesgo de exclusión por su dificultad para acceder a un puesto de trabajo. Y que también es mayoritariamente femenina.

A eso hay que sumar la apuesta por el deporte, a través del patrocinio de varios eventos que se celebran en Castellón como el Med Beach Tour de Voley Playa.

Todo ello, además, avalado con dos certificados: el Sicted y el Ictec, de Calidad Turística de Destino y Sostenibilidad Turística, respectivamente. Este último certificado, es el segundo chiringuito de toda España en tenerlo.

El Solé Rototom Reggae Beach abre todos los días de 10 de la mañana a 3 de la madrugada. El secreto de sus diez años de andadura, según cuenta Enrico, es que se ha ido adaptado a lo que su clientela les ha pedido.

Ahora, apuesta por un ambiente tranquilo y relajado. Además de la zona de terraza cuenta con otra de hamacas. «Nuestro chiringuito está más enfocado al tardeo que a la noche», subraya su gerente.

Con respecto a la comida que sirven, se basa en los orígenes de Enrico, la comida italiana, con las pizzas como plato estrella, «todas artesanales», pero también con otros platos típicos de la comida del país transalpino. A ello se suma una línea amplia de batidos y cócteles también elaborados de manera artesanal por el personal. «Hay una carta única. Si el cliente viene a las 10 de la mañana o a las 2 de la madrugada, encuentra el mismo producto», señala.

Enrico subraya el gran salto que se ha dado en las playas de Castellón en el tema empresarial y de chiringuitos, en una zona que, asegura, tiene un gran potencial de cara al futuro.