Las mejores terrazas de Juan Llorens

Este local ha conseguido hacerse un nombre tanto entre residentes de la ciudad como entre turistas, gracias a un plato: la tortilla. Pero no solo es una, sino que Francisco Martínez explica que en el bar elaboran hasta dieciocho tipos distintos de este plato. «Todos los días salen entre 30 o 35 tortillas», relata. Entre sus sabores está la tortilla de verdura, la de chorizo, la de beicon y queso o la más tradicional de esta cocina, la de patata y cebolla.

En su carta también cuentan con otras tapas, como albóndigas con tomate, magrito con tomate e higaditos de pollo con cebolla, recetas muy tradicionales que se están perdiendo en otros bares de tapas. «La gente viene y dice que no quedan sitios como este», declara. Y es que, en este local, desde la compra de los ingredientes a la preparación de los platos se hace como se hacía tradicionalmente: adquiriendo la carne y huevos en una carnicería local y elaborando ambos con recetas conocidas. Es esta forma de ser, invariable con los años, lo que los ha hecho únicos.

Además de negocios con tradición, el barrio de La Petxina también tiene locales con diferentes gastronomías, como La Cocinita. Este restaurante italiano sirve pizza, pero también ofrece toda clase de platos típicos del país, como carpacho, pasta fresca y fiambres italianos. «Nuestra masa la dejamos fermentar 48 horas», explica Valentina de Cicco, la propietaria del local.

Algunos de sus platos más demandados son los rollitos de berenjena sobre hummus de berenjena ahumada y el carpacho de ternera gallega. Explica que mantienen una carta con pocos platos, pero que van rotando cada seis meses, para usar siempre productos frescos, tanto italianos como españoles. También intentan usar, siempre que pueden, producto de proximidad. «Compramos verduras, carne y pescado en el Mercado Central, e importamos fiambre, queso y masa de Italia», afirma.

Otros platos caseros de los que disponen son sus postres, especialmente su tiramisú casero y sus tartas, elaboradas en el local. «Todos los platos los hacemos a mano», cuenta. Y aunque no cuenten con una carta extensa, señala que los vecinos de la zona, sus principales clientes, suelen acudir varias veces al restaurante a probarlo todo. «Funcionamos con el boca a boca, no tenemos tarjeta de visita», explica.

Para los amantes de la comida americana, en este barrio podrán encontrar La Piedra Angular. El nombre de este local, que alude a una frase de la película Pulp Fiction, anticipa la especialidad del restaurante: las hamburguesas. «El restaurante entero está basado en el universo Tarantino: tanto la decoración como los platos», explica Alberto Rossi, encargado de la hamburguesería.

Algo característico de La Piedra Angular es el tamaño de sus hamburguesas, ya sean de un piso o incluso de tres, plato que alcanza los seiscientos gramos de carne. Uno de sus platos es su hamburguesa de buey de trescientos gramos con aros de cebolla, beicon, doble de queso y salsa barbacoa mezclada con Jack Daniel's. No obstante, la más demandada es la hamburguesa 'Inglorious Bastards', una que lleva pimiento, cebolla caramelizada, hoja de roble, queso brie y chimichurri. «Aquí hay que venir con hambre», declara, riéndose.

En cuanto a postres, habla sobre uno que han introducido recientemente en la carta: los tequeños de Nutella. Estos son unos hojaldres fritos en los que meten trozos duros de la crema de chocolate, para que se funda. «Yo recomiendo a la gente que venga a comer, porque digerir seiscientos gramos de carne por la noche lo veo complicado», bromea. Tanto para comer como para cenar, el barrio de La Petxina ofrece opciones para todos los gustos y apetitos en un entorno fresco y relajado.