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Hay pocas costumbres más valencianas que un buen 'esmorzaret'. Forma parte de la cultura gastronómica de la Comunitat Valenciana y para muchos se trata de prácticamente un ritual con el que disfrutar junto a amigos y seres queridos. La variedad de bocadillos ha ido aumentando con el paso de los años, tanto que muchos bares crean novedosas elaboraciones para deleitar el paladar de los clientes. Hay ciertos establecimientos que cuentan con una especie de pedigrí; una identidad y una cultura del almuerzo muy marcada. Uno de ellos es Casa Baldo. Ha recibido el Premi Especial Amstel Cacau D'Or 2024.
Este premio busca poner a los locales y las personas con una trayectoria muy vinculada a esta tradición gastronómica propia, que se ha transformado en un signo de identidad. Casa Baldo ha sido elegido entre más de 200 locales que se han presentado a la cuarta convocatoria de Som Esmorzadors.
La receta del bocadillo ganador está compuesta por un pollo campero y una tortilla de sobrasada ibérica, que combina con queso brie y con una mayonesa elaborada a partir de la miel de azahar. El jurado, formado por Juanjo Rausell, presidente del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia; Nuria Sanz, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios de Restaurantes Federados; Paco Ahedo, responsable de Eventos de HEINEKEN España en Levante; y Paco Alonso, representante de la comunidad digital #LaCulturadelAlmuerzo, lo ha elegido entre todos los bocadillos mediante una cata a ciegas.
El bar abrió sus puertas en 1915 junto a la antigua Casa Balanzá. Por esa época, Don Baldomero Estellés, que ya llevaba algunos años trabajando allí, heredó el negocio de manos de un familiar. En principio era una tienda de ultramarinos que tenía su propio tostadero de café y vendía también especias, embutidos, cervezas artesanas, quesos y mantecas.
En 1928, el arquitecto Javier Goerlich proyectó el nuevo Edificio Balanzá y se derruyó el edificio que compartían Baldo y Balanzá. Fue entonces cuando Casa Baldomero se estableció en la calle Ribera 5, su ubicación actual. En 1958 el negocio cambió de rumbo, acomodándose a los gustos del momento, e instaló una cafetería en la esquina de enfrente que pasó a llamarse Casa Baldo.
Años más tarde cambiaría de dueños y se llamó Cervecería Baldo hasta 2021, pero había perdido ya parte de la esencia histórica del local. En 2022 el local se reinauguró bajo el nombre de Casa Baldo 1915 y manteniendo ese aroma añejo de los bares y terrazas de mediados del siglo XX.
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