Boniato rojo con pechuga pollo y garbanzos, una forma sabrosa de salirse de la rutina

El boniato o batata es una excelente alternativa saludable que queda muy bien para acompañar tanto a pescados como a carnes blancas o a otras verduras. El horno es un buen compañero de viaje y ofrece múltiples opciones para disfrutar de su sabor suave con propuestas que sorprendan y sean diferentes. Es lo que ha querido buscar la chef, estilista culinaria y escritora Bárbara Amorós que propone un boniato rojo con pechuga de pollo y garbanzos, una receta sana, impulsada por Clínicas Biomédicas Ascires.

Este boniato rojo con pechuga de pollo y garbanzos incluye una batata roja asada en el horno, pechuga pollo asada, garbanzos cocidos, queso crema, aceite de coco y cilantro, cúrcuma, semillas de sésamo y guindilla, al gusto.

Clínicas Biomédicas Ascires propone en esta ocasión una receta muy sencilla y que permite salirse de la rutina de una forma sana y equilibrada. Y lo es, en gran parte, gracias al boniato, un alimento rico en hidratos, proteínas, vitaminas antioxidantes –contiene vitaminas A, C, E– y minerales esenciales –es rico en minerales como el potasio, manganeso, fósforo, sodio, calcio, cobre y hierro–. De esta forma, ayuda a reducir el riesgo de infecciones, aporta energía y tiene un potente poder antioxidante gracias su alto contenido en flavonoides y betacarotenos, que ayudan a reducir el estrés y la formación de radicales libres. Además, es rico en ácido fólico –por lo que está recomendado para mujeres embarazadas o durante la lactancia–, y su contenido en vitamina C y hierro hace que sea ideal para personas con anemia o déficit de hierro.

La carne de pollo contiene vitaminas y minerales como, por ejemplo, vitamina A, zinc, tiamina, fósforo, calcio, hierro, sodio, potasio, magnesio y ácido fólico. Además, proporciona una buena cantidad de proteínas de alto valor biológico y es de fácil digestión. Por su parte, los garbanzos son una buena fuente de proteína vegetal de alta calidad biológica, buena biodisponibilidad y gran valor biológico. Destaca por su aporte de fibra, carbohidratos complejos, vitaminas –B6, B1, B2 y ácido fólico–, minerales esenciales –fosforo, magnesio y hierro–, y tiene un alto contenido en ácidos grasos insaturados, fundamentalmente Omega 9 y Omega 6. Todas estas propiedades ayudan a facilitar la digestión, regulan el tránsito intestinal, alivian el cansancio, previenen enfermedades cardiovasculares, y mejoran el control de peso y los niveles de glucosa en sangre.

El queso fresco batido es rico en calcio y proteínas. Además, tiene un alto poder de saciedad, ya que contiene caseína, que es de lenta asimilación.

Especias como el comino, el cilantro o la guindilla le dan sabor al plato pero también tienen propiedades que pueden resultar beneficiosas para el organismo. Por ejemplo, son estimulantes tanto del sistema nervioso como del sistema digestivo y hepático, por lo que ayudan con las digestiones y la secreción de los jugos gástricos. Además, son buenos carminativos y, aparte de contribuir al bienestar intestinal, también disminuyen la generación de gases y flatulencias en el tubo digestivo, previniendo así la aparición de cólicos y otros tipos de problemas asociados. Tienen propiedades sedantes, por lo que producen una sensación de calma, reduciendo el dolor físico y produciendo un estado de paz mental. Son diuréticos naturales que pueden ayudar a eliminar el exceso de líquidos en el organismo.

El sésamo es una semilla rica en ácidos grasos, proteínas, aminoácidos, antioxidantes, vitaminas –B, A, E y K– y alto contenido en minerales esenciales para el organismo –hierro, cobre, manganeso, magnesio, calcio, selenio, potasio, fosforo, zinc, silicio y boro–. Su contenido en calcio combinado con el fosforo ayuda a combatir la debilidad ósea, fortaleciendo los huesos y dientes. La lecitina que contiene el sésamo ayuda a regular el colesterol LDL, además de fortalecer el sistema nervioso y la memoria. Tiene otras propiedades como el retraso del envejecimiento, el fortalecimiento del sistema inmune, ayuda a la salud cardiovascular, favorece el funcionamiento del aparato digestivo y protege la flora intestinal.

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