Clara Alfonso
Valencia
Jueves, 5 de octubre 2023, 20:58
En lo más profundo del corazón de Valencia, en pleno Mercado Central, existe un rincón mágico que trasciende el simple acto de beber café: Retrogusto. Este espacio, fundado por la apasionada Martina Requena en 2015, es mucho más que una cafetería. Es un lugar donde ... el café se convierte en poesía, donde cada taza cuenta una historia única y donde la búsqueda de la perfección es una aventura en sí misma. Retrogusto es el reflejo de un viaje transformador, un lugar donde el café no es solo una bebida, sino una pasión que atrapa corazones y despierta sentidos.
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Detrás de cada taza se encuentra una historia que trasciende fronteras geográficas y abarca el mundo en busca de los granos más excepcionales. Martina Requena, la mente y el corazón detrás de Retrogusto, se adentró en este apasionante viaje tras un encuentro fortuito en Madrid. Un solo sorbo de café en un rincón de la capital española la cautivó de tal manera que desató una pasión imparable. Volvió al mismo lugar, buscando respuestas, y encontró una oportunidad de aprendizaje. Se sumergió en un curso que se convirtió en tres días de descubrimiento y, a partir de ese momento, su vida se entrelazó irremediablemente con el café de especialidad.
Su filosofía se basa en la creencia de que el café de calidad es un viaje sin fin. En Retrogusto, nunca encontrarás el mismo café durante todo el año, pero sí encontrarás café excepcional en cada taza. Para Requena, el hecho de trabajar con orígenes puros, sin mezclas... «es fundamental». En este contexto, la fundadora de Retrogusto explica que no solo se trata solo del país de origen, «sino de conocer la finca de donde provienen los granos, la altitud a la que se cultivaron, el año de cosecha, el proceso de preparación y el momento del tostado». La materia prima, en Retrogusto, es sagrada.
Saben a la perfección qué contiene cada paquete que compran a sus tostadores de confianza. Pueden ver, oler y sentir la diferencia en cada grano y cada taza. Los cafés se distinguen no solo por su procedencia, sino por su grado de tostado, sus aromas únicos y sus sabores diversos. Cada taza es una experiencia de descubrimiento.
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El café, un elixir que nos conecta con las historias de los cafetales, también es el resultado de una armonía delicada entre el grano y el agua. El agua, un componente esencial, debe ser tan pura como el café que complementa. En Retrogusto, no dejan nada al azar. Utilizan un filtro profesional para purificar el agua de sus máquinas de espresso, mientras que para los métodos de filtrado, exploran diversas aguas minerales para encontrar la que mejor realza las características de cada café. El sabor del agua es un componente fundamental que afecta directamente al resultado final de cada taza.
Sin embargo, el arte de preparar un café de autor no reside exclusivamente en el agua, sino también en la temperatura. En este sentido, Martina explica que, cada tipo de café, necesita una temperatura de preparación específica. En Retrogusto, se calibran cada día sus máquinas con precisión para resaltar las cualidades únicas de cada café. Desde el espresso hasta el café de filtro, cada método tiene su propio ritual y su propia danza de sabores.
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No estamos hablando de una simple bebida, sino de una pasión que se comparte con aquellos que entienden y valoran la dedicación que hay detrás de cada taza. Aquí, los clientes se convierten en exploradores del café, descubriendo nuevos aromas, sabores y experiencias en cada visita. Por eso no es de extrañar que entre su cartera destaquen personalidades de la talla de Bernd Knöller, Toshi, Alejandro Platero o Ricard Camarena.
En Retrogusto, la carta es una sinfonía de sabores y experiencias. Puedes disfrutar de un espresso intenso, un doble espresso para los amantes del café fuerte, un cortado para saborear la combinación perfecta de café y leche, o un latte cremoso que se desliza suavemente por el paladar. Si prefieres un clásico con un giro moderno, el cappuccino es una elección magnífica, o puedes optar por un flat white, una joya del café australiano que combina espresso y leche en una proporción perfecta. Para aquellos que buscan una experiencia más suave, el americano ofrece una taza ligeramente diluida pero llena de sabor.
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Los clientes que buscan vivir una experiencia más refrescante, deben dejarse sorprender por el espresso tonic y el cold brew. Por su parte, los amantes de los contrastes no se pueden perder el affogato, una propuesta que permite disfrutar de la indulgencia del helado bañado en espresso.
Para su preparación, disponen de varios tipos de filtros. Entre las opciones se encuentran el Aeropress y el Hemex V-60, dos métodos que permiten extraer lo mejor de los granos de café de especialidad que Retrogusto ofrece con tanto cuidado y pasión.
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El café descafeinado en Retrogusto es una joya para aquellos que buscan disfrutar del sabor sin los efectos estimulantes de la cafeína. Sin embargo, este lugar va más allá de lo convencional y ofrece un descafeinado que se aleja de los procesos químicos tradicionales. En lugar de someter los granos de café a sustancias químicas, optan por lo que se conoce como 'sugar cane process' o proceso de caña de azúcar. Este enfoque más natural implica el uso de acetato de etilo de caña de azúcar, un disolvente selectivo presente en la naturaleza.
El proceso comienza con la fermentación de la caña de azúcar para obtener este acetato de etilo. Luego, los granos de café se sumergen en cuatro ocasiones en una mezcla de agua y este acetato, que actúa como una esponja de cafeína, absorbiendo casi por completo el compuesto estimulante del café. Después de este proceso, el café se somete a un secado cuidadoso hasta alcanzar un nivel de humedad del 12,5%, preservando así su calidad y sabor. Además, se le aplica una capa de cera orgánica para protegerlo y garantizar que mantenga su frescura y rendimiento a lo largo del tiempo. Así lo explican desde Nomad Coffee, uno de sus principales proveedores.
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Tal y como desvela Martina, Right Side Coffee, Bonanza, Five Elephant Roaster, Deep Coffee Roasters, Hola Coffee o The Barn, son otros de sus tostadores estrella. Y es que en Retrogusto el café no es solo «una taza de café» , es una historia que se despliega ante ti con cada sorbo. Cada taza es un poema, cada sorbo es una nota en una sinfonía de sabores y cada visita es un viaje de descubrimiento.
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