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N. Ortega / Europa Press
Valencia
Domingo, 30 de abril 2023, 00:22
Es temporada de clóchina, uno de los manjares valencianos que cada año se asoman a la mesa cuando llega el mes de mayo. La producción de clóchina valenciana, que estará en unos días en los mercados, pescaderías y grandes superficies a disposición de los consumidores, aumentará en un 5% durante esta temporada superando las 1.200 toneladas, según ha informado la agrupación de clochineros, que han explicado las propiedades de este molusco y en qué se diferencia del mejillón de Galicia o del de Tarragona, al tiempo que han alertado sobre el peligro de algunas etiquetas que incitan al error, la confusión o, directamente, el engaño.
La agrupación de clochineros recuerda que, para saber que se trata realmente de clóchina, en la compra hay que fijarse en el distintivo exclusivo de su marca de calidad de la Comunitat Valenciana, ya que en ocasiones llegan a los mercados clóchinas de otras procedencias que «se disfrazan con etiquetas muy llamativas con 'senyeras' valencianas y logotipos que llevan al engaño del consumidor«.
La singularidad de este bivalvo valenciano, rico en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3, con respecto al de otras partes del Mediterráneo o a su primo hermano el mejillón, reside en la salinidad de las aguas donde crece y a su estacionalidad, ya que en Valencia llega ahora a finales de abril el tiempo de su sazón.
Hay que tener en cuenta también, para su diferenciación, el estudio que realizó el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, situando el molusco valenciano por encima del mejillón del Delta del Ebro y de Galicia en «aroma, sabor y jugosidad». Así, la clóchina también se diferencia del mejillón por su menor tamaño, una tonalidad más suave y por un sabor más intenso, según las mismas fuentes.
Al respecto, destacan que la situación de la hostelería de la Comunitat Valenciana va a suponer «un impulso en el arranque de la temporada, un canal de distribución habitual para este bivalvo valenciano de calidad».
La clóchina es un cultivo, algo así como plantar semillas, cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección en los últimos días de abril, siempre atentos al calendario lunar, en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto.
El origen de esta actividad en tierras valencianas se remonta al siglo XIX, cuando en el puerto de Valencia se instalan las bateas clochineras, auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina. Los puertos de Valencia y Sagunto son los lugares donde se desarrollan sus actividades y entre los dos suman poco más de una veintena de bateas.
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