Valencia y sus 35 variedades de garrofón
Un estudio pone en valor esta leguminosa protagonista en la paella valenciana
El estudio Las 35 variedades de Garrofó de la Comunidad Valenciana fue presentado en Alcácer y posteriormente en L'Horteta de Greta de Corbera. El evento contó con la elaboración de una paella evolutiva, realizada por Pepe Fortea, de Territorio Paella, con productos ecológicos y la presencia del garrofó como ingrediente principal.
La revolución agrícola trajo muchas ventajas en la producción, pero en muchas ocasiones también condujo a la sustitución de variedades tradicionales por otras más adaptables a las condicionas locales o más modernas altamente productivas y resistentes a las enfermedades. Lo que ha conducido a una pérdida de superficie, por la competencia del garrofón foráneo. A pesar de las ventajas de las nuevas variedades, muchos consumidores están reclamando la recuperación de las variedades tradicionales, que se asocien a la cultura local y se consideran organolépticamente mejores. Además, se ha demostrado que con un buen manejo técnico de las variedades locales de ciertos cultivos pueden ser competitivas y también pueden contribuir a una agricultura más sostenible. Su cultivo tiene un ciclo largo, de abril a noviembre, y es de distribución litoral porque necesita calor, pero también exigente en agua; es una planta trepadora que requiere de una estructura de barraca firme y sufre los riesgos del clima estival.
Retroceso del garrofón autóctono
El garrofón valenciano es una joya cada vez más escasa, ya que ha perdido el 75% de la superficie de cultivo en los últimos años por la competencia de terceros países. Aunque esta es una leguminosa bastante desconocida fuera de la Comunitat Valenciana, es muy apreciada por los valencianos, gracias a su vínculo con la paella. Su cultivo en la región permite que este se pueda adquirir en fresco durante su temporada o deshidratado a largo largo del año. Las diferentes variedades tradicionales son una parte primordial del patrimonio del pueblo valenciano. Durante años los labradores han ido seleccionando de forma excepcionalmente eficiente variedades adaptarles a las condiciones de cultivo de la tierra, con excelentes propiedades organolépticas, características físicas que se pueden percibir con los distintos sentidos, como el sabor, el olor, la textura y el color. Eso ha llevado como consecuencia a la generación de un gran número de variedades tradicionales valencianas, muchas de las cuales ya no se cultivan o lo hacen de forma marginal. Afortunadamente, muchas de estas variedades son conservadas en bancos de germoplasma y en esto viene colaborando el Institut Universitari de Conservació i Millora de l'Agrodiversitat Valenciana (UPV). El profesor Salvador Soler Aleixandre ha liderado en estos años los estudios, clasificación y preservación de las variedades de garrofón valenciano, así, se han podido presentar 35 variedades cultivadas de forma experimental en Alcácer. Según las palabras de Salvador, “Es fundamental caracterizar el garrofón valenciano para ver la diferencia con el foráneo”.
En los análisis previos se detecta que a nivel morfológico el garrofón valenciano tiene manchas en la semilla, aparte de diferentes morfologías como el color de la flor y estructura de la planta. Es muy importante por tanto conocer las variedades que plantan los agricultores valencianos que en estos momentos pueden ser tres las más conocidas, el 'pintat', el de la 'cella negra' i el d'ull de perdiu', pero que existen muchas más. Si se consigue tipificar bien las variedades el consumidor podrá diferenciar de forma clara el producto valenciano. Es por ello que el garrofón valenciano sí que puede competir en calidad, como defiende David Bosch, presidente de la Asociación de productores de Garrofó VLC. y Labrador en Horteta de Greta.: “El clima, la tierra y las semillas que tenemos aquí no tienen punto de comparación, el garrofón valenciano tiene más sabor, hay una diferencia en el paladar, pero no solo eso, muchos cocineros dicen que es un espesante que mejora el sabor de los platos a cocinar”. Poner en valor el garrofón y dar a conocer el trabajo que conlleva como cultivo ecológico es uno de los objetivos de la Associació de Productors del Garrofó Valencià . En poco tiempo se pretende conseguir una marca C.V. para posteriormente pasar a la denominación de origen.
Regina Monsalve Mayáns, presidenta del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC) y tesorera de la Associació de Productors del Garrofó Valencià defiende que se está trabajando con la Estación Experimental Agraria de Carcaixent, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Universitat Politècnica de València (UPV) en estudios para mejorar la productividad del cultivo, para poner en valor sus cualidades organolépticas y para que el consumidor lo aprecie. Según Regina, “deberíamos de ser capaces de diferenciar el garrofón de la alubia de Lima blanca, que es la que se está imponiendo en el mercado”. Siendo de interés conocer que el garrofón valenciano tiene más almidón y como diría un cocinero de paellas no “esclata” a la hora de hervir.
Participó y coordinó el evento José Cuñat, estudioso de la paella, presidente del colectivo Locos por la Paella y precursor de la web valenciagastronomica, gran defensor de la variedad tradicional valenciana del garrofón dentro de la cultura de la paella y de los productos del agro valenciano.
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