La cervecera valenciana Tyris viene elaborando una cerveveza de calabaza, al estilo norteamericano, llamada Pimpam Pumkin. Esta es una cerveza de otoño,en concreto posee 6,4º de alcohol, y lleva un 2,5% de calabaza asada en su composición, que complementa con especias para su bouquet final: jengibre, clavo, canela, nuez moscada y pimienta. El resultado tras el proceso de elaboración es una cerveza artesana de estilo ale, es decir, de alta fermentación, dulce, cremosa y de cuerpo medio. El lúpulo complementa el perfil especiado con aroma afrutado, ideal para maridarla con carnes rojas, bizcochos y quesos.
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La agroalimentaria Vicente Peris, colabora desde el 2018, en la elaboración de esta cerveza. La calabaza que Peris aporta a Tyris es un producto de temporada que se cultiva en la Huerta de Valencia. Que sea de variedad tradicional significa que cuenta con excelentes características organolépticas, que se dejan notar en la coloración de la pulpa, aromas, sabor, dulzor y textura.
“La peculiaridad de esta receta en particular es que la calabaza está asada, lo que le aporta un matiz diferente y especial respecto a otras cervezas que puedan incluir este ingrediente. Por ello, queríamos contar con la mejor calabaza del mercado y que fuese de proximidad, y tras varias catas elegimos como proveedores a Vicente Peris”, afirma Adrián Serrano, maestro cervecero de Cerveza Tyris.
Peris selecciona, procesa y aporta la calabaza ya asada, puesto que cuenta con una línea de asados dentro de su división de V gama. Las piezas seleccionadas se asan durante más de dos horas a baja temperatura en hornos de última generación, que proporcionan un asado uniforme. En su preparación no se incorpora ningún aditivo que endulce o potencie el sabor. Es un producto 100% natural cuyo único proceso es la producción, la selección, el lavado, cortado y horneado, algo que también resultó determinante para Tyris, ya que buscaban el sabor más puro de la calabaza como uno de los ingredientes diferenciadores de su ‘Pimpam Pumpkin’.
El método de asado de Peris logra obtener una caramelización de los azúcares propios de la calabaza, y cuando se saca del horno está en su punto óptimo. Tras el asado, las piezas se enfrían rápidamente hasta alcanzar una temperatura de 3ºC, que se mantiene hasta su distribución en vehículos refrigerados, para evitar que se altere la cadena de frío. “Que empresas como Tyris, que valoran el producto de calidad, natural y de proximidad, nos elijan como proveedores para elaborar su productos es muy satisfactorio. Nos encanta generar sinergias y, de alguna manera, nos da la medida del elevado nivel de trabajo y exigencia que ponemos en Peris en la selección y procesado de las frutas y verduras que comercializamos”, comenta Alberto Montaña, director general de Vicente Peris, S.A.
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El origen norteamericano de las ‘pumkin ale’
Lejos de ser un invento moderno de la escena de la cerveza artesanal, las cervezas de calabaza tienen una larga historia en los Estados Unidos. Este fruto es oriundo de tierras americanas y forma parte del elenco de hortalizas con las que los hijos del Mayflower saciaron sus apetitos y hambres durante las primeras décadas de su particular colonización americana. Junto al pavo, la calabaza forma parte de su tradición culinaria. Nombraremos al erudito y quasi padre de la patria norteamericana Samuel Stearns, que ya puso en negro sobre blanco en su obra ‘The American herbal’ (1801) la recomendación del consumo de cerveza hecha con calabaza por sus propiedades salutíferas. Esto como colofón de la importancia de su tradición cervecera, pero la razón principal por la que la calabaza se adoptó como ingrediente de la cerveza durante el período colonial temprano fue la simple disponibilidad: las calabazas. Esta era una planta nativa que, bien madura y tras asarla, acumulaba extraordinarios azúcares perfectos para la fermentación; de hecho, la pulpa de la calabaza llegó a tomar el lugar de la cebada malteada por completo. La cerveza de calabaza continuó siendo un alimento básico durante todo el siglo XVIII, pero su popularidad comenzó a disminuir a principios del siglo XIX a medida que la calabaza comenzó a verse como algo pintoresco y rústico sustituyéndose por la cebada. Las cervezas de calabaza revivieron gracias a la Buffalo Bill´s Brewery, que ha estado haciendo su cerveza de calabaza original de Estados Unidos desde fines de la década de 1980, utilizando una de las recetas de George Washington como inspiración. En España tenemos hoy por hoy la receta que pone a nuestra disposición Tyris y que desde ayer está disponible en tiendas especializadas, en su bar de Valencia y por supuesto en su fábrica de Paterna. No se la pierdan, puro placer cervecero.
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