Dani García, el chef malagueño que logró las tres Estrellas Michelin, para luego descender del firmamento y apostar por diversos negocios de restauración, extiende su imperio hasta Valencia. En los próximos meses, su nombre brillará en un lugar emblemático de la ciudad, los ... clásicos Cines Aragón, con cuya reconversión en restaurante se lleva especulando desde 2019, dos años después de que las salas se clausuraran definitivamente. La llamativa cubierta de la fachada sugiere un futuro inmediato, junto a la empresa valenciana Empieza el Baile, que se encargará de la gestión del día a día, mientras que Grupo Dani García ejerce la consultoría de la oferta gastronómica y da soporte en todo lo relativo al proyecto restaurador.
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«Queremos que este proyecto suponga un paso más en la ciudad y que lo disfruten todos los valencianos», es el primer comentario de Salim Bravo y Álex Valmaña, los socios propietarios. Vienen a generar una marca nueva, cuyo nombre todavía no quieren revelar, diferente a las que García atesora en otras ciudades. «Tenemos ilusión y expectativa de que, a futuro, la alianza ofrezca un proyecto de expansión global y Valencia sea la semilla donde empezó todo», afirman, apuntando hacia el territorio nacional. Pero de momento, empezarán por levantar un espacio de 1500 m2, con capacidad para 300 comensales y doble acceso desde Avenida de Aragón y Avenida del Puerto. «No confiamos en llenarlo desde el primer día, porque las aperturas siempre son complicadas. Lo importante es que el cliente tenga una gran experiencia, mientras el equipo se va sintiendo cada vez más seguro», admiten.
Lo dicho: no hablamos de una firma ya conocida dentro del universo Grupo Dani García, pero sí de hits culinarios que seguirán la trayectoria del chef marbellí, recordando por momentos a Leña o a Bibo. Comida de diferentes orígenes, ya sean clásicos españoles o italianos, con protagonismo de la coctelería, a cuenta de un bar tender de origen valenciano. Como sugieren otras firmas de la misma empresa (Living Bakkali, en los próximos días Noble), el espacio se caracterizará por los contrastes y la división en varios microclimas. El ticket medio rondará los 35-50 euros, «aunque cada cual puede llegar a donde quiera», aseguran los dueños.
Los valencianos seguían con interés el destino de un espacio con tantas vidas. Los Multicines Aragón abrieron el 23 de diciembre de 1989, cerraron pocos días después por un problema burocrático, y reabrieron en enero de 1990 hasta octubre de 2006. Cinemista los recuperó como Aragó Cinema en noviembre de 2015, pero su nueva vida solamente duró dos años, hasta que en 2017 se clausuraron definitivamente. Desde 2019, se venía especulando con una reconversión integral y, tras varios giros empresariales, será la sociedad Empieza el Baile la que gestione su destino, desde un enfoque altamente respetuoso con el pasado. «Los cines fueron un icono para esta ciudad y su sello permanecerá siempre. La mejor forma de honrarles es lograr que este proyecto, al cabo de los años, pueda recordarse de forma similar», aseguran.
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Como cabe suponer, el interiorismo ha supuesto un desafío, que se ha encargado de afrontar Pablo Peyra, de quien los propietarios destacan «su visión para fusionar materiales de lujo, nobles, y tapizados, así como para disponer la iluminación y la distribución del local». No ha constituido una obra sencilla, ni por supuesto rápida. «Arrancó hace casi cinco años, a finales de 2019. Aún recordamos cuando entramos por primera vez a los Cines Aragón y cómo se extrañó la agente inmobiliaria cuando, en apenas 30 segundos, le dijimos que no hacia falta más, que nos quedábamos el espacio y que lo teníamos claro», relatan. Desde entonces, numerosos nombres se han sumado al proyecto, hasta configurar un equipo liderado por Valmaña y Bravo, que insisten en elogiar «el compañerismo, la ilusión y la constancia».
Si nos remontamos al principio, los socios de Empieza El Baile entraron en contacto con Grupo Dani García de una manera muy peculiar. «No habíamos mantenido una conversación previa, ni siquiera a través de algún conocido, pero le hicimos llegar la presentación del proyecto de una forma muy original. Concretamente, le enviamos una caja con el diseño, a puerta fría, y a los 20 minutos se pusieron en contacto con nosotros. Aún recordamos su primera frase: ¿Quiénes sois? ¿Estáis locos? ¿Cómo se os ha ocurrido presentarlo de esta forma?», cuentan. Así que viajaron hasta Marbella para explicarle el concepto final en persona, y luego empezaron a trabajar en la creación de una marca conjunta. «Es posible que nuestra energía y motivación tuvieran mucho que ver en la decisión y la colaboración fue a más», precisan. No será la primera vez, sin embargo, que los valencianos accedan a la comida de Grupo Dani García. Cabe recordar que, en 2021, su empresa también presentó en Valencia un concepto delivery, La Gran Familia Mediterránea, donde se fundían las recetas asiáticas, españolas o italianas. Pero ahora no estamos hablando de cocina a domicilio, sino de un territorio físico. Se sumará a otras reconocidas marcas del chef, repartidas por todo el mundo, como son BIBO, Lobito de Mar, Leña, Dani Brasserie, Alelí, Casa Dani, Tragabuches, La Chambre Bleue, El Pollo Verde, El Coleccionista o La Cabane. Su restaurante más gastronómico es Smoked Room, en Madrid, con dos Estrellas Michelin, lo que le permite abarcar todos los espectros restauradores.
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La historia de Dani como cocinero ha estado en continua reescritura. Es famoso por haber tomado decisiones drásticas, como renunciar, tan solo tres semanas después de haber sido galardonado, a las tres estrellas Michelin. En 2019, el chef anunciaba al mundo que cerraba su restaurante homónimo, en Marbella, para centrarse en un nuevo y aún más ambicioso sueño. Algo que quiso llamar «la casualización a nivel global de la gastronomía española» y que, si lo traducimos, implicaba diversificar su marca en más conceptos, no estrictamente de alta cocina. Tal y como declara en su web: «Mi sueño es estar un domingo paseando por Marbella sabiendo que medio mundo está comiendo mi gazpacho de cereza o mi brioche de rabo de toro». El viaje de democratización le ha llevado de Marbella a Madrid, Barcelona o Dubai, pasando por Nueva York, y ahora también, con aterrizaje en el corazón de Valencia.
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