Embajadores de historias líquidas

Siempre dije que los sumilleres éramos embajadores del diálogo entre las personas y la naturaleza, embajadores de historias líquidas. Los vinos son más que una historia, los grandes vinos (y no hablo de precio) tienen un vocabulario más allá del placer líquido, reúnen ese alma capaz de darnos a partir de una simple gota todo un elenco de cultura, de tradición, gentes, de territorios…

La próxima semana un grupo de estos embajadores se reunirán en Madrid en torno a este mundo: en MF The Wine Edition (la cita que Madrid Fusión dedica al vino), cada uno desde su posición de embajador dará a conocer su opinión sobre distintos temas relacionados con este universo. Yo seré uno de ellos, y a partir de este diálogo y desde esta ventana que se abre al mundo gastronómico daré mi visión sobre nuestro Mediterráneo. Sobre el resurgir de esa cultura latente y ligada a nuestra arquitectura agrícola. De esa nueva oleada de jóvenes viñadores que junto a la historia viva de nuestro pasado muestran el resurgir del vino, los distintos 'terroirs' que fueron y vuelven a ser patrimonio vinícola de una zona olvidada y que fue el flujo cultural de una época no tan alejada.

Desde este micrófono que se nos cede por unos días debemos dar a conocer esa revolución silenciosa en busca de nuestra memoria con el redescubrir de variedades olvidadas, de viñas arrancadas del pasado y puestas en el futuro. De esos paisajes embotellados con técnicas de otros tiempos y que resurgen de la tradición. Hablaremos del sentir de esas gentes que luchan por mantener un entorno agrícola por encima del abandono rural y la llegada de la industria del sol a sus territorios. Y sobre todo lo que haremos, será hacer lo que más nos gusta, hablar de vinos.

Y cuando esto termine, ya desde Denia, desde ese escenario que es mi restaurante seguiré siendo ese embajador del Mediterráneo, dedicado a su pasión.