La empresa que trae a Valencia granos de café de todo el mundo
Delicoffee, un proyecto que contribuye a divulgar la excelencia en el consumo de un producto que vive un momento de esplendor
Dichosos de aquellos que todavía pueden pedir un café en cualquier bar, ajenos a las bondades del café de especialidad. Es una fiebre, sí. Una ... fiebre incurable, de la que Valencia tampoco se ha librado. El número de cafeterías de especialidad crece mes a mes y la ciudad ya está inundada de pequeños locales con olor a paraíso, vasos para llevar y córners para beber agua. «La escena en Valencia es vibrante, está en auge», comentan Verónica y Miranda Ciarfuglia, dueñas de Delicoffee, una empresa que se encarga de vender granos de café verde, es decir, sin tostar. Han implantando desde Valencia un sistema muy poco común dentro del sector: vender pequeñas cantidades a tostadores pequeños. «Para un pequeño tostador comprar grano en verde supone una gran inversión, porque las cantidades mínimas que se exigen suelen ser demasiado altas», comentan las hermanas.
Ambas conocen el sector como la palma de su mano. Nacieron en Italia, su madre es mexicana y estuvieron viviendo una temporada en Londres y otra en México. Sus padres vivían en Valencia y fue Miranda primero, la que empezó a trabajar junto a su padre vendiendo café comercial. Se fue adentrando en la industria, hasta que se sacó el certificado de catadora y empezó a aprender por su cuenta sobre esta otra rama del sector. «El café comercial tiene otro lenguaje», comenta Miranda. Más tarde fue Veronica quien se incorporó a trabajar con ella.
«Mucha gente toma café todos los días pero, no tiene ni idea del camino que ha hecho para llegar hasta la taza», dice Verónica. Desde Delicoffee seleccionan los granos, buscando un nivel de calidad concreto o un origen distinto. También discriminan buscando historias o proyectos que les entusiasmen, o importadores de orígenes específicos que ayuden a mejorar a los productores. «Café con valor consciente», como ellas mismas lo denominan. Después descartan los que no cumplen con sus requisitos y se quedan con aquellos que pueden ser interesantes para sus compradores, pequeños tostadores. «Tenemos un laboratorio en el que tostamos todas las muestras y hacemos catas a ciegas para poder ser lo más objetivas posibles», comentan. Entre sus orígenes puedes encontrar granos de China, de Indonesia, Tailandia, Yemen, Brasil…
«El café está atravesando un momento muy peculiar, están cambiando muchas cosas. Antes era un mercado de demanda y ahora son los productores los que están poniendo sus precios y decidiendo cómo quieren cobrar», comentan las expertas en café. «No es un producto lineal, hay muchos factores que influyen en el precio», como por ejemplo la variedad del grano, el método de procesamiento, el transporte, los aranceles, el tipo de cambio… El precio varía constantemente, pero una de sus labores es estar conectados con el mercado de Londres y Nueva York para poder ofrecer el precio más justo a sus clientes.
Qué es el café de especialidad
¿Qué es el café de especialidad? Podemos reconocer el café de especialidad como aquel que se cultiva, procesa y tuesta con especial cuidado, prestando atención a cada etapa de la cadena. Según los criterios de la Specialty Coffee Association (SCA), para ser considerado como tal debe obtener más de 80 puntos sobre 100 en una cata profesional, estar prácticamente libre de defectos y contar con un origen claro, con información detallada sobre la finca, la variedad y el método de procesamiento. Dista bastante del café comercial, no solo en el sabor, que suele ser más complejo y definido, sino también en las relaciones más justas y directas con los productores.
Hace algunas semanas, las hermanas Ciarfuglia celebraban la segunda edición de 'Valencia is coffee', un festival que rinde culto al café de especialidad, y que organizan junto a la revista nicho, Solo. Durante tres días, baristas, tostadores y gente del sector se reunieron en Valencia para conocer las historias que giran en torno a este líquido.
«Este año trajimos mucha gente de todo el mundo. Queremos fomentar la cultura y la educación del café, crear comunidad, que el trato sea personalizado, que los tostadores puedan hablar de manera cercana con gente del sector y compartir ideas», cuentan. «El café mueve el mundo, es como una telaraña que se extiende por todo el globo».
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