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Para alguien que no es valenciano, o que no ha vivido en la Comunitat, es muy complicado entender el concepto de 'esmorzar'. Algunos lo confunde con el desayuno, otros con el aperitivo y hay quienes incluso piensas que se trata de la principal comida del día. Esto último quizás se deba a las dimensiones de algunos de los bocatas que forman parte de la tradición valenciana que ya forma parte de la historia de los Récord Guinness, después de que más de 300 personas hayan participado de forma simultánea en el almuerzo más multitudinario de la historia.
En concreto, 327 comensales han participado en el evento que se canceló en marzo debido a la tragedia del incendio de Campanar. Este sábado se ha podido celebrar en los Jardines de Viveros, y finalmente han sido 306 participantes los que han contabilizado de manera oficial para conseguir el reconocimiento, según Richard Stenning, adjudicador oficial de récords de la organización internacional.
Desde primera hora de la mañana, los fogones de siete de los restaurantes más populares de la ciudad han comenzado a producir bocadillos sin detenimiento. Los almorzadores más madrugadores han comenzado a llegar minutos antes de las 09:30, hora prevista en un principio para el inicio del acontecimiento. Los miembros de la organización se encargaban de distribuir a los participantes del intento de récord en las mesas ubicadas en una zona acotada del recinto, bajo la atenta mirada del trajeado juez llegado desde Inglaterra para dar su aprobación al reto.
Sobre el escenario del Casal Viveros Mahou, los humoristas e influencers valencianos Jajajers trataban de apaciguar el hambre de los más tempraneros con sus chistes y ocurrencias. La gastronomía valenciana era la gran protagonista y ellos no dudaban a la hora de situarla a la altura que se merece. El olor de los bocadillos recién hechos no favorecía a la espera, pero uno de los requisitos para obtener el GUINNESS WORLD RECORDS® de almuerzo colectivo era que todos los participantes arrancasen al mismo tiempo. Aunque el manjar pedía ser devorado, había que resistir.
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Una vez cerrada la participación, y cuando los 327 participantes ya habían tomado asiento, arrancó la cuenta atrás y un chupito de cassalla (también existía la opción de zumo de naranja para los menores de edad) marcó el inicio del reto. Un grupo de amigos llegados a propósito desde Castellón para el evento brindaba por la amistad y empezaba a degustar el esmorzaret. En su mesa, todo tipo de bocatas. Desde las albóndigas de vaca vieja con patatas paja, elaboradas por el Bar Mistela; hasta «la primera hamburguesa que se almuerza», gracias a una colaboración entre el Bar Cassalla y la hamburguesería Hundred; pasando por el tradicional 'El Joselillo' del bar La Mesedora.
Pablo Margós, chef ejecutivo del grupo Gastro Trinquet, preparaba bocatas a destajo. Los cálculos del propio Margós estimaban sacar unos 600 almuerzos a lo largo de toda la jornada. Cifras similares manejaban los encargados del Nuevo Oslo, así como los representantes de La Mar de Flaca, con su bocadillo de figatells, pimientos confitados, salsa Viciano y berenjena rebozada.
El ambiente era variado: familias, jóvenes, mayores, influencers gastronómicos y hasta representación política. La delegada de Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, ha formado parte de la comitiva que ha participado en la consecución de un Récord Guinness que nunca antes se había intentado, pero que sí contaba con unos requisitos mínimos establecidos por la organización. Un número mínimo de comensales, un tiempo limitado, una zona acotada y algunas normas adicionales como no poder levantarse de la mesa hasta que el 'esmorzaret' hubiera concluido. Esas eran las normas que los almorzadores valencianos debían cumplir si querían entrar en la lista de récords.
De hecho, el incumplimiento de esta última norma restaba comensales de las cifras definitivas. Richard Stenning descontó un total de 21 participantes por interrumpir su almuerzo. No obstante, el adjudicador del récord ha quedado maravillado con el evento. «Es fantástico. Siempre se habla del desayuno inglés por su tamaño, pero esta comida puede ser incluso más grande. Estoy deseoso por probarlo», afirmaba el portavoz de GUINNESS WORLD RECORDS® tras la confirmación del hito conseguido en Valencia.
Más allá del récord, el evento ha reunido a más de medio millar de comensales almorzando de forma simultánea. El buen tiempo se ha convertido en el mejor aliado de Mahou y Grupo Comboi, organizadores de la cita, ya que tras el almuerzo la actividad no se ha detenido en el Casal Vivero Mahou, que permanecerá abierto todo el fin de semana, ofreciendo experiencias gastronómicas y cerveceras, así como música en directo con artistas como Veintiuno, Pol 3.14, y los locales Badlands y Santero y los Muchachos.
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