Saúl Ñíguez nunca olvidará el nombre de Papadopoulos porque un 25 de febrero de 2015 le dio un rodillazo que le provocó un traumatismo renal. ... Saúl era entonces un canterano del Atlético de Madrid que se enfrentaba al Leverkusen en un partido de la Champions y tenía tanta ilusión por aquellos inicios que quiso mantenerse al campo. Tuvo que salirse con mareos y vómitos, el traumatismo le obligó a jugar con un catéter durante dos años y le cambió la vida. De esta experiencia nació una capacidad de superación fuera de toda duda. En el camino, algunos cambios, por ejemplo, en la alimentación. En una entrevista en 2020 confesaba que desde 2018 seguía una dieta ovovegetariana, donde el único producto de origen animal que se permitía eran los huevos. Recibió críticas, pero él siempre defendió que un nutricionista le ayudaba con su alimentación y que le permitió a ser el deportista de élite que es actualmente, todavía en activo con el Atlético de Madrid.
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Pues bien, el nutricionista que estuvo a su lado contra viento y marea fue Johnny Ondina. «Con el paso del tiempo nació una bonita amistad entre los dos, porque tenemos puntos de vista muy parecidos en cuanto a hábitos de salud», explicaba a LAS PROVINCIAS Johnny, que conoció a su vez hace unos cinco años a Juan Llorca, chef del colegio Montessori de Valencia y una de las personas que más se ha implicado en la introducción de la alimentación saludable en la población infantil.
Juan Llorca también tiene una historia que comenzó con problemas de salud, y que le obligaron a cambiar radicalmente su alimentación. Su vida cambió cuando comenzó a cocinar para el Valencia Montessori School una dieta basada en vegetales que nadie entendía, los niños rechazaban, las familias se quejaban... Unos años después, es un chef reconocido que asesora a supermercados, escribe libros que son superventas, llena auditorios y tiene medio millón de seguidores en Instagram.
Juan y Saúl se conocieron a través de las redes sociales, donde los dos se mueven a la perfección y, junto con Johnny, el cruce de personalidades tenía que desembocar en un proyecto conjunto que está a punto de materializarse y que se llama Disidente.
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Es un restaurante que, como su mismo nombre dice, viene a revolucionar lo establecido. «Queremos intentar cambiar la idea de la comida vegetal es aburrida o sin sabor. En Disidente habrá una mezcla de sabores y alimentos que seguramente poca gente ha probado, donde apostaremos por tener opciones para celíacos, vegetarianos, veganos...».
Johnny Ondina explica que, además, van a intentar apostar por la calidad de los alimentos. «La idea es que la gente disfrute comiendo y, a la vez, poner nuestro granito de arena en la sostenibilidad y el medio ambiente», asegura el nutricionista, que ha confirmado que el local, en el que no habrá, por ejemplo, refrescos tradicionales, abrirá en unas semanas en el Mercado de Colón.
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